El apoyo militar de Corea del Norte e Irán a Rusia tiene graves consecuencias para la seguridad mundial, que la alianza de 32 miembros de la OTAN no puede ignorar, declaró el miércoles su Secretario General Jens Stoltenberg.

Pyongyang ha transferido misiles balísticos y otras armas a Rusia, mientras que Irán también ha proporcionado a Moscú el suministro de drones Shahed, utilizados con frecuencia para atacar infraestructuras ucranianas.

A cambio, Rusia ha proporcionado tecnología y suministros que ayudan a sus propias capacidades nucleares y de misiles.

A las potencias occidentales les preocupa cada vez más que Teherán pueda transferir pronto también misiles balísticos a Rusia.

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