Las pensiones se van constituyendo los primeros 10 a 15 años de la vida laboral, por lo mismo, cuando no tenemos crecimiento, cuando los inversionistas no tienen reglas claras e incentivos para invertir, todo ello repercute en la informalidad de quienes no encuentran trabajos y ello se traduce en que en nuestro país ya tiene más de 2,6 millones de personas informales que no cotizan.

Como se extraña tiempos de bonanza, donde el empleo estaba a tope, y éramos el mejor país para invertir, para generar empleo, y muchos extranjeros soñaban con venir a trabajar a este país ordenado, donde las instituciones funcionan, donde la democracia y el respeto al cargo de presidente era algo que se valoraba, junto a todos los cargos que eran ocupados por personas preparadas, responsables, que era un orgullo saber que este pequeño país era considerado el mejor de la región.

En el ámbito previsional, el gobierno pretende ser solidario con la plata ajena, volver al sistema de reparto, añejo y quebrado en todas partes del mundo, donde es mal mirado el esfuerzo personal, donde un emprendedor no puede surgir porque se pretende subir los impuestos. La reforma previsional, hoy encuentran que ya es momento de concretarla, sin embargo, olvidan que cuando eran oposición negaban la sal y el agua, en todo orden de cosas.

No se puede avanzar en ello, cuando pretenden que el empleador aporte el 6% vaya a un fondo común, al sistema de reparto, y no a la cuenta individual de cada trabajador, porque es un impuesto al trabajo. Quieren aprobar como sea y rápidamente un mal proyecto, que las personas ya manifestaron rechazar en votaciones anteriores.

La vida es muy cíclica, y tiene sus vueltas, nada es gratis y lo que se dice o lo que se escribe, no se puede borrar por conveniencia. Somos un país pequeño, pero que conocemos que habíamos derrotado la pobreza extrema, los campamentos, que nuestros hijos tenían mejor educación y mayores posibilidades en la vida, pero todo cambió para mal y cuantos arrepentidos estarán lamentándose el haberse sumado a unos jóvenes revolucionarios que venían a cambiarlo todo y hoy nos tienen en el peor de los mundos.

La experiencia de los mayores la desecharon, la responsabilidad de primero por casa también, no se puede destruir todo y partir de cero, hoy tenemos dos años para el olvido, y quedan otros más, es de esperar que este sufrimiento termine pronto y recuperemos la senda del crecimiento, del respeto y de tener un gobierno que tenga la capacidad de gobernar para todos y por todos.

Margot Guerrero Bruner

Asesora Previsional

Corredor de Seguros

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