El incendio intencional de la iglesia de Carabineros ocurrido en enero de 2020, fue uno de los hechos más violentos de los que se registraron durante el estallido social, revuelta que, según sus impulsores, buscaba reivindicaciones sociales. Cuatro años después -para este miércoles- se espera la sentencia en contra de Gerardo Leal Robles, presunto responsable de encenderle fuego al recinto religioso, y quien, según información de Transparencia, recibió dos beneficios del Estado: uno en materia de educación y otro en materia laboral, el último de ellos, apenas nueve meses antes de que lo detuvieran por este hecho.

En diciembre de 2018, un año y un mes antes de su captura por el incendio del templo, Leal Robles recibió por parte del Ministerio de Educación el beneficio de gratuidad universitaria.

El joven, que actualmente tiene 31 años y que para ese momento contaba con 26, estudiaba Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación en la Universidad Alberto Hurtado.

Aquella no era la primera vez que el joven nacido en Pitrufquén -Región de La Araucanía-, recibía algún tipo de beneficio por parte del Estado. El 9 de abril de 2019, el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo lo incluyó en la nómina de quienes ingresarían en el Programa Oficinas Municipales de Información Laboral, que se encarga de realizar actividades de intermediación y colocación de los beneficiarios.

Ya en 2010 una persona de su núcleo familiar, su mamá, había recibido una ayuda estatal, el Subsidio Unico Familiar (SUF), cuando vivían en Maipú.

El juicio contra Leal Robles comenzó el pasado jueves y arriesga 12 años de cárcel por los delitos de incendio y arrojar artefactos incendiarios. Al hombre lo capturaron el 3 de enero de 2020, mismo día en el que ocurrió el ataque en la iglesia y permaneció en prisión preventiva hasta agosto de 2021, cuando el 7° Juzgado de Garantía de Santiago le otorgó arresto domiciliario y arraigo nacional a cambio del pago de una fianza. Sin embargo, Leal hizo mal uso de este beneficio y estuvo prófugo de la justicia hasta junio del año pasado cuando lo recapturaron. Iba caminando por el centro de Santiago.

Fuentes cercanas a la investigación, comentan que Leal no tendría arraigo a ningún grupo ideológico en particular, pues el día del incendio andaba solo, fue capturado sin compañía y no se le detectaron conversaciones con terceros. Durante su periodo de clandestinidad, hizo clases particulares y se movió entre la capital y su ciudad natal.

La captura por el incendio no fue la primera

Cuando lo detuvieron en enero de 2020, no era la primera oportunidad en que Leal Robles había sido aprehendido.

En septiembre de 2016 lo capturaron junto a otras tres personas por interrumpir el tránsito y causar desórdenes en la vía pública. Esto, en el marco de la toma de la Universidad Alberto Hurtado, cuando ya era alumno de esa casa de estudios.

En esa oportunidad, la detención del joven ocurrió en la avenida Alameda, a la altura de Amunátegui, a unas cuatro cuadras del campus. Aunque el 7° Juzgado de Garantía de Santiago decidió, a petición del Ministerio Público, no abrir investigación, las autoridades de la universidad decidieron tomar medidas disciplinarias y suspender por dos semestres a 22 estudiantes, entre los que se encontraba Leal Robles. Los universitarios presentaron un recurso de protección en 2017, pero se los rechazaron.

A raíz de ello, ese año Leal Robles decidió volver a Pitrufquén, donde en junio formó una Agrupación de Capacitación para Oficios y se acercó a la filial La Unión de la biblioteca municipal para ser voluntario. La sede estaba en la misma población donde vivía, Villa Pumalal de Pitrufquén. Ahí ofició como cuentacuentos en dos o tres oportunidades. Personas que lo conocieron en esa instancia, aseguraron que nunca cobró por estas labores y que tenía ánimo de colaborar. Posteriormente regresó a Santiago, sin que se supiera más de él hasta su recaptura.

El ahora judicializado estudió en la escuela Las Americanas en Pitrufquén hasta Quinto Básico. Luego de eso emigró con su madre a Santiago, donde estudió en el colegio Domingo Faustino Sarmiento y en el Centro Educacional San Mateo de Puente Alto. La educación media la hizo en el Colegio Polivalente Patricio Mekis, de Maipú, de donde salió con nota 5.6.

En 2018, cumplido el tiempo de suspensión, retomó sus estudios universitarios. Fue entonces cuando recibió el beneficio de gratuidad por parte del Ministerio de Educación. En ese año también entró a trabajar en un supermercado en El Bosque.

En 2013 la mamá de su hijo lo denunció por amenazas

La primera vez que hubo una denuncia en contra de Leal Robles, al menos en tribunales de control de Santiago, fue en 2013, cuando tenía 20 años de edad.

De acuerdo con la información que arroja la página del Poder Judicial, el 19 de agosto de ese año, el hombre llamó por teléfono a su expareja y madre de su hijo y la amenazó. La mujer dijo en instancias judiciales que “temía por su integridad física” debido a que Leal Robles le había dicho “que agradeciera que piensa bien las cosas porque puede portar armas”. La justicia decidió abstenerse de toda investigación.

El investigado figura en otras dos causas, pero en ambas en calidad de denunciante. En una, ingresada el 18 de mayo de 2018, el joven aseguró ser víctima de un grupo de personas que supuestamente lo amenazó con golpearlo cuando se encontraba en un salón de clases en la Universidad Alberto Hurtado.

Dos días antes, el 16 de mayo, Leal Robles acudió ante las autoridades para denunciar haber sido víctima de hurto en el supermercado en el que trabajaba. Según su relato, le sustrajeron $30 mil de la mochila que había dejado en el guardarropa, ubicado en el segundo piso del establecimiento.

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