Más que una columna de opinión, dedicaré este espacio a mis pronósticos preliminares de la elección de alcaldes que se avecina. Preliminares porque falta un dato determinante, el listado de personas que competirá por las 345 alcaldías del país. La próxima semana haré lo mismo en materia de concejales y cores, y luego en gobernadores regionales.

  1. Como en todas las elecciones de alcaldes desde 2000, cuando se separó de la de concejales, las fuerzas de gobierno van a retroceder y las de oposición avanzar. Es imposible que el gobierno mantenga la superioridad abrumadora que ostenta a nivel del poder municipal, con más del doble de alcaldes que la oposición y el control de dos tercios de las 82 comunas con más de 50 mil electores.
  2. Es muy difícil, sin embargo, que la oposición pase en diciembre próximo a gobernar más comunas y personas que el oficialismo, porque con el doble y más de alcaldes a la reelección, éste se beneficia de la ventaja que representa en toda elección la disposición de los recursos y herramientas municipales a la hora de buscar la adhesión popular.
  3. La magnitud del retroceso oficialista y del avance opositor dependerá de la capacidad que tengan ambos para evitar la fragmentación de sus respectivos campos políticos. La gestión política en estos dos meses que vienen (hasta el 27 de julio), entonces, será determinante en el resultado de la elección de alcaldes. Veremos el grado en que la izquierda y centroizquierda privilegian el objetivo de resistir el embate de la derecha a pesar de los malos augurios visibles en el horizonte de la próxima presidencial. Asimismo, se pondrá a prueba la capacidad de la derecha para postergar su disputa por la hegemonía del sector alentada justamente por las buenas perspectivas presidenciales, asumiendo que un mal resultado el 27 de octubre podría perjudicarlas.
  4. En el campo oficialista el retroceso cuantitativo más relevante en materia de alcaldes, lo experimentarán los partidos que formaron parte de la Concertación. Porque el PS, DC, PPD y PR eligieron 140 alcaldes en 2021, y si le sumamos la treintena de independientes fuera de pacto que volvieron o se incorporaron al redil, este sector gobierna hoy la mitad de las comunas de Chile.
  5. La coalición originaria de gobierno, en cambio, eligió sólo 21 alcaldes en 2021 y es perfectamente posible que aumente su número en esta elección. Su problema es que pone en juego comunas muy relevantes (Santiago, Ñuñoa, Viña del Mar, Valdivia…) y su derrota allí bloquearía completamente toda percepción de avance.
  6. En el campo opositor, el avance más importante sin duda será el del Partido Republicano, que enfrentó la elección pasada sin estar constituido en todo el país y presentó sólo un puñado de candidatos a alcalde más bien testimoniales. El problema para Chile Vamos es que el éxito opositor en la elección de alcaldes de octubre próximo requiere la omisión republicana, por lo que está obligado a permitir que en un número razonable de comunas la oposición sea representada por candidaturas de ese partido. De cómo se resuelva este intríngulis depende en buena medida la posibilidad de triunfo de la oposición el 27 de octubre.
  7. Chile Vamos eligió 87 alcaldes en 2021 y tiene la posibilidad de incrementar significativamente su cantidad de gobiernos comunales. El problema es que para ello necesita imperiosamente permitir el crecimiento significativo de Republicanos y la inclusión de las formaciones emergentes de centro. Y si observamos lo que ocurre hoy, pareciera no asumir aún que está obligado a compartir el campo opositor con fuerzas políticas distintas y que le disputarán su hegemonía.
  8. Determinar quién resultó ganador el 27 de octubre será un campo de disputa comunicacional. Porque, a diferencia de una presidencial, donde uno gana y otro pierde, aquí no se trata de una elección, sino de 345 competencias de Alcalde, además de 16 elecciones de gobernadores regionales, 302 consejeros regionales y 2.252 concejales. Todos los sectores políticos y partidos tendrán entonces razones verdaderas para celebrar y también para lamentarse.
  9. Los criterios objetivos para determinar quién ganó son el número de alcaldes y, más importante aun, la proporción de población que pasa a gobernar cada sector político, pero la primera impresión, la que queda en la retina de la gente, es quién pierde más comunas de las grandes que hoy gobierna. Por eso, para la izquierda-centroizquierda es tan importante mantener comunas grandes que podrían caer en manos opositoras, como Santiago, Ñuñoa, Valparaíso y Viña, Rancagua, Concepción, Temuco y Puerto Montt, así como para Chile Vamos resulta indispensable conservar La Florida y Puente Alto, las únicas comunas populares de más de 100 mil electores gobernadas por personeros de oposición.
  10. Un dato que podría venir a modificar algunas de mis afirmaciones respecto de la elección de alcaldes, es el número de candidaturas independientes fuera de pacto. En 2021 compitieron 525 y fueron electos 105 alcaldes, la mayoría de ellos compitiendo contra bloques y partidos políticos, en algunos casos muy contados con la omisión de uno de ellos. La mayoría de estos alcaldes se identificaba con la oposición de entonces y se alineó luego con partidos de izquierda y centroizquierda, un puñado lo hizo con la derecha y centroderecha, mientras un grupo muy pequeño se mantuvo independiente y competirá nuevamente desde esa posición.
  11. La elección de Alcalde es importante porque distribuye el poder territorial por los próximos 4 años entre los distintos bloques y partidos políticos, constituyendo el espacio para que apliquen sus programas, consoliden liderazgos y generen identidad, además de conformar la base sobre la cual se apoyan luego las disputas parlamentarias y presidenciales. De hecho, quien ha aparecido como ganador en las últimas 4 elecciones de alcalde, ha resultado triunfador luego en la elección presidencial que le sigue.

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