Durante cientos de años, el azúcar fue el pilar de la economía cubana. No sólo fue el principal producto de exportación de la isla, sino también la piedra angular de otra industria nacional, el ron.

Los cubanos mayores recuerdan cuando la isla fue esencialmente levantada sobre las espaldas de familias como la de Guzmán.

Hoy día, sin embargo, él reconoce abiertamente que nunca ha visto la industria azucarera tan quebrada y deprimida como lo está ahora; ni siquiera cuanto las lucrativas cuotas que compraba la Unión Soviética cesaron después de la Guerra Fría.

Una inflación descontrolada, escasez de bienes básicos y el embargo de décadas impuesto por EE.UU. han generado un panorama económico funesto en todos los ámbitos en Cuba. Pero las cosas están particularmente desoladoras en el mercado azucarero.

“No hay suficientes camiones y la escasez de combustible significa que algunas veces pasan varios días antes de que podamos trabajar”, dicen los productores, aguardando bajo una pequeña zona de sombra a que los camiones de la era soviética lleguen.

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