Cada uno de los cinco sentidos es muy valioso y cumple una función importante en el cuerpo.

Algunos de ellos cobran mayor importancia a la hora de enfrentar la etapa de la vejez: los adultos mayores pueden utilizar sus sentidos para orientarse en el tiempo y espacio, así como para recuperar recuerdos si es que comienzan a sufrir enfermedades neurodegenerativas, como la demencia y el Alzheimer.

Por ello, el olfato es uno de los sentidos clave, pues un reciente estudio de la Universidad de California-Irvine reveló que los olores de distintas cosas, como las flores o comidas, nos pueden transportar en el tiempo, traer recuerdos olvidados y mejorar la capacidad cognitiva del cerebro.

Cuáles son los 7 olores pueden mejorar la memoria y capacidad cognitiva del cerebro
Durante seis meses, dos horas cada noche una fragancia recorrió las habitaciones de un grupo de adultos mayores: los resultados fueron sorprendentes, pues su memoria se disparó.

Los participantes aumentaron su capacidad de cognición en un 226%.

Este hallazgo transforma el vínculo entre el olfato y la memoria, según los investigadores, y convierte a la aromaterapia en una técnica fácil y no invasiva para reforzar la memoria y, así, tener más herramientas en la lucha contra enfermedades neurodegenerativas, como la demencia.

Cada noche, los participantes —hombres y mujeres entre 60 y 85 años y sin problemas de memoria— utilizaban un difusor con aceites esenciales, que se activaba durante dos horas mientras dormían.

Los olores que ocuparon en la investigación fueron:

  1. Rosa
  2. Naranja
  3. Eucalipto
  4. Limón
  5. Menta
  6. Romero
  7. Lavanda

Después de una toma de imágenes, se pudo comprobar que con el uso de los aromas existía una mayor integridad de la vía cerebral que conecta con la zona donde se toman, entre otras funciones, las decisiones.

Además, los adultos mayores aseguraron que pudieron dormir más profundamente, lo cual es esencial para prevenir distintas enfermedades.

“El sentido del olfato tiene el privilegio especial de estar directamente conectado con los circuitos cerebrales de la memoria”, aseguró el profesor de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria e investigador del estudio, Michael Yassa.

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