El 18 de agosto de 1877, el astrónomo estadounidense Asaph Hall descubrió dos pequeños cuerpos orbitando Marte. Las bautizó con el nombre de los hijos del dios de la guerra en la mitología griega: Fobos (miedo) y Deimos (terror). Sin embargo, no se supo mucho más de ellos hasta la era espacial, cuando las naves empezaron a acercarse a los dominios del planeta rojo. Fobos, la más grande las dos, orbita a 6.000 kilómetros de la superficie marciana, siendo (de momento) la luna más cercana a su planeta del Sistema Solar. Su ubicación ha propiciado que haya sido estudiada por diferentes orbitadores. Por el contrario, Deimos se sitúa más lejos, a 23.500 kilómetros, en una órbita que tarda 30 horas en completar una vuelta. Es por ello que la luna más pequeña de Marte ha sido, hasta ahora, la gran desconocida.

Porque la sonda de Emiratos Árabes Unidos, Hope, acaba de capturar las imágenes más cercanas a Deimos jamás tomadas, a tan solo 100 kilómetros de su superficie. Y hay sorpresas: la teoría más aceptada hasta la fecha era que los satélites de Marte eran asteroides ‘capturados’ por su gravedad; sin embargo, estas fotografías apuntan más a un origen planetario, según informa la agencia espacial del país árabe en un comunicado.

Presentadas en la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias en Viena, las observaciones brindan nuevos conocimientos sobre la composición y estructura de la más pequeña de las lunas marcianas. Estos incluyen imágenes de alta resolución tomadas durante repetidos sobrevuelos cercanos al satélite, así como las primeras observaciones realizadas en el ultravioleta extremo y lejano y los primeros datos hiperespectrales bien resueltos de Deimos en el infrarrojo térmico. Las observaciones revelan, por primera vez, regiones en el lado ‘oscuro’ de Deimos cuya composición no había sido investigada hasta ahora.

«No estamos seguros de los orígenes de Fobos y Deimos», señala Hessa Al Matroushi, líder científico de la misión. «Una vieja teoría es que son asteroides capturados, pero hay preguntas sin resolver sobre su composición. Cómo exactamente llegaron a estar en sus actuales órbitas es otra de las cuestiones a resolver, por lo que cualquier información nueva que podamos obtener sobre las dos lunas, especialmente Deimos -que se observa con menos frecuencia-, tiene el potencial de desbloquear una nueva comprensión de los satélites de Marte. Nuestras observaciones cercanas de Deimos hasta ahora apuntan a un origen planetario en lugar de reflejar la composición de un asteroide tipo D, tal y como se había postulado». Es decir, que se habrían formado a la vez que los planetas del Sistema Solar, y no por el ‘secuestro’ posterior de rocas espaciales.

Por su parte, Christopher Edwards, responsable del instrumento EMIRS, de la sonda, explica: «Al igual que los datos adquiridos de Fobos indican que su composición no es consistente con un asteroide de tipo D, los primeros resultados de las observaciones con el espectrómetro infrarrojo EMIRS de Deimos cuentan una historia similar. Ambos cuerpos tienen propiedades infrarrojas más parecidas a un Marte basáltico que a un asteroide de tipo B, como el meteorito del lago Taggish, que a menudo se usa como un análogo de las propiedades espectrales de Fobos y Deimos».

Hasta ahora, Hope ha realizado una serie de sobrevuelos cercanos a Deimos después de modificar ligeramente su trayectoria. Desde ese punto, puede fijarse no solo en la pequeña luna marciana, sino también en la dinámica atmosférica del planeta rojo.

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