El partido conservador Coalición Nacional ha ganado las elecciones parlamentarias de este domingo en Finlandia y su líder, Petteri Orpo, se sitúa como el favorito para encabezar el futuro Gobierno del país nórdico. En unos ajustadísimos comicios, los conservadores han sumado el 20,8% de los votos, por delante de una ultraderecha en auge, que obtiene su mejor resultado (el 20,1% de los sufragios), pero no logra la primera posición a la que aspiraba, con todo el voto ya escrutado. El Partido Socialdemócrata (SDP) de la primera ministra, Sanna Marin, queda relegado a la tercera posición, con el 19,9% de los apoyos.

A pesar de que los socialdemócratas logran un resultado mejor que en 2019, las opciones de la mandataria de mantenerse en el cargo son prácticamente nulas. El reparto de escaños beneficia a los dos partidos derechistas; Coalición Nacional alcanza los 48 diputados, frente a los 46 que logra el partido nacionalista y antiinmigración, y los 43 con los que se queda la formación dirigida por Marin.

Coalición Nacional y el Partido de los Finlandeses podrían sumar sus escaños para desbancar a Marin, aunque necesitarán el apoyo de al menos otro grupo parlamentario. Orpo, de 53 años, se ha mostrado durante la campaña dispuesto a “pactar con todos los grupos parlamentarios”. Su victoria final frente al partido ultraderechista le sitúa en una posición privilegiada para las negociaciones. Entre 2015 y 2017, tanto Coalición Nacional como el Partido de los Finlandeses formaron parte de un Ejecutivo de coalición que acabó implosionando por las diferencias entre los líderes de ambos partidos. Los analistas no descartan del todo la posibilidad de que conservadores y socialdemócratas alcancen un acuerdo, aunque las fricciones durante la campaña, y el abismo que les distancia en materia económica, complican seriamente las negociaciones. Marin rechazó tajantemente durante las últimas semanas cualquier opción de gobernar con los ultraderechistas, a los que tildó de “abiertamente racistas”.

Orpo, que en el último decenio ha sido ministro de Agricultura, Interior y Hacienda, se declaró ganador de los comicios poco después de las 23.00 hora local (22.00 en la España peninsular). “¡Esta ha sido una gran victoria!”, manifestó frente a sus simpatizantes en la sede de Coalición Nacional en Helsinki. “El pueblo finlandés pide un cambio y ahora iniciaré las negociaciones para formar un nuevo Gobierno”, declaró exultante. Unos minutos después, la socialdemócrata Marin admitió la derrota al reconocer que “los ganadores” de la cita habían sido Coalición Nacional y el Partido de los Finlandeses. “Mi partido ha ganado apoyos y tenemos más representantes en el Parlamento, así que estoy muy contenta”, subrayó la mandataria.

Marin, de 37 años, llegaba a estos comicios con la intención de revalidar su cargo de primera ministra. La dirigente, que mantiene unos niveles de popularidad sin parangón en las últimas décadas en el país nórdico, ha gobernado poco más de tres años después de que su antecesor, Antti Rinne, dimitiera para evitar una moción de censura. Marin ha estado los últimos 40 meses al frente de una coalición de cinco partidos. Sus opciones de mantenerse en el cargo se redujeron hace unas semanas cuando el Partido del Centro —cuyo feudos están en zonas rurales— manifestó que no formaría parte de un nuevo Ejecutivo compuesto por las mismas cinco formaciones (socialdemócratas, centristas, Liga Verde, Alianza de la Izquierda y el Partido Popular Sueco de Finlandia). Salvo el SDP, el resto de partidos de la actual coalición de gobierno han empeorado sus resultados respecto a los de 2019. La mayoría de los analistas políticos del país nórdico consideran poco probable que Marin esté dispuesta a liderar la oposición durante los próximos cuatro años.

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