La fortuna personal del rey Carlos III es de casi 1.815 millones de libras, unos 2.260 millones de dólares, según una investigación del periódico The Guardian que analizó la preciada colección de arte, las joyas, los coches de lujo y las propiedades del monarca, con una suma que es tres veces superior a la estimada anteriormente.

El crecimiento de la fortuna se apoya en un factor clave: la realeza está exenta de pagar el impuesto a la herencia, que aplica a montos por encima de los 400 mil dólares y ronda un 40% para el resto de la población. Por ello, Carlos pudo recibir el grueso de los bienes tras la muerte de Isabel II.

Según el informe, consultado con estimaciones de 12 expertos, Carlos posee personalmente vehículos valorados en USD 7,8 millones, entre ellos Rolls-Royce, Bentleys y Jaguars. Un Rolls-Royce Phantom VI de 1977 utilizado para la boda de la princesa Eugenia fue uno de los vehículos, y fue valorado en USD 1,6 millones. No estaba claro, sin embargo, si debía considerarse propiedad “estatal” o un componente de la fortuna personal del rey, y la Corona se negó a detallarlo.

Debido a su potencial para la agricultura, la silvicultura y las energías renovables, el castillo de Balmoral, que fue propiedad privada de la reina Isabel II hasta su fallecimiento en septiembre de 2022, se valoró en USD 100 millones. Por su parte, la finca donde la realeza pasa las Navidades, Sandringham, se valoró en USD 311 millones.

La colección ecuestre de la reina, compuesta por unos 70 caballos pura sangre, se valoró en USD 33 millones, y Carlos ya ha empezado a venderlos, ganando USD 2,8 millones en una subasta.

La realeza también posee una colección de sellos con cientos de miles de entradas, que los expertos valoraron en USD 124 millones.

Entre la colección real de arte se encuentra un Monet valorado en 20 millones de libras, junto con otras 60 obras valoradas colectivamente en casi USD 30 millones.

En tanto, una colección de 54 joyas de propiedad privada se estimó en un valor de USD 687 millones de libras,.

El Guardian indicó que uno de los cálculos más difíciles fue sobre las inversiones del rey, ya que se conoce poco al respecto, por lo que usó reportes previos sobre movimientos de la reina en acciones y fondos de inversión, calculando un rendimiento promedio conservador sobre los ahorros, y descontando pagos en el divorcio de Carlos y la princesa Diana. El resultado de las participaciones reales privadas se estimó en USD 176 millones.

En cuanto al Ducado de Lancaster, una cartera de propiedades creada para financiar al monarca reinante, pertenece al soberano en su capacidad oficial y no al individuo que lleva la corona. Algunos sostienen que debería considerarse un bien público y no privado, pero sus USD 812 millones de activos se incluyeron en los cálculos del periódico.

El informe reconocía que calcular el patrimonio neto de los miembros de la familia real también es complicado porque gran parte de él está oculto y existen importantes controversias sobre lo que debe considerarse como perteneciente al individuo. El periódico intentó determinar quién era el “beneficiario efectivo” de cada activo, un método que a veces se aplica a los complejos fondos extraterritoriales.

En respuesta al Guardian, el vocero del rey rebatió las cifras, calificándolas de “mezcla altamente creativa de especulación, suposición e inexactitud”.

Pero el análisis volvió a poner el foco sobre la riqueza de la monarquía británica y la opacidad de sus finanzas, a poco de la fastuosa ceremonia de coronación y una inflación que no cesa, generando huelgas en diversos sectores. El periódico subrayó la necesidad de una mayor transparencia en la propiedad y valoración de los bienes reales.

Rechazo del público

Una encuesta divulgada el martes señaló que más de la mitad de los británicos no quieren que la próxima coronación del Rey Carlos III sea financiada por los contribuyentes. El sondeo de YouGov reveló que el 51% de los encuestados cree que la ceremonia del 6 de mayo para coronar a Carlos y Camilla no debería ser sufragada por el Gobierno.

Casi un tercio, el 32%, opina que sí, mientras que alrededor del 18% no lo sabe.

La encuesta se produce en un momento en que el Reino Unido se encuentra sumido en una crisis de coste de la vida y en una amplia serie de huelgas de empleados de los sectores público y privado, a medida que la inflación, más alta que hace décadas, va mermando los ingresos.

Se considera que esta situación influye en el escaso entusiasmo que ha despertado hasta ahora el largo fin de semana de celebraciones.

El Gobierno aún no ha revelado cuánto costará todo esto, con una ceremonia en la Abadía de Westminster el sábado 6 de mayo y un concierto en el Castillo de Windsor el domingo 7 de mayo entre los actos más destacados. Es probable que el coste total y el desglose de la financiación no estén disponibles hasta después del acto del 6 de mayo, como ocurre con otras ocasiones reales como los jubileos.

Además de un enorme dispositivo de seguridad, se calcula que el coste ascenderá a decenas de millones de libras. Además, el país tendrá un día festivo adicional el lunes 8 de mayo, lo que supone un coste económico adicional.

La coronación de Isabel II, costó 912.000 libras en 1953, 20,5 millones en dinero de hoy. Por su parte, la coronación de su abuelo Jorge VI costó 454.000 libras en 1937, lo que equivale a 24,8 millones de libras en 2023.

(Con información de AFP)

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