Una visión optimista sobre el devenir de la economía chilena fue la que mostró el ministro de Hacienda, Mario Marcel, cuando, basándose en la sorpresa positiva que significó el resultado del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de diciembre, dijo que la recesión «ya está detrás de nosotros y no delante de nosotros».
«Perdamos el miedo, porque los escenarios catastrofistas que se anunciaron no han ocurrido y no van a ocurrir durante los próximos meses», agregó.
Sin mediar preguntas, el titular de Teatinos 120 enumeró una serie de datos para asegurar que los «escenarios catastrofistas que en algún momento se fueron construyendo durante el año no se han materializado», destacando entre ellos la creación de empleos asalariados al cierre de 2022, cifras de actividad consistentemente menos negativas que las anticipadas por el mercado, un dólar que bajó de los $800 y el aporte del Gobierno en materia fiscal.
En medio de esta ecuación de buenas nuevas, Marcel sostuvo que a contar del segundo trimestre de 2023 «vamos a ver un repunte de la actividad trimestre a trimestre, vamos a ver la inflación por debajo del 10%, y muy probablemente también vamos a ver algún progreso adicional en términos de reducción de la incertidumbre en la economía».
Dado que se completó el año con el último Imacec, es posible calcular que la economía chilena habría crecido 2,7% en 2022. Si se confirma -lo que ocurrirá el próximo 22 de marzo-, se trataría de un resultado más auspicioso que el previsto, por ejemplo, por el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), cuando proyectó una expansión de 2,4%.
La percepción del jefe de la billetera fiscal fue analizada por el economista de LyD, Tomás Flores, quien manifestó que «las malas expectativas económicas no solo se sustentan en la recesión por la que atraviesa Chile, sino también por las acciones anti inversión que se observan en algunas autoridades, como por ejemplo, el rechazo político al proyecto Dominga y la persecución a iniciativas inmobiliarias por partes de algunos alcaldes».
«El contexto internacional está mejorando, lo cual da soporte a Chile a través del sector exportador, pero señales concretas en favor de la inversión podrían ser decisivas para mejorar las proyecciones», acotó Flores, recalcando que, a su juicio, la postura de Marcel «es demasiado optimista».
Javier Mella, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, en tanto, dijo que «no es bueno tener miedo. Siempre debemos tratar de ser realistas, ni optimistas ni pesimistas. Buscar tomar decisiones con los mejores pronósticos posibles, pero entendiendo que los niveles de incertidumbre hacen que sea más difícil acertar, y que los rangos de pronósticos son más amplios que en otros periodos».
Mella mencionó que «si uno mira los pronósticos, gran parte de las perspectivas negativas en crecimiento se trasladaron desde el 2022 al 2023. Es probable que la contracción de la economía sea algo menor a lo que se esperaba seguida de una recuperación débil».
Con todo, el académico de la Universidad de Los Andes apuntó que «hacia inicios del segundo trimestre vamos a estar más claros en la situación económica. De todos modos, una buena noticia fueron las iniciativas de productividad, esperemos que sea una iniciativa anual y que perdure en el tiempo más allá del gobierno de turno».
Mientras que Ignacio Muñoz, investigador de Clapes UC, indicó que «la cantidad de sorpresas positivas que se dieron el año pasado respecto al Imacec, especialmente en la segunda mitad, además del crecimiento preliminar de 2,7% en el PIB del año, mayor a la cifra de 2,4% esperada por el Banco Central en su último IPoM, reflejan un cierto optimismo respecto a la situación económica del país, en el sentido de que el ajuste que está experimentando nuestra economía ha sido más tenue de lo inicialmente previsto».
Eso sí, afirmó que «es importante destacar que se sigue esperando un escenario de contracción económica para este año».
Muñoz además recordó que «el año recién empieza, y aún falta por ver, por ejemplo, cómo se maneja la discusión en torno a las reformas estructurales para este año, considerando su efecto en la incertidumbre y la inversión, por lo que parece sensato esperar un poco más para tener una opinión más fundamentada sobre la evolución de la economía este año».
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