Faltan 24 días para que se cumpla un año de mandato del Presidente Gabriel Boric. Para esa fecha el Ejecutivo esperaba dar un golpe de timón que incluyera un gran ajuste de ministros, subsecretarios y seremis. Se trata de un tema delicado y que la mayoría de las fuentes del oficialismo prefiere abordar fuera de micrófono. Y es que con este ajuste, se esperaba equilibrar las dos coaliciones que conforman el gobierno, darle más espacio a la centroizquierda y conseguir un nuevo aire tras la crisis que generaron los indultos.
Por eso, para el Presidente Gabriel Boric, era tan importante lograr una lista única de candidatos para la elección del Consejo Constitucional -a realizarse el 7 de mayo-, y así se los transmitió a los timoneles del Socialismo Democrático, cuando en el marco de las negociaciones, y ante la negativa del PPD a una alianza con Apruebo Dignidad, les pidió personalmente a los timoneles de los partidos «un último esfuerzo».
Sin embargo, el Ejecutivo se topó con que el PPD finalmente no cedió y enredó los planes de La Moneda; desde donde consideraban que una lista le permitía al Gobierno tomar el toro por las astas, hacer un ajuste profundo en marzo y olvidarse de los cálculos electorales y de la medición de fuerzas que generará la elección de consejeros.
Cuidando el flanco izquierdo
Ahora, en el Ejecutivo sacan cálculos de cómo hacer un ajuste que se viene perfilando desde enero, cuando incluso la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), planteó la necesidad de implementar un nuevo «pacto de gobierno» entre las fuerzas oficialistas.
La secretaria de Estado detalló en entrevista con La Tercera: «Las prioridades, las formas de trabajo conjunto, una manera de relacionarse entre las fuerzas que apoyan al gobierno, (…) eso hay explicitarlo de una forma mucho más nítida. Tenemos que llevarlo a un pacto de gobierno en que todo el mundo tenga claro cuál es nuestra prioridad, cómo nos vamos a relacionar y qué lugar ocupa cada coalición en este proyecto que es el Gobierno del Presidente Boric».
Las declaraciones fueron antes de la inscripción de las listas, por lo que ahora, en este complejo escenario, cualquier decisión que se tome abrirá flancos.
Por un lado, la preocupación gubernamental está en que si se hace el ajuste inicial que se estaba pensando y se equilibran las coaliciones de acuerdo a la realidad del Congreso (como han pedido desde el PPD), las críticas vendrán desde la izquierda.
Y es que en Apruebo Dignidad no estarían dispuestos a ceder terreno frente a un partido que «decidió correr por su cuenta». Varios plantean en privado, de hecho, que ya que el PPD quiso competir y medir fuerzas, lo justo sería esperar a ver cuál es ese peso real.
Los riesgos de descuidar al PPD
Por otro lado, en el PPD no claudican en su idea de que si van a estar en el Gobierno debe equilibrarse el peso de ambas coaliciones y debe haber una incidencia real del Socialismo Democrático en los temas estratégicos del Gobierno. Así se lo transmitieron personalmente a Boric, señalan en el partido.
En el PPD aún resienten que mientras la ministra Carolina Tohá estaba ad portas de amarrar un acuerdo en materia de seguridad, el Presidente -presionado por el ala izquierda-, terminara cediendo e indultando 12 condenados por delitos violentos en el contexto del estallido social y al exfrentista Jorge Mateluna.
Al interior del PPD hay quienes señalan que si en el ajuste eventual de marzo no se los considera, o se los deja en un papel disminuido, eso podría aumentar la tensión en la campaña de consejeros, algo que el Ejecutivo quiere evitar.
Al mismo tiempo, enfriaría definitivamente la relación con La Moneda, lo que en el oficialismo creen que podría volverse un problema mayor, si en la elección de mayo la lista «Todo por Chile» (que conforman el PPD, el PR y la DC) termina sacando un porcentaje considerable. Según algunos cálculos preliminares, la lista que encabeza el PPD podría rondar entre el 15% y el 20% de los votos.
Con minoría en el Congreso y problemas para repuntar en las encuestas, al interior del Gobierno reconocen que no se puede descuidar ninguna base de apoyo.
Rebaraje de fuerzas en el PPD
La conversación con el PPD, sin embargo, también tendrá otra dificultad. El debate interno que se dio en torno a las dos listas produjo un rebaraje de fuerzas, que dejó heridas y derrotados al interior del partido.
El triunfo fue para la mesa directiva, encabezada por Natalia Piergentili. Mientras que entre los derrotados, aseguran en la tienda, figuran los exministros y personeros que ad portas de la inscripción de las listas y en medio de la ratificación de la mesa por ir en listas separadas, firmaron una carta pública pidiendo una lista única «desde la DC hasta el PC».
La carta la suscribieron, entre otros, figuras como los exministros Francisco Vidal, Nicolás Eyzaguirre y Adriana Delpiano. También el expresidente del partido Gonzalo Navarrete, el senador Ricardo Lagos Weber y la exdiputada María Antonieta Saa.
En la colectividad señalan que se trata precisamente del grupo más cercano a la izquierda y que podrían haber estado en la mira desde el Frente Amplio para un ajuste ministerial. Sin embargo, tras el apoyo abrumador que tuvo entre los militantes del PPD la idea de ir en listas separadas con Apruebo Dignidad ese panorama cambió. Ahora el sartén, dicen en la tienda, lo tiene la presidenta del partido Natalia Piergentili y la directiva, por lo que cualquier nombre que se quiera sumar al gabinete tiene que contar con su aprobación.
«Ya no basta con que llamen a sus amigos o a cualquier figura del partido», señala una alta fuente del PPD. Hasta ahora eso es lo que había sucedido, explican, incluso en el caso de la ministra del Interior Carolina Tohá. Aunque su nombre contó con el respaldo de la colectividad, esa decisión, dicen, solo fue informada al partido.
Esa misma razón hizo que Tohá quedara en una posición incómoda cuando se dio este debate, ya que su intervención no fue suficiente para que el Gobierno lograra cambiar la decisión del PPD. Tohá ni siquiera participó en el consejo general, luego de que la propia mesa le hiciera ver que habría una mayoría muy grande en favor de las dos listas.
Ajuste contra el tiempo y el factor incendios
Con todo, en el Gobierno dicen que es difícil no hacer algún tipo de ajuste en marzo y que van a tener que jugársela a pesar del complejo escenario en el que están.
La emergencia de los incendios forestales en la zona centro sur del país, reconocen, les ha permitido retomar la agenda y sacar el foco del ajuste ministerial. Además, el incendio permitió que algunos ministros sectoriales mejorarán su gestión y apariciones públicas, lo que obligará al Gobierno a reevaluar varios nombres cuya salida ya era un hecho.
Pese a esto, en el oficialismo advierten que no se sabe por cuánto tiempo más la emergencia tendrá en un segundo plano el debate por un cambio de rumbo. Y esperar hasta mayo es muy difícil, dicen.
A esto se suma que terminada la emergencia comenzarán la persecución de responsabilidades políticas por parte de la oposición. El tema ya es analizado en el Partido Republicano y en la UDI. En este último partido ya anunció que impulsará una comisión investigadora.
Por Jaime Sánchez para El Líbero
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