Este lunes será clave para la negociación entre el gobierno y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para acordar un nuevo monto de salario mínimo, el que hoy asciende a $410 mil.
El objetivo inicial de la multisindical era adelantar para 2024 la meta del gobierno de Gabriel Boric de llevar el salario mínimo a los $500 mil, establecida para fines de su período: entre el término de 2025 y marzo de 2026. Pero cuando ya se sentaron a la mesa de conversaciones, la CUT oficializó la petición de que dicho monto se alcance a mayo de 2024, es decir, un anticipo de al menos un año y medio respecto de la idea original del Ejecutivo.
Una opción que propuso la multisindical es hacerlo por tramos: esto es, subir un monto el salario mínimo el 1 de mayo de este año, luego en agosto otro porcentaje y lo restante a mayo de 2024, para lograr los $500 mil.
Hasta ahora, personeros que han participado de las negociaciones afirman que el gobierno todavía no entrega una propuesta formal, pero que sí se ha conversado y se han delineado distintos escenarios para lograr los $500 mil en algún momento del próximo año. Si bien, indicaron las fuentes, estaría descartado que pueda ser tan pronto como mayo de 2024, el escenario que se explora es llegar a dicho valor a mediados o fines de 2024.
En la actualidad el salario mínimo es de $410 mil brutos y su vigencia se extiende hasta el 1 de mayo de este año, por lo que alcanzar los $500 mil implica un aumento de 22%, lo que se ubica muy por sobre la suma de la inflación estimada para este año y el próximo. Mientras el Banco Central proyecta una inflación de 4,6% para 2023 y de 3% para 2024, el mercado prevé un 5,1% y un 3,5% para cada uno.
Ello es precisamente lo que alertan varios economistas consultados, para quienes sería negativo que se concretara la propuesta mencionada, toda vez que el salario mínimo se elevaría más del doble que la inflación proyectada, lo que afectaría el empleo. Coinciden así en que se debería ir de manera más pausada y no anticipar la llegada a los $500 mil para el próximo año.
Uno de los que plantea sus reparos es Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), quien sostiene que lo recomendable sería que, “considerando las proyecciones de inflación, hacia mediados de 2024 el salario mínimo estuviera cercano a $460 mil. En ese periodo de tiempo es muy probable que no haya crecimiento de la productividad laboral o que sea muy baja. En consecuencia, los $500 mil estarían desalineados con los parámetros técnicos, de acuerdo a los pronósticos actuales”.
Mientras que para David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, “materializar esa política creo que es una muy mala idea, que puede afectar tanto la recuperación necesaria en el empleo, como la disminución en la inflación”.
Señala que reajustar ahora por la inflación futura “sería la mejor señal posible”. Por ejemplo, dice que 8% de alza implicaría subir el salario mínimo a $440 mil. Por ello, David Bravo sostiene que “adelantar el reajuste de los $500 mil a mediados de 2024 es imprudente y prematuro”.
En la misma línea, Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), sostiene que “la economía chilena atraviesa por una recesión, lo que ha debilitado al mercado del trabajo al mismo tiempo que la alta inflación ha generado la caída del poder adquisitivo real de los salarios por más de un año”. En ese contexto, “un alza del salario mínimo hasta $500 mil sólo empeorará el desempleo, sobre todo el de trabajadores que se desempeñan en pymes”.
Más categórico aún es Alejandro Fernández, economista de Gemines Consultores, quien califica de “irresponsable plantear subir el salario mínimo 22% en un plazo tan breve. Por una parte, la economía va a estar recién comenzando a recuperarse de la recesión, lo mismo que el empleo y las remuneraciones”. Argumenta también que “un alza de esta magnitud implicaría llevar el salario mínimo a subir unos 10 puntos porcentuales respecto del salario medio de la economía en la actualidad”.
Por todo ello, para el economista en mayo de este año “el monto debería subir a $440.000 y en mayo de 2024 a $470.000. Creo que eso sería lo máximo que admite la prudencia. Cualquier otra cosa es voluntarismo que puede resultar muy dañino para el empleo y la economía en general”.
Posibles efectos
Los expertos coinciden en que elevar a $500 mil el salario mínimo en un plazo más acotado tendría efectos en el empleo y posiblemente también en la inflación.
Juan Bravo indica que la mayoría de la evidencia empírica para Chile muestra que los reajustes salariales que están desalineados del crecimiento de la productividad laboral generan efectos negativos en el empleo, en particular entre los que tienen menor experiencia laboral y menor nivel educativo. “Considerando que, dada la situación económica, la productividad laboral no crecerá este año, un reajuste de 22% de forma inmediata estaría muy por sobre la inflación, lo que de no mediar ninguna medida paliativa, implicaría necesariamente un efecto negativo en la generación de empleo dependiente formal en el sector privado”.
Asimismo, David Bravo comenta que aplicar “este reajuste del salario mínimo no sólo tiene un efecto en los salarios más bajos, sino en los inmediatamente por sobre el salario mínimo. En un contexto de inflación decreciente, reajustar por la inflación pasada y no por la inflación esperada, hace más difícil lograr la meta de inflación, y puede incluso ayudar a alargar el periodo de tasas altas que el Banco Central tiene en vigencia actualmente”.
Fernández añade que un incremento en esa magnitud “tendría un impacto fuerte en aumentar la informalidad, en un escenario en que la productividad no crece y, directamente, provocaría desempleo”.
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