El Grupo de Política Monetaria (GPM) recomendó al Banco Central mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25% -nivel en el que se encuentra desde octubre del año pasado-, a propósito de la reunión que desarrollará el Consejo del ente rector el próximo lunes 19 de junio.
«La economía chilena continúa atravesando un proceso de ajuste de la actividad luego del sobrecalentamiento excesivo posterior a la pandemia. Este proceso de ajuste, impulsado por la consolidación fiscal y la política monetaria restrictiva, ha ayudado a reducir la inflación, la que ha disminuido del 14,1% en agosto de 2022 al 8,7% en mayo de 2023», señaló en un comunicado la instancia integrada por Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Tomás Izquierdo, Juan Pablo Medina, y Andrea Tokman.
«En este contexto, por votación de mayoría, el Grupode Política Monetaria (GPM) recomienda mantener la Tasa de Política Monetaria en el 11,25 %», expresó el Grupo, agregando que «al mismo tiempo, se recomienda considerar el inicio de un ciclo de recortes en el corto plazo, siempre y cuando los próximos datos macroeconómicos sigan mostrando signos de consolidación del proceso de reducción de la inflación».
En Chile, plantearon los economistas, «el IPC de mayo se incrementó en sólo 0,1%, sorprendiendo a la baja y reduciendo la inflación anual a 8,7%. Este registro consolida el proceso de reducción de la inflación, luego del peak de 14,1% en agosto del año pasado. En la determinación del índice de abril se destacaron los incrementos restaurantes y hoteles, equipamiento para el hogar y salud. Por su parte, el IPC sin volátiles tuvo una variación mensual de 0,5%, lo que generó una disminución en la inflación subyacente de 10,3% en abril a 9,9%, evidenciando que esta sigue mostrando signos de mayor persistencia. En este contexto, las expectativas de inflación han seguido reduciéndose».
Junto con ello, aseguran que «la actividad económica continúa enfriándose, como se reflejó en la variación interanual del -1,1% en el Imacec, considerablemente por debajo de las proyecciones del mercado. Esta es la tercera contracción consecutiva en lo que va del año. El resultado del Imacec se explica principalmente por una caída del 6,4% interanual en la actividad manufacturera y una contracción del 10,7% en el comercio minorista, que acumula 12 meses seguidos de contracción interanual. Sin embargo, la actividad minera y los servicios tuvieron un aporte positivo».
«Estos datos muestran que la demanda interna sigue perdiendo fuerza de manera significativa, lo que reduce la presión sobre los precios y brinda más espacio para que la inflación siga disminuyendo. Se espera que la economía se siga desacelerando en los próximos meses, principalmente debido al deterioro de las condiciones externas y la contracción de la demanda interna», expusieron, enfatizando en que «a pesar de el enfriamiento de la actividad económica, las estimaciones de crecimiento para el año han mejorado, proyectando caídas más moderadas que las previstas a principios de año».
Es más, resaltan que El Banco Mundial, en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales, pronostica una caída del 0,4%, en comparación con el 0,7% del mes anterior. Mientras que para 2024, espera un repunte económico del 1,8%.
En cuanto al mercado laboral, destacaron que «la tasa de desempleo disminuyó al 8,7% en el trimestre móvil de febreroabril. Sin embargo, esta reducción en el margen de la tasa de desempleo es engañosa, ya que el mercado laboral en general se está debilitando y se ha registrado una nueva desaceleración en la creación de empleo, en línea con el enfriamiento general de la economía. Además, se observa un deterioro en el mercado laboral con un aumento en el trabajo por cuenta propia y retrocesos en el empleo asalariado».
En términos del sistema financiero, el GPM mencionó el «anuncio del Banco Central de activar el Requerimiento de Capital Contracíclico en su última Reunión de Política», acotando que «esta medida ha sido justificada debido al aumento en los riesgos de posibles shocks externos y a la necesidad de seguir avanzando en la recomposicio´n de la capacidad de la economi´a para enfrentar escenarios adversos».
«Si bien la implementación de este buffer fortalece la resiliencia del sistema bancario, es de esperar que tenga consecuencias en términos del costo del crédito», apuntaron los economistas.
El voto disidente
Quien no avaló la recomendación de que el ente rector mantenga la tasa rectora en 11,25% en su reunión del lunes fue Juan Pablo Medina, economista y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien explicó que habría sido apropiado aplicar un recorte de 25 puntos base en esta oportunidad.
«En lo medular, comparto el diagnóstico», sostuvo, señalando además que «en diciembre se pensaba que el inicio de reducción de tasas de interés partiría en marzo y abril. Después, en el IPoM de marzo se dice que va a ser en julio».
Y expuso que «es un gesto para denotar que, incluso que uno puede bajar 25 puntos base y 11% de tasa de interés sigue siendo un nivel contractivo de todas maneras, y puede ser que la dosis de reducciones que pudieran venir en las próximas reuniones van a depender de cuán rápido sigue siendo el proceso, o a qué velocidad está la inflación, particularmente subyacente, reduciéndose. Entonces, yo estaba más abierto a esa estrategia».
«No hay signos de un sobreajuste, pero el riesgo podría ser ese porque hay rezagos con que opera la política monetaria», añadió Medina, recalcando que «25 puntos base no es un cambio tan dramático versus el escenario presentado, pero por lo menos ya muestra el inicio de un proceso de normalización de la tasa, más allá de condicionarlo a lo que va a pasar más adelante».
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