Un empujón que se repite. Un apodo que denigra. Un insulto cada vez que le toca salir a la pizarra. En la escuela o en el instituto, existen muchas formas de ejercer y sufrir violencia entre iguales y muchas formas de tratar de acabar con ella. Es una responsabilidad conjunta de la comunidad educativa, los padres y los compañeros evitar que el acoso escolar siga existiendo.
Así lo indicó Viviana Méndez psicóloga de la Universidad del Desarrollo durante una entrevista realizada en la radio Tiempos Finales de Iquique, emisora que lleva a cabo un programa de conversación referido al bullying, espacio financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional. de Tarapacá
La escuela debería ser siempre un espacio en el que sentirse seguro, aunque hoy no es así. Para muchos niños, la escuela se ha convertido en la fuente de un tipo de violencia del que son víctimas y que ejercen sus propios compañeros, se trata del acoso escolar o bullying, agregó la profesional. Hay niños que, por distintas razones, sufren maltrato físico o psicológico por parte de otros niños a través de actitudes como la represión, la discriminación, la homofobia, la violencia sexual o el castigo corporal.
El bullying o acoso escolar tiene efectos negativos en la salud física, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los niños, especialmente si dicha violencia se repite en el tiempo o es severa, además de influir en el clima escolar del centro educativo.
A menudo, este acoso en la vida real comienza detrás de una pantalla: es conocido como ciberacoso o ciberbulling.
Según la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, entre 2020 y 2022, se registraron 5.934 casos graves de acoso escolar en Chile. El Documento Técnico Bullying y Ciberbullying Hablemos de Todo 2020-2021 del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) evidencia que la prevalencia de victimización por acoso es de 15,1%, 15,8% en hombres y 13,9% en mujeres. El principal tipo de bullying es el sexual (18,4%), seguido del físico (8,6%) y el psicológico (6,8%), siendo la principal causa la apariencia física (32,3%), luego la nacionalidad, raza o color de piel (7,8%) y la religión (4,8).