Un concierto de voces reaccionó frente a la pérdida de liderazgo de Chile como la economía más innovadora de Latinoamérica, lugar que el país había comandado durante 8 años, según el índice de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de Naciones Unidas (OMPI).
«Es lamentable ver cómo vamos perdiendo protagonismo en el contexto regional» y «no es agradable, pero responde lamentablemente a la coyuntura local», son solo algunas de las apreciaciones que manifestaron su descontento respecto a la caída en este análisis.
Tras esta nueva entrega, Brasil le arrebató el primer lugar a Chile. Así, la economía brasileña ocupa el lugar 49 en la clasificación global, subiendo cinco puestos con respecto a 2022, mientras que Chile se ubicó en el puesto 52 al caer dos posiciones.
El índice que la OMPI elabora desde 2007 y que compara las distintas economías mundiales según 80 variables relacionadas con la ciencia, la tecnología y otros avances, este año vuelve a situar a Suiza en primera posición, mientras que Suecia es segunda y Estados Unidos tercera.
Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Nicolás Grau, planteó que «este es un desafío pendiente en nuestro país, donde el Ejecutivo está haciendo esfuerzos muy contundentes y nosotros estamos convencidos que esos esfuerzos poco a poco se van a ir notando en la economía».
Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Nicolás Grau, planteó que «este es un desafío pendiente en nuestro país, donde el Ejecutivo está haciendo esfuerzos muy contundentes y nosotros estamos convencidos que esos esfuerzos poco a poco se van a ir notando en la economía».
«Hemos aumentado para el presupuesto de este año, de 2023, el gasto en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en 13% en términos reales. Este es el aumento más grande en los últimos 10 años y ha tenido un foco en materias medioambientales», agregó.
Con todo, el secretario de Estado remarcó que «Chile tiene un gran desafío en tener una mayor innovación».
Las reacciones
Para Jorge Welch, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), es «lamentable ver cómo vamos perdiendo protagonismo en el contexto regional».
A su juicio, las razones de esta caída tienen la justificación en «el entorno de incertidumbre actual, particularmente político y económico. Eso termina impactando la innovación y las posibilidades de crecimiento. Para mejorar no hay que ‘reinventar la rueda'».
Asimismo, planteó que es «interesante mirar el progreso de Uruguay y ver que han hecho mejor que nosotros».
Mientras que Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional, sostuvo que «si bien nos destacamos en infraestructura y en los últimos años hemos tenido varios casos de unicornios chilenos, es un hecho que estamos perdiendo liderazgo global con empresas que anteriormente eran fuertes como el retail».
Dicho eso, aseveró que «falta mucho camino por recorrer en materia de políticas publicas que fomenten realmente la inversión en I+D en Chile. Hoy es muy difícil acceder a recursos cuando solo está la investigación e innovación sin un modelo de negocios claro detrás. Así, es difícil innovar».
Por su parte, Bernardita Silva, gerenta de estudios de la Cámara Nacional del Comercio (CNC), aseveró que «si bien seguimos con una buena posición dentro de Latinoamérica hay mucho por avanzar. Y retroceder, claramente, no es bueno».
Según enfatizó, «esto preocupa enormemente en un momento económico donde es crucial recuperar la inversión; caímos 10 puntos en temas institucionales, sobre todo en lo que respecta a ambiente de negocio donde bajamos 21 escalones».
«Por el lado del capital humano retrocedimos en investigación y desarrollo, donde además se advierte debilidad en casi todas sus subvariables, junto con variables relacionadas a la calidad de la educación y número de profesores por alumno», consignó.
En ese sentido, Marcos Singer, director del MBA UC, planteó que esto «es el efecto llamado ‘Alicia en el País de las Maravillas’, en que tienes que correr para mantener tu posición. Y hoy otros están corriendo más rápido».
Por eso, es que delineó tres puntos en lo que a su criterio habría que hacer para revertir y retomar la senda.
«Primero, fortalecer el subsistema de capital de riesgo: en la actualidad, los fondos de inversión son muy pequeños y restrictivos. Lo segundo tiene que ver con vincular a las grandes empresas mediante corporate venture o client venture, es decir, que sean parte activa del ecosistema de innovación. Lo tercero es orientar la investigación —que en Chile es muy potente en la publicación de papers— a la generación de startups de base científico-tecnológica, que es donde está el verdadero valor», expresó.
Mientras que para Pablo Barberis, docente de la Universidad de Chile, que Chile haya perdido posición de liderazgo en el ítem de innovación en Latinoamérica, «obviamente no es agradable».
Sin embargo, el académico enfatizó en que aquello «responde lamentablemente a la coyuntura local que estamos teniendo respecto a un estancamiento y un decrecimiento de nuestra economía, a diferencia de otros países de la región que están creciendo este año».
«Estamos teniendo un debilitamiento importante de la inversión, no hay inversión extranjera ni privada que está impulsando grandes proyectos en Chile y por supuesto también el gasto que se tiene en innovación y desarrollo es bastante menor», agregó.
Sobre esto último, explicó que «estamos hablando de menos del 0,5% del PIB», entonces subrayó que «evidentemente este escenario no es favorable para que Chile siga una senda de desarrollo en espiral de crecimiento y sobre todo pensando en la innovación y desarrollo aplicado en proyectos de ingeniería, tecnología».
Por último, sostuvo que «lamentablemente demuestra que nos falta mucho por mejorar todavía, tenemos que impulsar nuevamente un crecimiento en nuestra economía, tenemos que impulsar el incentivo a mayor inversión pública y extranjera».
Por su parte, Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, consideró que «esta caída general en el ranking, aunque aún es moderada, es consistente con la incertidumbre institucional fruto de dos procesos constitucionales y nuestra incapacidad de crecer».
Según manifestó, «todos los organismos internacionales y el propio Banco Central prevén una contracción de nuestra economía para 2023 o un crecimiento cercano a cero en el mejor de los casos. Eso no ocurre en general en el resto de Latinoamérica».
«El índice demuestra que los resultados de nuestro país son consistentes con cuanto invierte en innovación y desarrollo. Es decir, si queremos mayores niveles de productividad científica, mejores niveles de productividad y más unicornios como NotCo y Betterfly, tenemos que invertir. Esto no es por obra de magia», cerró.
/psg