“El problema es que el Banco Central partió muy tarde el proceso de recortes (de tasas). Debió iniciarlo el primer trimestre de este año, cuando se produjo un claro desplome del consumo. En ese momento llevábamos varios meses de apreciación cambiaria, y en la coyuntura actual nos habría encontrado con una Tasa de Política Monetaria (TPM) más adecuada al ciclo, en torno a 200 puntos más abajo que la actual, y no con la TPM real entre las más altas del mundo. Eso da cuenta de que el BC se encontró con un nuevo shock externo, pero con una TPM casi dos veces y media la TPM neutral. Obviamente estamos siendo muy contractivos”.

Ese mensaje entregó hace unos días a Pulso el economista jefe de Scotiabank, Jorge Selaive, al analizar el nuevo escenario para la TPM, tras la decisión del Banco Central (BC) de hacer un recorte de solo 50 puntos base (pb) en su última reunión, menos que los 75 pb que esperaba el mercado, llevándola a 9%. Además, tras esa acción, los analistas prevén también un recorte similar en diciembre, con lo que la tasa terminaría el año más cerca de 8,5% y por encima del nivel de 7,75% a 8% que el propio instituto emisor planteó en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre.

A mediados de este año ya se levantaban algunas voces que hacían ver lo restrictiva de la política monetaria. En esa oportunidad varios expertos temían los riesgos de un “sobreajuste” de la economía, la que ya mostraba cifras negativas, mientras la inflación comenzaba a bajar rápidamente.

Según datos de Bloomberg, en ese entonces Chile tenía la tercera tasa de política monetaria real más alta del mundo entre economías relevantes y hoy el panorama no es muy distinto, ya que los mismos registros la ubican en la quinta posición.

La TPM real es la TPM nominal (que es la variable que informe el BC en sus reuniones) menos la inflación acumulada de los últimos 12 meses (otra forma de medirla es con la inflación esperada) y da cuenta de lo contractivo (o no) de ese instrumento para la economía.

De acuerdo a los datos de Bloomberg recogidos por Scotiabank, Chile tiene actualmente una TPM real de 3,9% (TPM nominal de 9% menos inflación de 5,1%), nivel que solo es superado por las tasas reales de Ucrania (12,9%), Brasil (7,6%), Rusia (7%) y México (6,8%). Como referencia, en Estados Unidos esa tasa real llega actualmente a 1,8%; en Alemania a 0,2% y en varios otros países está en terreno negativo, como Irlanda (-2,4%) y Suecia (-2,5%).

Esto, a pesar que desde mediados de año el Banco Central chileno ya ha recortado en 225 pb la TPM, pasando de 11,25% a 9%. Sin embargo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) interanual también se redujo, desde 7,6% a 5,1%, es decir, en 250 puntos base.

En este contexto, el economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, está de acuerdo en que “efectivamente, la tasa de política real es muy contractiva”. Es más, el experto indica que para efectos de su cálculo “es importante contemplar la inflación proyectada hacia 6 meses a un año adelante, la que está para nuestra economía en torno a 3% según todas las estimaciones”. Esto haría que la TPM real esté en un nivel aún mayor que si se considera la inflación pasada. “De ahí la importancia de ir normalizando la política monetaria con cierta celeridad. Por nuestro lado, prevemos que se alcance la tasa neutral hacia fines del próximo año, comienzos de 2025″, señala.

Por su parte, Alejandro Fernández, economista de Gemines Consultores, tiene una visión distinta, ya que si bien también la ve contractiva, agrega que es una necesidad, puesto que “el mismo BC ha dicho que la brecha de producto recién se estaría cerrando ahora”. El experto indica que “el BC tiene que bajar la TPM al ritmo que le parezca apropiado para bajar la inflación a 3% y que se mantenga en torno a ese nivel, lo mismo que las expectativas. La inflación actual sigue siendo muy alta y estaba comenzando a subir de nuevo. De hecho va a terminar más alta de lo que parecía posible hace pocos meses. Que hay un efecto sobre la actividad es cierto, pero es inevitable”.

Además, Fernández señala que “el mismo escenario externo justifica una política más cauta y la recuperación de la actividad depende mucho más de otras cosas -como incertidumbre político-institucional, manejo incompetente del gobierno que afecta la inversión, el empleo y el consumo, crisis en el mercado laboral por factores regulatorios y tecnológicos- y el año 2024 será malo en crecimiento sin importar lo que haga el BC”.

Así, sostiene que “las interpretaciones de varios colegas sobre lo que hizo el BC me parecen completamente absurdas. Es ridículo plantear que ahora tiene un objetivo cambiario y que tiene que bajar la TPM agresivamente porque está muy alta. Brasil se está recuperando pese a que la tasa recién bajó por primera vez en septiembre y están con menos inflación. Que la tasa real esté alta es una lástima, pero la farra de 2021 fue demasiado grande”.

Jorge Hermann, de Hermann y Asociados, añade que “un buena referencia de la tasa de interés real es la tasa de depósitos en UF a 90 días, transada en el mercado secundario bursátil. La tasa anualizada es 5,1% al 26 de octubre, muy por debajo del máximo alcanzado de 10,7% a mediados de julio del 2023. Lo anterior demuestra que la baja de la tasa de política monetaria se esta reflejando en la economía. En el mes de octubre se nota un alza desde 3,7% a 5,1% por las expectativas de una moderación en la baja de la tasa de política monetaria. La actual tasa real no es muy distinta al promedio entre enero y abril del 2023″

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