No es la primera vez que el Museo de Bellas Artes es intervenido. En 1969 el artista visual chileno Juan Pablo Langlois (1936) montó una obra conceptual con bolsas de basura rellenas de papel que unidas entre sí formaron una manga de 300 metros que recorría diversos recintos del edificio del Parque Forestal.

En 2009 el artista Carlos Leppe, figura central del arte contemporáneo, quiso colocar una enorme roca cordillerana en el Museo de Bellas Artes, pero el curador Roberto Amigo lo rechazó.

Por estos días el anhelo de Leppe parece revivir en una enorme roca en el frontis del Museo. La obra pertenece a Enrique Matthey, que recibió $ 22.950.000 del Fondart para un proyecto llamado Palabras Mayores.

Estética indígena. La piedra, que tiene una líneas blancas que según el autor remiten a elementos iconográficos del pueblo Selknam, se ha convertido en la atracción del barrio. Decenas de personas se sacan selfies, otros rayan frases de amor. No faltan las críticas: algunos escriben que es una obra fea. Ahora tiene un enorme rayado que dice Jesús te ama.

“Es horrible, no entiendo cómo gastan dinero en estas cosas”, dice Carolina, estudiante de Diseño. Otra joven alega que “me da pena cómo desprecian el arte. Está llena de rayados. No me gusta la obra, pero deberían respetarla”. Una familia brasileña reconoce que no entiende el concepto: “Jamás me hubiera esperado algo así frente al Museo”. Un joven padre le dice a su hija, “esta obra costó millones”.

La señora que vende bebidas asegura que hay más gente que llega, por la curiosidad de la obra.

Falsa. Lo que pocos saben es que es un piedra falsa, hueca, en cuyo interior se escondería la obra de Rebeca Matte, Unidos en la Gloria y en la Muerte, que debió se remodelada por grafitis y pintura y la rotura de un pie del hombre desnudo.

Así lo afirma un antiguo funcionario del Museo, que prefiere no dar su nombre. “Todo esto es un show, es una obra hueca y debajo está la escultura de Matte o parte de ella. A nosotros no nos gusta este tipo de obra. Entendemos que puede tener una interpretación artística, pero es demasiado rebuscada. La gente siente mucha curiosidad, pregunta de qué se trata, la mayoría se opone”.

El proceso. El artista Enrique Matthey contó que “fue un largo proceso, de cuatro años o más. Era una imagen que me rondaba de modo obsesivo, y me parecía alucinante que se tratara de una piedra, algo tan común, que sepultara el cotidiano, que se erigiera como protagonista por unos días”.

“Me asombraba con esa imagen sólo con imaginarla, pensaba en que habría dicho yo si la hubiese visto cuando era niño”, afirmó. “Y sobre ello, mi amigo Jaime León, me recordó la preciosa observación de Miguel Ángel, quien al ver el enorme bloque de mármol que le serviría para esculpir el David dijo: “La escultura está lista en el interior, solo hay que sacar el mármol que le sobra”.

La frase, a diferencia de Miguel Ángel, es literal: adentro hay una escultura, que es un ícono del Museo y que muchos vecinos echan de menos.

Declaración oficial. El Museo respondió: “El autor obtuvo la aprobación y autorización para la intervención por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, así como de la Subdirección de Patrimonio y Ciudad del Municipio de Santiago. En consecuencia, la intervención cuenta con la aprobación de todas las instituciones mencionadas, siendo gestionada por el propio artista y finalmente autorizada, como última instancia, por el MNBA”.

“Dicha autorización fue concedida por el Museo el 01 de septiembre de 2022, tras la presentación de la documentación exigida por el equipo de conservación del MNBA, con el propósito de garantizar el resguardo de la obra Unidos en la Gloria y la Muerte de la escultora Rebeca Matte, perteneciente a la colección del Museo”.

Ex-Ante quiso comunicarse con la directora del Bellas Artes, Varinia Brodsky Zimmermann, pero la respuesta fue que estaba fuera de Chile.

Ante las consultas sobre el valor de la obra de Mattey, el Museo señaló: “No es parte de nuestra labor ni espíritu emitir juicios de valor sobre las obras que un artista decide crear e instalar en el espacio público, especialmente cuando éstas no forman parte del programa expositivo del MNBA”.

El secreto. Al tocar la obra se aprecia fácilmente que es hueca. Algunos pintados ofensivos han sido borrados. Sin embargo, se sigue presentando como la roca gigante.

Finalmente, el artista Matthey reconoció que la instalación busca una provocación, para finalmente develar el misterio. “Está debajo (la escultura de Rebeca Matte), es una piedra hueca… Lo bonito va a ser cuando salga la roca de ahí, y va a ser noticia porque apareció la escultura, y eso es presencia por omisión, es decir, por el hecho de que no está, está más presente que nunca. Eso me conmueve mucho porque es un gesto demasiado simple y económico”.

Lo de económico merece dudas ya que recibió del Fondart más de 22 millones para la producción de la obra “Palabras Mayores”. Esto ha hecho reflotar las críticas sobre la asignación de fondos, donde se ha creado una especie de industria de personas expertas en hacer las postulaciones, que venden sus servicios a artistas primerizos.

Matthey busca dejar abiertas múltiples lecturas. La piedra originalmente iba a ser instalada en la Sala Matta en el Museo Nacional de Bellas Artes. Según Matthey habría generado un impacto porque todos se habrían preguntado “cómo ingresó esta piedra, porque por las puertas no cabe”.

“Lo interesante de que no esté en un espacio consagrado solamente para el arte, y que esté en un espacio más público, es que interpela al personaje común y corriente”, dijo el artista. Sin duda la pieza cumple el objetivo de provocar. Un chico vestido con una polera negra se acerca a la piedra hueca y escribe con lápiz labial rojo: “Pauli y Ros se aman”. Luego se sienta en una silla verde donde su amiga lo espera sonriendo.

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