Por primera vez en la historia, un equipo internacional de astrónomos ha detectado un planeta del tamaño de la Tierra orbitando una estrella igual que nuestro Sol. Este hallazgo es un hito en el estudio del cosmos, afirman sus descubridores, un fenómeno extraordinario porque, hasta ahora, todos los planetas rocosos de tamaño similar a la Tierra se habían encontrado girando en torno a enanas rojas.
El planeta HD 63433d tiene un radio que es sólo un 7,3% más grande que la Tierra y es el tercer planeta hallado en órbita alrededor de HD 63433, una estrella como la nuestra con un 99% de su masa. El descubrimiento —que acaba de ser publicado en el diario científico The Astronomical Journal— fue liderado por Melinda Soares-Furtado, poseedora de la Beca Hubble de la NASA en la Universidad de Wisconsin–Madison, y Benjamin Capistrant, que acaba de graduarse en esta universidad.
Un infierno de Tierra
Los planetas del tamaño de la Tierra descubiertos anteriormente orbitan alrededor de enanas rojas, más frías, más pequeñas y mucho más abundantes en el cosmos. Sin embargo, HD 63433d orbita una estrella de secuencia principal tipo G, como nuestro Sol, lo que abre nuevas posibilidades para estudiar planetas similares a la Tierra en condiciones más parecidas a las de nuestro sistema solar.
Pero HD 63433d no es una gema azul llena de vida como la Tierra. De hecho, es un absoluto infierno lleno de lava y hielo. Su proximidad a la estrella es menor que la de Mercurio con respecto a nuestro Sol. completando una órbita cada 4,2 días terrestres. El planeta aparenta estar en rotación sincronizada, lo que significa que el mismo lado está siempre enfrentando a la estrella y alcanza temperaturas extremas de hasta 1.260 grados centígrados. Ese lado está lleno de flujos de lava, aseguran, mientras que el lado opuesto permanece helado en la oscuridad perpetua.
En el jardín de casa
Lo más sorprendente del hallazgo es que la Estrella HD 63433 está ubicada a sólo 73 años luz de nuestro sistema solar, en la constelación de la Osa Mayor, algo totalmente inesperado. «En una noche oscura en Madison, se podría ver [HD 63433] con un buen par de binoculares», señala Soares-Furtado.
“Éste es nuestro patio solar trasero,y es bastante emocionante. ¿Qué tipo de información puede revelar una estrella tan cercana, con un sistema abarrotado a su alrededor?”, pregunta la científica. “¿Cómo nos ayudará esto a medida que avanzamos en la búsqueda de planetas entre las otras 100 estrellas similares en este joven grupo del que forma parte?”
El equipo de investigación —parte del proyecto de búsqueda de planetas THYME— utilizó datos del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS en sus siglas en inglés) de la NASA. En 2020 identificaron los dos primeros planetas, del tamaño de Neptuno. Cuatro observaciones más tarde se encontraron con la inesperada presencia de HD 63433d cruzando a toda velocidad entre la estrella y TESS.
Laboratorio excepcional para el futuro
La utilización del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA ha sido fundamental en este hallazgo. TESS detecta exoplanetas mediante el método de tránsito: captura diminutas disminuciones en el brillo de las estrellas cuando los planetas pasan frente a ellas.
HD 63433d es una oportunidad única de estudiar la historia del mismo tipo de sistemas estelares que el nuestro. HD 63433 es aproximadamente del mismo tamaño y tipo que nuestro Sol, pero con sólo 400 millones de años (nuestra estrella tiene unos 4.603 millones de años), lo que nos permite meternos en una máquina del tiempo para viajar 4.200 millones de años al pasado. «Podemos usar datos de seguimiento para buscar evidencia de desgasificación y pérdida atmosférica, lo que podría ser importante para entender cómo evolucionan los mundos [de tipo] terrestre», explica Soares-Furtado.
Esencial para encontrar vida
Su observación permitirá la observación de planetas rocosos como la Tierra en fases tempranas de formación. La visibilidad de la estrella desde ambos hemisferios terrestres y su proximidad relativa permiten el uso de una variedad de instrumentos astronómicos ópticos terrestres para observaciones más detalladas.
Aunque HD 63433d no es habitable, su estudio puede arrojar luz sobre la búsqueda de planetas que sí lo son, ayudando a comprender sus características, algo esencial para afinar los criterios en la búsqueda de planetas que puedan albergar vida. Este descubrimiento, según los investigadores, abre un camino prometedor hacia futuros descubrimientos que podrían transformar nuestra comprensión de los sistemas planetarios y la posibilidad de vida más allá de nuestro mundo.
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