Desde el año 2020 que las isapres no han parado de perder afiliados. Pero el año 2023 fue excepcional, marcando varios récord nunca antes vistos. Según las cifras que reporta la Superintendencia de Salud en su sitio web, al cierre del año pasado el sistema terminó con 360.876 beneficiarios -la suma de cotizantes y cargas- menos, la mayor fuga de la que hay registro en el sitio web del regulador hace más de dos décadas (1996).
Esto significó que los afiliados de las isapres terminaron diciembre de 2023 en 2.715.746, una caída de 11,7% interanual. Además, este número de afiliados es el más bajo desde diciembre de 2010.
De los 360.876 afiliados que perdieron las isapres a diciembre de 2023, el 74% del total se explica solo por dos isapres, que fueron precisamente las que registraron las mayores alzas de precio GES en octubre de 2022. El ranking de salidas lo encabeza Cruz Blanca. La aseguradora controlada por el grupo inglés Bupa marcó 138.516 beneficiarios menos en 2023, totalizando 469.939 afiliados. Cruz Blanca es la única isapre que decidió eliminar su fuerza de ventas, en diciembre de 2022.
El segundo lugar del ranking se lo lleva Consalud, al registrar 127.280 afiliados menos el año pasado, por lo que cuenta con un total de 516.538 beneficiarios a diciembre. Precisamente la isapre controlada por Inversiones La Construcción (ILC, el brazo de inversiones de la Cámara Chilena de la Construcción) fue la aseguradora que quedó con el cobro más alto del precio GES en el último proceso de octubre del año pasado: 1,39 UF mensuales. Esto significa que la isapre más que duplicó el valor de la prima GES, pero ahora lo tuvo que revertir. A esto hay que sumar que Consalud es la isapre que cuenta con los cotizantes que tienen las menores rentas imponibles.
Hay que considerar que aquellas personas que las estadísticas del regulador reflejan que salieron en diciembre, corresponden a afiliados que anunciaron su baja en octubre de 2023. Esto, porque los empleadores pagan las cotizaciones de los trabajadores en las isapres con un mes de anticipación, antes del 10 de cada mes, y cuando el afiliado anuncia que se va de una aseguradora privada, en realidad se mantiene en dicha isapre durante ese mes y el siguiente.
Cuatro años a la baja
Esta fuga de beneficiarios se viene observando desde hace 47 meses, ya que a partir de febrero de 2020 solo se han registrado bajas interanuales de afiliados en las isapres, completando cuatro años con la misma tendencia. Además, ya van 23 descensos mensuales ininterrumpidos, desde enero de 2022. Pero fue durante 2023 cuando se registró por lejos la mayor salida de afiliados, marcando récord históricos para el sistema durante varios meses seguidos.
En 2023 se salió más del doble de beneficiarios que en 2022. Así, en tan solo dos años han salido 534.251 personas del sistema de isapres abiertas. Y si se consideran los últimos cuatro años, teniendo en cuenta que desde 2020 las aseguradoras privadas vienen perdiendo afiliados de manera consecutiva, se obtiene que han salido 629.766 personas del sistema.
Las isapres acusan estar pasando por la mayor crisis de su historia. Luego de dos años de pérdidas, las aseguradoras empezaron a ver algunas ganancias en 2023, pero estiman que eso se revertirá desde enero, cuando llegue de golpe una baja de 12% promedio en sus ingresos producto de que ya anularon las alzas del precio GES que habían implementado en octubre de 2022, según ordenó la Corte Suprema. Además, están a la espera de ver cómo se implementa otro fallo del máximo tribunal: el de la tabla de factores, que según el gobierno, implicará devoluciones por US$1.000 millones.
Todo esto ha generado diversos efectos sobre el sistema, como una merma en la atención de cara a los afiliados en muchos casos, lo que sumado a la situación económica por la que atraviesan las familias y el alza de planes de las isapres, por diversos motivos, como el aumento del precio GES que se implementó en octubre de 2022 y que recién ahora se revirtió, ha generado una migración desde las isapres a Fonasa.
De hecho, Fonasa terminó 2023 con un total de 16.229.898 afiliados. Esto significa que durante el año pasado se sumaron 616.320 personas al asegurador público, donde más de la mitad de quienes llegaron provinieron de isapres, ya que esa cifra ascendió a 344.374 personas.
Las isapres atribuyen directamente la fuga de afiliados a la deteriorada situación económica del país, y estiman que, tal como ha ocurrido en episodios similares previos, una vez que mejore la situación económica se revertirán estas cifras de desafiliación.
Según la encuesta nacional de salud 2023 que realizó la Universidad Andrés Bello en conjunto con Ipsos, un 67% de los encuestados que se cambiaron de isapres a Fonasa lo hizo por un motivo económico o de empleo. Lo anterior, considerando que un 41% respondió que se cambió por “el elevado costo del plan de isapre”, mientras que un 22% aludió a que su “situación laboral y económica” no le permite seguir pagando, y un 4% dijo que lo hizo “por riesgo a perder el trabajo y no tener opción de seguir pagando”.
En paralelo, solo un 7% respondió que se cambió por “apoyo al sistema público de salud”, mientras que un 6% respondió que se cambió “porque el pago del 7% más la contratación de un seguro complementario en Fonasa resultaba una solución de cobertura financiera razonable”.
El mismo sondeo muestra que quienes se cambiaron de Fonasa a isapres, argumentaron que lo hicieron, principalmente, buscando mejores servicios y menos tiempos de espera. Esto, ya que el 71% argumentó lo anterior, desagregado así: un 24% lo hizo para acceder a mejores centros de salud, otro 24% lo hizo porque “no quiero esperar tanto para acceder a la atención de salud (mucha lista de espera en el sector público)”; un 23% argumentó que quería “acceder a mejores profesionales”; y un 4% dijo que “existe despersonalización de la atención y maltrato en la atención en el sistema público de salud”.
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