Los combustibles y el dólar son factores que seguirán presionando los precios. Lo hicieron en la inflación de enero, febrero y marzo, y ahora también se prevé que incidan en el índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril. Eso es lo que los economistas anticipan en sus proyecciones para el registro que este miércoles 8 de mayo informará el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
A marzo la inflación acumula un 1,6%, mientras que 3,7% a doce meses en su serie empalmada y 3,2% en su serie referencial, que es la que sigue el Banco Central para el manejo de la política monetaria.
Para el cuarto mes del año las expectativas de los economistas consultados se han ajustado a entre 0,3% y 0,5%. De concretarse dicho pronóstico, la inflación anual en la serie empalmada subiría de 3,7% a entre 3,8% y 4%, en tanto que la referencial para el instituto emisor pasaría de 3,2% a entre 3,3% y 3,5%. Es decir, constituiría un retroceso en el camino de llevar de vuelta la variación de los precios a la meta de 3%.
En la parte alta de las proyecciones se sitúa Coopeuch: “Estimamos una variación mensual del IPC de abril de 0,5%, cifra que se ubica por sobre las expectativas del mercado y de los promedios históricos para ese mes. Con ello, la variación anual del IPC relevante para la política monetaria (serie referencial) pasaría de un 3,2% en marzo a un 3,5% en abril”, explican en su informe.
De acuerdo a ese análisis, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas presentaría la mayor incidencia positiva, al aumentar mensualmente un 0,8%. Dentro de ella, la principal incidencia vendría del producto bebidas gaseosas, seguida de huevos.
Otra división con incidencia positiva importante, según mencionan, correspondería a transporte, liderada, una vez más, por el producto gasolina. En contraposición, esperan incidencias a la baja de las divisiones vestuario y calzado, y bebidas alcohólicas.
Un poco más atrás se sitúa Carlos Smith, académico del CIES-UDD, quien anticipa un incremento entre 0,4% y 0,5%, impulsado por productos “como la energía, combustibles y algo del traspaso del tipo de cambio a precios. Hacia adelante se deberían esperar ya registros más bajos”.
Por su parte, la economista del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDD), Carolina Molinare, prevé que el IPC de abril tendrá una variación de 0,4%.
Molinare explica que su proyección considera que “la actividad de servicios no muestra una moderación en términos de producción, lo que presiona a los servicios del IPC sin volátiles y que el tipo de cambio se mantiene altamente depreciado, afectado a los bienes transables”. Y añade que “también se generan presiones al alza en combustibles, toda vez que el precio del petróleo se encontró sobre los US$80 el barril, encareciendo los ítems de transporte y energía”.
Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, también proyecta un 0,4% con incidencias positivas de alimentos como el arroz, leche líquida, huevos, bebidas gaseosas, pero también productos como el gas por red, artículos para la calefacción del hogar y la gasolina.
Scotiabank es otra entidad que prevé un 0,4%. En su informe mencionan que “a nivel de divisiones, la principal incidencia positiva provendría de vivienda y servicios básicos, seguida de transporte y alimentos”. En esas primeras dos divisiones destacan “el incremento en el precio de los combustibles, que se reflejaría a través de aumentos en el precio del gas licuado, la parafina, el petróleo diésel y las gasolinas”.
Si bien en el reporte se cree que “las alzas del precio de las bencinas tengan una pausa, la incidencia positiva de las gasolinas en el IPC seguirá presente en el registro de mayo, aunque podría desaparecer a partir de junio”.
En la parte baja de las previsiones se ubica Tomás Flores, economista de LyD, quien tiene en su escenario base un 0,3% de IPC. “Combustibles sigue siendo uno de los elementos que presionan el IPC al alza”, acota.
Año en línea con el Banco Central
Para el año, las expectativas se mantienen en línea con la última proyección que entregó el Banco Central en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de marzo, donde fijó un 3,8% para el cierre de 2024.
Allí el Banco Central argumentó que “a inicios de 2024, la inflación tuvo una aceleración, con registros que superaron lo previsto y cuya evolución debe seguir monitoreándose. Tanto enero como febrero tuvieron variaciones mensuales del IPC elevadas y por sobre lo previsto. Entre otros factores, esto respondió a la depreciación del tipo de cambio, alzas de precios externos y reajustes de algunos precios locales”.
Y los economistas se alinean con la visión que tiene el ente rector: “Se espera que, para finales de 2024, la inflación en términos anuales se encuentre en un rango entre 3,5% y 4%”, sostiene Molinare. Flores ve un cierre de 3,7% y Alarcón está con una previsión de 4% anual.
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