Ayer se llevó a cabo la segunda jornada del juicio oral contra el excarabinero Sebastián Zamora por el denominado Caso Pío Nono, acusado de haber empujado a un manifestante de 16 años desde el puente hacia el río Mapocho.
El exfuncionario policial comenzó relatando los hechos ocurridos durante la tarde del 2 de octubre de 2020, señalando que se encontraba ejerciendo labores de control de orden público en medio de las manifestaciones en el marco del estallido social en cercanías de Plaza Italia.
En un momento, mientras se encontraba junto a los demás carabineros en el sector de cardenal José María Caro, se escuchó vía radial que “debíamos realizar una arremetida hacia el puente Pío Nono con el objeto de dispersar a los manifestantes y en lo posible detener“.
Zamora intentaba “identificar alguna persona que fuera mucho más distintiva que el resto, porque hay 100 manifestantes y es muy difícil alguno que sea muy característico”. Sostuvo que fue así cómo dio con un sujeto que estaba al lado de un carro policial intentando agredir a los funcionarios que estaban al interior del vehículo con un “objeto tipo lanza”, dijo.
“Esta persona fue bastante fácil identificarla, ya que portaba una capucha color blanca y en su cabeza tenía un color naranjo muy llamativo, muy fuerte, tenía una polera negra, un pantalón con rayas y unos guantes blancos”, contó con voz firme.
Añadió que al momento de identificar al manifestante, escuchó vía radial que debían iniciar la arremetida y comenzó a correr en dirección hacia el norte, mientras en la mano derecha llevaba su bastón, “con el fin de que si iba a detener a alguna persona, yo pudiera traspasar el bastón, abrazar a la persona y derribarla”.
El excarabinero siguió relatando que mientras corría por Pío Nono, al mirar a la izquierda identificó nuevamente al sujeto con capucha blanca, cambiando su dirección y dirigiéndose hacia él con el brazo derecho extendido a la altura de sus hombros y el brazo izquierdo a la altura de la cintura “con el fin de poder abrir mis brazos y poder atrapar a la persona y poder derribarla, detenerla”.
Sin embargo, señaló que cuando llegó al manifestante, este “hace un movimiento de giro hacia la izquierda e impacta su hombro con mi pecho, lo que hace que choquemos y yo salga proyectado un par de metros hacia el norte, deslizándome, perdiendo el equilibrio. Mientras que lamentablemente la otra persona sale proyectada hacia la baranda del puente”.
Al llegar a este momento, Zamora pausó su relato y tomó agua, para luego continuar diciendo que mientras él se deslizaba y perdía el equilibrio, iba “viendo cómo la persona va sobre la baranda y cayendo, yo estaba un par de metros más allá”.
“Me asomo por la baranda y es ahí cuando veo a esta persona que estaba bajo el río. En mi desesperación me doy vuelta y busco a mi jefe de sección para, no sé, en ese momento, quizás recibir órdenes de él. Revisando las imágenes de la carpeta investigativa me doy cuenta que a cada instante repetía la palabra ‘lo maté’, no era un ‘lo maté’ de celebración, sino un ‘lo maté’ de urgido, de pena, de no sé, nunca pensé que…”, dijo visiblemente afectado.
Mientras hablaba, el exfuncionario policial se quebró y detuvo el relato para tomar papel, secarse las lágrimas y tomar agua. Luego siguió: “Nunca pensé que al ejercer la acción de querer detenerlo para poder derribarlo, este pudiera caer al río. Yo retrocedí buscando qué hacer, desorientado, en shock, los manifestantes se me vinieron encima, no sabía qué hacer, buscaba instrucciones“.
Posteriormente, “se nos ordenó retroceder hacia José María Caro y replegarnos porque los manifestantes nos estaban atacando, y es ahí donde veo al teniente Murillo conversando con el teniente Fernández. Y yo me acerco rápidamente porque pensé que a lo mejor podíamos hacer algo por la persona que estaba abajo y le digo que la persona que estaba abajo estaba sangrando”, dijo llorando y secándose las lágrimas, evidentemente conmovido.
Según Zamora, no recuerda mucho de lo ocurrido, pero al ver los videos de la carpeta investigativa se dio cuenta de que “caminaba hacia todos lados desorientado mientras estábamos en cardenal y luego cuando yo vuelvo a posicionarme detrás de mis compañeros para seguir. Ahí mi sargento Vargas me vio tan afectado por la situación que me ordenó (ir al carro policial). A cada instante repetía la palabra (‘lo maté’)”.
“Estaba demasiado urgido, apenado y me voy al carro, me siento y me pongo a llorar por la situación. Posteriormente, siento que sube el jefe de sección y ordena a toda la sección subirse al carro. Es ahí cuando llegan mis compañeros y me dan su versión de los hechos diciéndome que yo en ningún momento intenté tirarlo ni nada por el estilo, sino que yo lo único que quise hacer era atrapar a la persona y esta cayó al río”, contó.
“Repetía a cada instante la palabra ‘lo maté’, pero era una situación que yo nunca quise que pasara“.
Excarabinero acusa haber recibido amenazas
En un punto de su relato, Zamora relató que luego de haber sido llevado a un cuartel tras el incidente, tuvo acceso a su celular, y acusó que le empezaron “a llegar muchas amenazas por redes sociales, por números de WhatsApp. Incluso amigos míos que tuve casi toda mi vida, insultándome”.
“En el contexto en el que estaba era súper difícil porque los carabineros eramos punto fijo de todas las personas, nosotros no podíamos decir ni siquiera que eramos carabineros porque eramos insultados, atacados, etc., entonces era súper difícil”, dijo visiblemente afectado.
Los hechos
La tarde del viernes 2 de octubre de 2020, un adolescente de 16 años cayó al lecho del río Mapocho tras ser interceptado por el -en ese entonces- cabo Sebastián Zamora, en el marco de un operativo de la policía uniformada para dispersar una serie de disturbios que se habían generado tras una manifestación en el sector de Plaza Italia.
El joven cayó de una altura cercana a los 7 metros y resultó con sus dos muñecas quebradas, un traumatismo craneoencefálico (TEC) y una contusión en la base de su pulmón derecho. Actualmente, recibe una pensión de gracia mensual proporcionada por el Estado de aproximadamente $445 mil.
20 días después de lo ocurrido, Carabineros notificó que Zamora fue dado de baja. Además, se realizó una investigación en su contra al interior de la institución.
El proceso de desvinculación se inició por el porte de cámaras personales al desempeñar sus funciones, algo que no habría sido informado a sus superiores hasta que fue formalizado por el Ministerio Público. El ahora excarabinero fue desvinculado por mala conducta.
Estas cámaras registraron el momento en que el policía y sus compañeros comentaron lo ocurrido, afirmando entre ellos que el cabo no tuvo la culpa de la caída.
Ximena Chong, fiscal de la Fiscalía de Alta Complejidad Centro Norte, es la persecutora titular del caso. Ella, en representación del ente persecutor, acusa a Zamora de homicidio frustrado en contra del ahora joven de 20 años y solicita una pena de ocho de cárcel.
“El imputado, quien también corría, se abalanza en diagonal contra el adolescente, tomándolo con sus brazos e impulsándolo de tal forma que lo eleva sobre la baranda en cuestión. Lo hace caer de cabeza hacia el río Mapocho desde una altura aproximada de 7,4 metros”, son parte de los argumentos relatados por Chong.
69 testigos, junto a la presentación de 35 pruebas documentadas y 52 elementos rotulados como evidencia material, son parte de los argumentos que utilizará el Ministerio Público en la comparecencia.