Era el 10 de junio y Joe Biden, el Presidente de Estados Unidos, asistía a un concierto por la celebración del Juneteenth en la Casa Blanca. A su alrededor todos bailaban, incluida la vicepresidenta, Kamala Harris, pero él, vestido de impecable traje azul, está quieto mirando hacia adelante. Todos se mueven, bailan y aplauden, pero él sólo sonríe por 30 segundos completos.
El hecho se hizo viral, y se podía ver a Biden quieto, con mirada perdida, en redes sociales y portales internacionales. Y es que este nuevo gaffe -como llaman los estadounidenses a los errores o meteduras de pata- nuevamente levantó suspicacias acerca del estado del mandatario demócrata que, a todas luces, competirá por la reelección contra su predecesor, el republicano Donald Trump.
El millonario expresidente tampoco está libre de meteduras de pata, e incluso no tienen muchos años de diferencia. Mientras Biden terminaría su segundo mandato con 86 años, Trump lo haría con 82, considerando que este viernes cumplió 78. Pero las del actual presidente son más rimbombantes.
Aquel momento vivido en Washington no fue el único de los últimos meses. Para el 20 de mayo, Biden aseguró que un rehén de Hamas estaba en la Casa Blanca durante la celebración del Mes de la Herencia Judía Estadounidense. Según el mandatario, el estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, actualmente cautivo de Hamas, se encontraba en la casa de gobierno. “Mi administración está trabajando sin descanso para liberar a los rehenes que quedan. Y hoy está aquí con nosotros Hersh Goldberg Polin”, dijo, para luego retractarse.
En entrevista con Yahoo Finance el 14 del mismo mes, el mandatario señaló que la inflación estaba “en el 9% cuando llegué”, repitiendo algo que había dicho a CNN. Cuando asumió, y según el Índice de Precios al Consumo, este indicador se encontraba en el 1,4% interanual al momento de asumir, en enero de 2021.
En abril, mientras daba un discurso apoyado por un teleprompter, leyó “hacer una pausa”, pero era una indicación y no algo para decir en voz alta. En febrero, en tanto, se refirió erróneamente al Presidente egipcio, Abdel Fattah El-Sisi como “el presidente de México”. Irónicamente, en dicha conferencia de prensa el mandatario estadounidense rebatió un duro informe del abogado Robert Hur en el que se describía a Biden como un “anciano con mala memoria”.
Un día antes, señaló que había sido vicepresidente de Barack Obama durante la pandemia del Covid-19. “Y cuando yo era vicepresidente, las cosas iban un poco mal durante la pandemia”, inició. “Lo que ocurrió fue que Barack me dijo: ‘Ve a Detroit y ayuda a arreglarlo’”. El último mes de Biden como vicepresidente fue enero de 2017, años antes de la crisis sanitaria mundial.
Otra alarma la desató The Wall Street Journal, que el 4 de junio publicó un reportaje en el que aseguró que durante una reunión con líderes del Congreso, el mandatario habló tan bajo que pocos le entendieron; debió leer notas para resaltar puntos obvios; hizo pausas muy largas entre idea e idea, y cerró los ojos durante tanto tiempo, que algunos pensaron que se había “desconectado”.
S. Jay Olshansky, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois en Chicago, bajó el perfil a estos asuntos al asegurar a Reuters que “todos cometemos errores, y la probabilidad aumenta con la edad. Eso no tiene nada que ver con el juicio”. Según el académico, “ninguno de nosotros sobreviviría a una cámara de vigilancia 24 horas al día, siete días a la semana”.
Existe otro último supuesto fail, el más reciente de todos, que ha sido materia de debate en Estados Unidos. Se trata de un video viralizado en redes sociales donde se ve a los líderes de las siete economías más importantes del mundo, reunidos en el G7 en Italia, con un Biden aparentemente perdido.
Fue durante la realización de un aterrizaje en paracaídas que, mientras los líderes mundiales aplaudían mirando de frente, el mandatario estadounidense se giró hacia su izquierda, sin aplaudir, y comenzó a alejarse del grupo. Levanta el dedo pulgar, y la anfitriona, la premier italiana Giorgia Meloni, cruza por enfrente de todos los presentes para tocarle el hombro y hacer que retome la concentración en quien parece ser un miembro del Ejército italiano.
La respuesta gubernamental llegó de la mano del vicesecretario de Prensa de la Casa Blanca, Andrew Bates, quien disparó en redes sociales: “Los medios de Murdoch (en referencia al magnate de las comunicaciones y principal accionista de Fox News y el New York Post) están tan desesperados por distraer de la trayectoria de Joe Biden que simplemente mienten”.
Según el funcionario, mostraron “un marco artificialmente reducido para ocultar a los espectadores que acababan de ver una demostración de paracaidismo” y que su giro sorpresivo y solitario se debió a que estaba “felicitando a uno de los paracaidistas”.
Este viernes, CNN aseguró que “los medios de comunicación de derecha utilizaron un video engañosamente recortado para afirmar de forma maliciosa que el Presidente Joe Biden se alejó durante un evento con otros líderes mundiales en la cumbre del G7″. El citado medio añadió que “en el video completo, sin editar, Biden se apartó brevemente para saludar con el pulgar a varios paracaidistas que habían aterrizado detrás del grupo, junto con un montador de paracaídas que estaba arrodillado en el suelo para recoger uno de los paracaídas y la bandera francesa”.
Independiente de aquello, y llevando los errores a cifras, un informe realizado por el Daily Caller detalló que solo durante este año, Joe Biden ha cometido al menos 148 fails, según pudieron leer de los registros oficiales de la Casa Blanca.
Clyde Wilcox, profesor de Gobierno en la Universidad de Georgetown, planteó a La Tercera que “Joe Biden siempre ha cometido errores verbales y siempre ha tartamudeado. Pero está empeorando un poco, sobre todo cuando está cansado”.
Y añadió: “Sin embargo, Trump es mucho peor. Mira el video en el que habla de una batería y de un tiburón en un barco…”. Se refiere a un mitin en Nevada donde el eventual candidato republicano aseguró que “ellos” están impulsando una iniciativa que obligaría a los fabricantes de barcos a utilizar motores eléctricos, lo que no ha ocurrido de momento. Luego, lejos de una crítica a la política medioambiental o de combustibles, el exmandatario se desvió totalmente del tema.
“Por cierto, muchos ataques de tiburones últimamente, ¿te has dado cuenta, muchos tiburones?”, inició. “Hoy he visto a algunos tipos justificándolo. Bueno, en realidad no estaban tan enfadados. Le mordieron la pierna a la joven por el hecho de que estaban, no estaban hambrientos, sino que malinterpretaron quién era ella. Esta gente está loca. Él dijo que no hay ningún problema con los tiburones. Simplemente, no entendieron realmente a una mujer joven nadando ahora. Realmente fue diezmada y otras personas hacen muchos ataques de tiburón”. Y luego retomó su discurso sobre los motores eléctricos.
Si bien no es la primera vez que se refiere a este último tema, sí lo es cuando se refiere a tiburones. Además, la confusa traducción se dio en un estado en el que ni siquiera hay salida al mar.
Proyecto de contingencia
De momento, todo apunta a que será Joe Biden el abanderado del Partido Demócrata, porque cuenta con el apoyo de casi la totalidad de la tienda política. Las encuestas pronostican una batalla cerrada, donde la última Reuters/Ipsos dio una distancia marginal de dos puntos porcentuales al abanderado republicano. Pero, ¿y si Biden decide abandonar?
En conversación con La Tercera, John Zogby, fundador y presidente de Zogby International, una de las encuestadoras con más prestigio en EE.UU., señaló que “a diferencia de los partidarios de Donald Trump, la mayoría de los votantes del Presidente Biden lo eligen porque desprecian la otra opción. La combinación de demócratas que quieren que sea elegido más los que temen a Trump mantiene su apoyo sólido”.
Y añadió que si bien “hay muy poco entusiasmo por el actual presidente”, también existen “pocas posibilidades de que se le niegue la nominación debido a su dominio en las primarias”. “Pero siempre está el imprevisto, algún acontecimiento que podría obligarlo (o a Trump) a abandonar”, reconoció.
El último sondeo Reuters/Ipsos reveló un detalle que podría ser clave. Con un 41% de las preferencias decantadas hacia Trump, y 39% para Biden, otro 20% señaló que no había elegido un candidato aún. Esto, en opinión de Zogby, es clave de cara a los últimos meses de campaña, especialmente considerando el debate entre ambos, programado para el 27 de junio en CNN.
“Creo que el debate será crucial. Están tanto los votantes indecisos como lo que llamamos los “double-haters”, es decir, el 20% aproximadamente al que realmente le disgustan ambos candidatos. Cualquier error, declaración equivocada o comentario escandaloso podría inclinar la balanza en lo que es una carrera básicamente empatada. No serán necesarios muchos cambios de opinión para inclinar la balanza”, señaló el experto electoral.
Por otro lado, cabe hacerse la pregunta sobre si existe un plan B entre las filas demócratas en caso de que Biden decidiera dar un paso al costado. Si bien es poco probable, pues el candidato a la reelección dominó las primarias presidenciales demócratas, medios locales siguen especulando al respecto.
Si se retirara, pese a contar con la abrumadora mayoría de los 3.936 delegados necesarios para asegurarse la nominación demócrata, el nombre a reemplazarlo debería ser elegido en la Convención Nacional Demócrata. Esta se celebrará en agosto, puntualmente en la ciudad de Chicago.
Hay algunos nombres que se sondean, como el de la vicepresidenta Kamala Harris o el del gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha tenido un alza en las encuestas. “Newsom (o cualquier otro) podría convertirse en nominado solo si algo obliga a Biden a abandonar la carrera. Ahora mismo, Biden tiene delegados más que suficientes, además del apoyo y la infraestructura del partido para dominarlo”, dijo a este periódico John Zogby.
Si bien Harris es la opción lógica no solo por su cercanía a Biden, sino también por haber sido la primera vicepresidenta mujer, afroamericana y surasiática -lo que acercaría el voto afro y el joven-, hay una lista de posibles sustitutos.
El ya citado Gavin Newsom, cercano tanto a Biden como a Harris, promete como uno de los con más proyección en las filas demócratas. Pero también está la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. Además de hacerse con el control de la legislatura estatal en las elecciones de mitad de mandato de 2022, es una fuerte defensora del derecho al aborto, incluso instando a Biden que avance en dichas políticas.
Amy Klobuchar, senadora de Minnesota, también ha aparecido en esa carrera soterrada como posible sucesora de Biden. De hecho, en las primarias de Nuevo Hampshire y en línea con el argumento de que ni Biden ni Trump convencen totalmente, Klobuchar superó al mandatario y a la senadora Elizabeth Warren, de Massachusetts.
A menos de cinco meses de las elecciones, y con la carrera todavía abierta, cada detalle parece ser de vital importancia para asegurar la estadía o el regreso de los candidatos a la Casa Blanca. Y pese a que los gaffes ya habían sido tema de análisis durante la anterior campaña presidencial, pareciera que esta vez la atención mediática es incluso mayor.
/psg