Un estudio de la Universidad Católica alertó sobre la disminución de la participación de Chile en el mercado global del litio en la próxima década, desatando un debate entre los expertos sobre el posicionamiento del país frente a otras naciones.
El análisis, elaborado por el Centro de Energía de esa casa de estudios, revela que, de no adoptarse medidas urgentes, la cuota del país en la producción mundial del mineral podría reducirse drásticamente en la próxima década, alcanzando apenas un 10% para 2033.
«Si bien hace dos décadas nuestro país representaba cerca del 40% del mercado mundial, actualmente se ha reducido al 24%, superado por Australia, que lidera con un 47%», explicó Álvaro Videla, director del Centro de Energía de la UC a El Mercurio.
Según Videla, la falta de nuevos proyectos de desarrollo y la creciente competencia de países como China han contribuido a esta disminución.
«A pesar del interés empresarial, la proyección para Chile es compleja de cara a 2030», añadió, destacando que la electrificación global está impulsando una mayor demanda del litio.
Videla también subrayó la necesidad de un marco regulatorio más eficiente. «Actualmente, un proyecto demora entre 10 y 12 años solo en su fase de aprobación, lo que desincentiva la llegada de nuevos inversionistas», señaló.
Según el académico, el escenario se agrava al considerar que China y Australia podrían consolidar su dominio en el mercado si no se agilizan los procesos de concesión y no se atraen inversiones bajo un marco jurídico actualizado.
En esta línea, Gustavo Lagos, profesor de Ingeniería de Minería UC fue cauteloso sobre las proyecciones, aunque coincide en que Chile perderá terreno.
«Lo que pasa es que yo creo que hay que tener cuidado con las proyecciones, pero es obvio que más allá de 2030 Chile va a perder terreno», expresó a Emol.
Lagos señaló que aunque el país se mantendrá en segundo lugar hasta fines de la década, «los proyectos nuevos no van a empezar antes de 10 años, más cerca al 2035», debido a los complejos procesos de aprobación de proyectos, como los Contratos Especiales de Explotación de Litio (CEOLs).
Además, Lagos advirtió que los problemas de «permisología» no solo afectan al litio, sino a toda la industria minera chilena. «Chile no puede competir así», sentenció, mencionando que la burocracia en la aprobación de proyectos es mucho mayor en comparación con países vecinos como Perú.
«¿Cuál es el problema? La permisología, claramente la permisología y los dos proyectos que hay en el Congreso yo creo que no resuelven sino que una parte menor del problema. Algo resuelven, pero no suficiente. Ese es el principal problema que tiene la minería completa, no solamente el litio», añadió.
Por su parte, Felipe De Mussy, presidente de Sudamérica de Lilac Solutions, destacó a Emol la oportunidad que tiene Chile para desarrollar la industria del litio, pero enfatizó que es crucial tomar medidas.
«Se podrían realizar acuerdos para avanzar en la reinyección de la salmuera, y apurar los plazos en la implementación de la política del litio», afirmó.
Asimismo, mencionó la importancia de acelerar la aprobación de proyectos bajo los CEOLs y apoyar a Codelco y Enami en sus iniciativas de explotación del mineral.
«Se podría dar curso urgente a nuevos proyectos vía otorgamiento de CEOLs u otros, y apoyar los avances que necesita Codelco y Enami para poner en marcha sus operaciones de litio», manifestó.
En cuanto a las fluctuaciones del mercado, Alejandro Ferrada, académico de la Universidad del Desarrollo, mencionó que la demanda de litio experimentó un crecimiento exponencial en 2022, lo que disparó los precios. Sin embargo, esta tendencia no se mantuvo.
«Luego se observó una caída sostenida de los precios, situándose hoy en niveles de 2021», explicó Ferrada, quien señaló que el mercado aún se encuentra en un proceso de ajuste a medida que se implementan iniciativas como la electromovilidad.
Ferrada añadió que aunque Chile tiene un marco legislativo estable para la minería, es necesario ampliarlo para agilizar los procesos de concesión de litio, y así mantener su participación en la producción mundial del mineral.
«El ingreso de nuevas inversiones en la industria de litio, como las de Argentina o China, da cuenta de una reacción natural del mercado ante estas oportunidades», sostuvo.
Por último, Nicolás Román, académico de la Universidad de los Andes, también destacó el impacto de la regulación en la competitividad del país.
«La estrategia nacional del litio incluye principios importantes como la sostenibilidad y la participación del Estado, pero estos podrían entrampar el proceso de otorgamiento de permisos», advirtió Román, quien subrayó que si las restricciones impuestas por el gobierno limitan el interés de los inversionistas, Chile podría perder protagonismo en el mercado.
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