Pueden ser los días más complejos por los que atraviesa el gobierno. A seis días de que se destapara por la prensa la denuncia de abuso sexual y violación en contra del subsecretario Manuel Monsalve, La Moneda no ha sido capaz de sacudirse uno de los hechos más sensibles que han golpeado a la administración.
La manera en que el Presidente Gabriel Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá, procesaron la trama, concitó críticas por presuntos privilegios otorgados a la otrora autoridad, poniendo en entredicho el compromiso del gobierno feminista.
Por ejemplo, ha sido objeto de recriminación el haber permitido que el subsecretario viajara la Región del Biobío para informar a su familia de la denuncia y que el retorno a la Región Metropolitana lo haya hecho en un avión de Carabineros.
En ese contexto, el Gobierno ha caído en una suerte de marasmo -que la RAE define como suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral o en lo físico- en términos de su propia agenda.
El lunes, el Presidente Gabriel Boric decidió suspender el viaje que emprendería a la Región del Biobío para concurrir a la apertura del Encuentro Regional de Empresas, Erede 2024.
La idea de que Boric fuera presencialmente era relevar el Plan de Fortalecimiento Industrial para el Biobío que ha encabezado el ministro de Economía, Nicolás Grau, como una medida para enfrentar el cierre de la Siderúrgica Huachipato. Un mensaje que Boric finalmente entregó desde el Palacio de La Moneda, de forma telemática.
Desde el Salón Prat, el Presidente se dirigió a los empresarios de la región y reconoció que «los últimos días no han sido fáciles, pero he decidido estar con ustedes, aunque sea de manera virtual para dar una muestra de nuestro compromiso férreo con este plan».
Agenda eclipsada y presión por ajustes
Por otro lado, la trama judicial del exsubsecretario se ha tomado el debate público. Eso resintió el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, apuntando al caso Audios. «Obviamente desapareció Hermosilla, no existe, Guerra no existe, la acusación contra el juez Muñoz no existe», comentó.
«Aquí hay un tratar de poner el centro, en un hecho no menor, gravísimo, y ahí, digamos, parte de las repercusiones de la irresponsabilidad política de quien era subsecretario, porque sus actuaciones permitieron esto, pero no porque lo habían permitido, los otros temas desaparecieron. Estamos frente a frente, a mi juicio, a una crisis en instituciones de Estado que tienen que ver con el tema clave de las claves en el servicio público, que es la probidad», sostuvo.
Por lo demás, comienza a tomar fuerza la petición por adelantar el cambio de gabinete. Un ajuste que el Ejecutivo ha estado estudiando con el ojo puesto en la primera quincena de noviembre, con motivo del éxodo de autoridades que buscan competir en las elecciones parlamentarias del 2025.
El aplicar el rebaraje fue una demanda que enarbolaron diputados de la UDI, exigiendo la salida de la ministra del Interior, Carolina Tohá; de Mujer, Antonia Orellana y el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara.
Pero la jefa de gabinete, Carolina Tohá, desestimó un reajuste ministerial como una fórmula para superar la crisis de Monsalve. «Yo creo que esta crisis se supera mostrando que las instituciones responden correctamente, se esclarecen las cosas, y si hay delitos, se sancionan. Esa creo yo la manera de responder una crisis como esta», dijo en medio de su despliegue en la Región de Arica.
Así las cosas, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, sigue estando en el ojo del huracán. Requerida sobre por qué el Presidente esperó casi dos días para destituir a Monsalve, la militante del Frente Amplio vertió palabras que motivaron una arremetida opositora.
«No estamos hablando de un portero de un servicio público, estamos hablando de nada más ni nada menos de quien está a cargo de la seguridad del país», sostuvo, ante lo que la acusaron de un «clasismo impresentable» y de una «falta de empatía».
«Ana Lya ha sido una gran servidora pública pero ella tomó la decisión de renunciar», indicó este martes, descartando que la decisión de la socialista esté relacionado al caso Monsalve. «Tuvimos una conversación larga, nos conocemos hace mucho tiempo, así que, es una decisión personal», indicó.
Con ese proceso de restructuración andando, el exministro de Justicia busca reimpulsar el trabajo de la subsecretaría. Este martes se presentó con todos los funcionarios de la partición, mientras que este miércoles realizará su primera visita regional, con destino a La Araucanía.
La voz de analistas
Con estas consideraciones, analistas y politólogos aquilataron el momento del Gobierno. Así, el académico de la Universidad Central, Marco Moreno, dijo a EmolTV que la «posibilidad de tener un cierre de mandato, como normalmente ocurría con los los jefes de Estado, que el último año en realidad pasaban a ser un poco irrelevante pero podían hacer algunas cosas, evidentemente esto se complica».
Con eso, apuntó a «los proyectos estrella del Gobierno, el FES, el financiamiento de la educación superior, la reforma de los sistemas de pensiones, lo que se intentaba hacer respecto al sistema político, están hoy día en una situación de absoluto inmovilismo en el Congreso, porque evidentemente además la oposición percibe a un Gobierno debilitado, huele que el Gobierno está débil».
«Después del domingo a lo mejor también las tensiones dentro de los propios oficialismos, entre el Socialismo Democrático y el Frente Amplio pueden agudizarse todavía más dependiendo de los resultados que haya el domingo. Por lo tanto está en un fenómeno, con el síndrome del pato cojo», advirtió.
Para el académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, «al gobierno siempre le ha costado mucho mantener la agenda política y pública, eso ha sido una dificultad permanente». Ahora bien, consideró que es posible salir de la crisis, pero probablemente «empezando en noviembre, donde mucha autoridad a lo mejor van a servir de cargos públicos para competir».
«Ahí puede que se establezca a lo mejor un cambio en el diseño del gabinete, y eso también produzca un periodo distinto en el cual entra un último año el gobierno, en una suerte de periodo que algunos denominan pato cojo, que también puede afectar, digamos, en su desarrollo. Va a ser más bien administrativo que político», añadió.
Por su parte, la académica de la Universidad Diego Portales, Nerea Palma, apuntó que «esto sin duda alguna se roba la agenda política. Esto es un caso que en el fondo lo que hace es posicionar la discusión, claro, en el exsubsecretario Monsalve, pero no solamente en él, sino que en general en La Moneda, en la figura del Presidente de la República y la figura también de Carolina Tohá y también del oficialismo».
Considerando que la crisis detona antes de las elecciones, Palma indicó que «obviamente que la oposición tiene todo el incentivo de que esto se mantenga en la agenda hasta por lo menos después de las elecciones para que otro tema naturalmente tome la agenda o posicionar la agenda en relación a los resultados electorales de la elección».
Dicho eso, afirmó que «lo que pasa con este caso es que la coordinación ahora tiene que ser impecable, dado que la primera coordinación que hubo respecto al caso fue desastrosa. Por lo tanto, este es el momento para poder intentar contener los daños».
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