Después de registrar uno de los índices de inflación más altos de los últimos 30 años, Chile comienza a observar señales de moderación en los precios. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un alza del 5,3 % en lo que va del año, lo que representa una desaceleración respecto al 12,8 % registrado en 2022.
A pesar de este alivio parcial, el costo de la vida sigue afectando a las familias chilenas, especialmente en rubros esenciales como alimentos, transporte y vivienda. El precio de productos básicos, como el pan y las carnes, se mantiene elevado, mientras que los combustibles y servicios básicos han experimentado fluctuaciones que impactan directamente en el presupuesto de los hogares.
El Banco Central ha continuado aplicando medidas para controlar la inflación, incluyendo ajustes en la tasa de interés, que actualmente se sitúa en el 9,75 %. Si bien estas políticas han contribuido a reducir la presión inflacionaria, también han generado un menor dinamismo en el crédito y en la inversión privada.
Por otro lado, el gobierno ha impulsado programas de ayuda social, como el aumento del ingreso mínimo garantizado y subsidios directos, para mitigar los efectos del alza en los precios. Sin embargo, los analistas señalan que es fundamental abordar problemas estructurales, como la dependencia de las importaciones y la vulnerabilidad frente a las fluctuaciones del dólar, para lograr una recuperación económica sostenible y equilibrada.