Hasta esta madrugada sesionó la sala del Senado que fue convocada, ayer lunes, para votar y despachar la reforma de pensiones.
Tras dos acuerdos alcanzados en las comisiones de Trabajo y de Hacienda, los senadores tenían una pesada tarea para procesar dos extensos informes con sus respectivos comparados: uno de casi 700 páginas, y otro, de 500 carillas.
Pero, la resolución a favor de la reforma se sabiá de antes, pues ya contaba con 36 respaldos, desde el PC a la UDI.
De hecho, ya ayer en la mañana el piso estaba asegurado (al menos 26 votos), incluso con holgura. Ese piso, en todo caso, podría fluctuar a la hora de votar cada articulado en particular, dependiendo de algunas ausencias o de votos que se decidan a última hora.
Por otro lado, ayer en la mañana también estaba bastante claro quiénes eran los disidentes frente a los acuerdos alcanzados por el gobierno y los senadores de Chile Vamos.
Demócratas divididos
Una de las más críticas era la senadora y exministra del Trabajo, Ximena Rincón (presidenta de Demócratas), quien no quedó conforme con las medidas comprometidas por el gobierno en la tramitación de la reforma en la Comisión de Hacienda, donde se analizaron especialmente las implicancias fiscales de la iniciativa.
“Me opongo a que a las AFP les regalen el poder retirar US$ 1.200 millones, entre muchas otras cosas… (por ejemplo), que entren operadores chantas y arriesguen los ahorros de millones de trabajadores. Eso es impresentable. ¡Estamos frente a un Transantiago previsional!”, dijo la legisladora.
“Yo estoy por mejorar las pensiones de nuestros pensionados actuales y futuros, pero haciéndolo bien, y lo que pedí fue tiempo para revisar. Por ello, yo no le daré mi voto a esta reforma, tampoco voy a votar en contra de ella. Que cada uno asuma sus responsabilidades”, añadió Rincón, quien al cierre de esta edición habría optado por restarse de la votación, a pesar de que estuvo presente en el debate del Senado.
Sin embargo, en este tema la bancada de Demócratas, que no fue parte del entendimiento de Chile Vamos con el Ejecutivo, actuará dividida, ya que el senador y vicepresidente de la Cámara Alta, Matías Walker (militante de ese partido), sí apoyó los acuerdos logrados en las últimas semanas.
Descuelgues
Dentro de Chile Vamos, el senador Carlos Kuschel (RN) se transformó en el principal detractor del entendimiento, que fue suscrito por el presidente de su partido, Rodrigo Galilea (RN), y el mismo titular del Senado, José García (RN), quien es parte de la Comisión de Hacienda.
En esa misma bancada también actuaron en una abierta rebeldía los senadores Alejandro Kusanovic (Ind. RN) y María José Gatica (RN).
En la mañana, Kuschel dijo que lo obrado en el Senado era “reguleque” y al igual que Gatica y Kusanovic, votó en contra de la idea de legislar.
A juicio del parlamentario de RN, aún persisten las dudas sobre el efecto fiscal de la reforma. “No tenemos los datos del Censo para saber la edad de los chilenos, dónde están, qué hacen y cuántos chilenos jovencitos hay para pagar las jubilaciones de las personas mayores. No tenemos los datos que se van a conocer ahora del Imacec, de la inflación, que se entregan justo a partir de mañana. También hay reunión del Banco Central de Chile. Esos datos no los vamos a tener si hacemos esto a toda carrera hoy”, agregó.
Kuschel añadió que “todo esto tiene que ver con la sostenibilidad fiscal” y que “nos advirtieron que hay 11 puntos de riesgo. Es lo que piensa el Consejo Fiscal Autónomo, pero yo pienso que puede haber más puntos de riesgo fiscal, derivados principalmente del nulo crecimiento económico”.
En la UDI también afloró una voz disidente: el senador por Arica, José Durana, quien rechazó la idea de legislar.
En tanto, otras bancadas opositoras, que no son parte de Chile Vamos, ya tenían decidido hace días su rechazo, como los senadores Rojo Edwards (socialcristiano), Juan Castro (socialcristiano) y Carmen Gloria Aravena (republicana).
“Esta votación divide profundamente a la oposición, debilitando nuestras opciones presidenciales. Además es un golpe a la clase media y las pymes. Una reforma donde los que gana más pagan menos. Introduce para una sociedad que envejece el cáncer del reparto y relativiza la propiedad de los ahorros previsionales”, dijo Edwards.
Por su parte, la senadora Aravena, al fundamentar su voto, señaló que el proyecto tiene un ánimo refundacional como en el que se dio en el fallido primer proceso constituyente. “Este proyecto les pide a los trabajadores que se metan su mano al bolsillo”, añadió la legisladora, que advirtió que la reforma también impactará al empleo y la deuda pública.
En el oficialismo, en tanto, la principal voz disidente era el senador Pedro Araya (PPD), quien también cuestionó la premura para votar. “Los senadores no vamos a tener toda la información respecto de lo que estamos votando… No nos podemos equivocar. Nosotros no podemos mandarnos, como Congreso, un numerito como el que nos mandamos con la Ley de Isapres… Valoro el acuerdo, pero como dice el refrán popular: el diablo está en la letra chica”, indicó. Pese a ello, Araya igual fue persuadido para votar a favor, en general, y solo rechazó dos aspectos particulares de la reforma.
El piso de la reforma
A eso de las 18.00, la sala del Senado acordó abrir la votación, a pesar de que a esa hora pocos senadores habían intervenido.
Con esta decisión, al menos en el conteo interno, que aún no se publicaba en el tablero del hemiciclo, quedó ratificado el respaldo a la idea de legislar de la iniciativa.
Entre quienes aprobaron, sin embargo, el presidente del Senado, José García (RN), hizo una advertencia. “Este Congreso estará siempre muy atento y vigilante a los pasos que se den el futuro en materia previsional, no aceptaremos ninguna desviación de las premisas que dieron lugar a esta reforma”.
“En caso contrario, actuaremos de manera decisiva para revertir legislativamente las desviaciones cometidas, y lo haremos cada vez que sea necesario”, complementó el timonel de la Cámara Alta.
El senador Iván Moreira (UDI), por su parte, señaló que “nuestro país necesita con urgencia demostrar que la democracia permite solucionar problemas y no solo favorece el estancamiento en tiempos que abundan los cantos de sirenas, de partidos y movimientos que exigen avanzar sin transar o no ceder ni un milímetro”.
El jefe de bancada del Partido Socialista, Gastón Saavedra, afirmó que “la propuesta de la reforma beneficiará a los 2.800.000 adultos mayores, aumentando sus pensiones entre un 14 y un 35%, superando ampliamente los beneficios otorgados en la reforma del 2008″.
El vicepresidente del Senado, Matías Walker, inició su intervención afirmando que “voy a votar íntegramente las normas en particular contenidas en los excelentes informes que ha rendido el presidente de la Comisión de Trabajo, Juan Antonio Coloma; y el presidente de la Comisión de Hacienda, Felipe Kast… Voto a favor como lo hice en los proyectos de reformas de pensiones de la Presidenta Bachelet y del Presidente Piñera, ambos combinaban el poder fortalecer el ahorro individual con un seguro social”, complementó Walker.
El senador Rodrigo Galilea (RN), quien junto a sus pares Juan Antonio Coloma (UDI) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli), fue uno de los negociadores del acuerdo, lamentó sentidamente el desmarque de algunos de sus pares. “Este proyecto no solo está bien pensado, es absolutamente indispensable… En las campañas que hemos visto en las redes sociales y también algunos discursos se dicen cosas que son completamente erradas o falsas…”.
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