A una década del polémico Caso Caval, que involucró a Sebastián Dávalos, hijo de la expresidenta Michelle Bachelet, en un escándalo de tráfico de influencias, Dávalos rompió su habitual bajo perfil para referirse a la posibilidad de que su madre sea candidata presidencial en las próximas elecciones. En una entrevista con El Mercurio, Dávalos evitó especular sobre los planes de Bachelet, pero aprovechó para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el oficialismo y la necesidad de construir un proyecto de país a largo plazo.

Consultado sobre si su madre es la mejor carta del oficialismo para llegar a La Moneda, Dávalos respondió con cautela: “No sé qué está pensando la presidenta, no lo tengo claro. Es una decisión de ella y no la voy a estar molestando, o preguntándole qué va a hacer”. Sin embargo, dejó en claro que, más allá de quién sea el candidato, el foco debería estar en definir un proyecto político sólido. “Lo que sí creo es que más allá de quién sea el candidato del oficialismo, acá se necesita hacer algo más profundo”, afirmó.

Un llamado a la renovación y al proyecto de país

Dávalos hizo hincapié en la necesidad de que el oficialismo piense en el futuro de Chile y no solo en la figura que lo representará. “Se necesita pensar en un proyecto de país, de cómo la coalición quiere a Chile en 10 años. Distinto es pensar en la persona idónea para liderar ese proceso, pero si no se ponen de acuerdo en cómo quieren que sea Chile, no tiene sentido pensar en el candidato”, señaló.

En esta línea, respaldó las declaraciones previas de Bachelet sobre la importancia de renovar la política y potenciar nuevos liderazgos. “Ella ha dicho muchas veces que hay que potenciar nuevos liderazgos y que hay que renovar la política, y yo estoy de acuerdo con eso”, afirmó Dávalos, quien parece alinearse con la idea de que el oficialismo debe dar paso a una nueva generación de líderes.

La decisión de Bachelet: un tema familiar

Al ser consultado sobre si Bachelet consulta a sus hijos antes de tomar decisiones políticas, Dávalos fue claro: “Nosotros somos todos mayores de edad. No tiene por qué preguntarnos nuestra opinión. Es una decisión que podrá tomar e informarnos en su momento”. Esta respuesta refleja no solo el respeto hacia la autonomía de su madre, sino también la distancia que ha mantenido la familia Bachelet respecto a la esfera política desde el Caso Caval, que marcó un antes y un después en la vida pública de Sebastián Dávalos.

Reflexiones sobre el futuro del oficialismo

Las declaraciones de Dávalos llegan en un momento clave para el oficialismo, que enfrenta un escenario de fragmentación y falta de consenso sobre su candidato presidencial. Mientras algunos sectores insisten en que Bachelet es la figura más competitiva para enfrentar a la centro derecha, otros abogan por la renovación y la promoción de nuevos liderazgos, como la ministra del Interior, Carolina Tohá, o el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego.

Dávalos no se pronunció directamente sobre estos nombres, pero su llamado a pensar en un “proyecto de país” sugiere que, para él, la discusión sobre el candidato es secundaria frente a la necesidad de definir una visión clara y unificada para Chile. Este enfoque podría interpretarse como un mensaje indirecto a los partidos de la coalición, que hasta ahora no han logrado articular una estrategia común.

Conclusión: más allá de Bachelet

Aunque Sebastián Dávalos evitó confirmar o descartar una posible candidatura de su madre, sus palabras reflejan una postura crítica hacia la tendencia a centrar el debate político en las figuras individuales en lugar de en los proyectos colectivos. Su llamado a la renovación y a la construcción de un proyecto de país a largo plazo resuena como una advertencia para el oficialismo, que deberá decidir si apuesta por un liderazgo conocido o si se arriesga a dar paso a nuevas caras.

Mientras tanto, Michelle Bachelet sigue siendo un enigma. Aunque ha sido categórica al afirmar que no está interesada en una nueva candidatura, su figura sigue generando expectativas y presiones dentro de su coalición. Lo que está claro, según las palabras de su hijo, es que cualquier decisión que tome será personal y no estará sujeta a consultas familiares. El oficialismo, por su parte, tendrá que decidir si sigue mirando al pasado o si se atreve a construir un futuro con nuevos protagonistas.

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