El trimestre móvil enero-marzo de 2025 confirmó la desaceleración en la creación de empleo total, con apenas 80 mil nuevos puestos de trabajo respecto al mismo período del año anterior. Esta es la cifra más baja desde abril de 2021, cuando el país aún atravesaba los efectos más severos de la pandemia.

No obstante, el panorama mejora al diferenciar entre empleo formal e informal: en los primeros tres meses del año se crearon casi 275 mil empleos formales, el mayor número desde enero de 2022. En contraste, se perdieron 194 mil empleos informales, la mayor destrucción desde marzo de 2021, reflejando una recomposición de la fuerza laboral hacia puestos más estables.

A pesar de esta señal positiva, los indicadores que miden la demanda laboral futura apuntan a un escenario menos optimista. El Índice de Avisos Laborales por Internet (IALI), elaborado por el Banco Central, registró en abril una caída interanual de 10,19% y una baja mensual de 7,63%, alcanzando su nivel más bajo para ese mes desde 2020.

“Esta caída confirma que la recuperación observada en marzo fue puntual y no un cambio de tendencia”, explicó Carmen Cifuentes, economista de Clapes-UC. La experta advierte que el mercado sigue mostrando una demanda laboral persistentemente débil, especialmente en el sector privado formal. “En los últimos 35 meses, solo en dos ocasiones se ha registrado un aumento interanual del índice, lo que refleja casi tres años de debilidad”, añadió.

Por su parte, Juan Bravo, director del OCEC-UDP, coincide en que el indicador es útil, aunque volátil. “En marzo el IALI subió 8,1% y en abril cayó más de 10%, lo que muestra su sensibilidad a factores coyunturales. Se requiere observar su comportamiento en los próximos meses antes de concluir si hay un cambio real de tendencia”, señaló.

🔍 Perspectivas moderadas y factores de riesgo

Más allá de los vaivenes mensuales, las perspectivas para el empleo siguen siendo moderadas y sin señales claras de repunte sólido. La tasa de desocupación se mantiene en 8,7%, mientras que el desempleo de larga duración aumenta y la subutilización de la fuerza laboral sigue siendo elevada.

Para Cifuentes, el entorno económico actual no favorece la creación de empleo, debido a la baja confianza empresarial y proyecciones de crecimiento ajustadas a la baja. “La menor dinámica externa, vinculada a las tensiones comerciales internacionales, también impacta las expectativas del sector privado”, apuntó.

A pesar de la resiliencia del empleo formal, los especialistas coinciden en que será necesario seguir monitoreando la evolución de los indicadores, tanto de oferta como de demanda, para evaluar con mayor certeza si el mercado laboral chileno podrá recuperar su dinamismo o seguirá enfrentando un ciclo prolongado de estancamiento.

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