Las tensiones diplomáticas entre Chile, Estados Unidos e Israel continúan escalando tras una serie de decisiones del presidente Gabriel Boric, que incluyeron el retiro de los agregados militares chilenos en Tel Aviv y duras críticas a Israel en su última Cuenta Pública. A este complejo panorama se suma un hecho inusual en la diplomacia internacional: Boric no respondió una llamada del Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, el viernes anterior a su discurso, derivando el contacto al canciller Alberto van Klaveren.

La situación ha sido calificada como “inusual” por diversas fuentes diplomáticas, considerando el peso del interlocutor. El senador republicano Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, advirtió este lunes que los recientes episodios “podrían tener un impacto negativo en las relaciones entre Estados Unidos y Chile”.

Críticas cruzadas por Israel

El principal foco de la controversia ha sido la postura del gobierno chileno frente a Israel. Boric ordenó el retiro de los agregados militares en Tel Aviv, en protesta por la ofensiva israelí en Gaza, que ha dejado más de 50.000 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según reportes internacionales. La ofensiva fue una respuesta al ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 civiles israelíes muertos y 251 rehenes.

Aunque la Cancillería chilena no confirmó un eventual quiebre de relaciones diplomáticas, fuentes diplomáticas confirmaron que esa posibilidad fue considerada como parte de los escenarios previos al anuncio presidencial.

En su Cuenta Pública, Boric calificó como “inaceptable” la respuesta militar de Israel y anunció que instruyó al Ministerio de Defensa a estudiar cómo Chile podría reducir su dependencia tecnológica y armamentista de ese país. Sin embargo, expertos en Defensa señalan que una desvinculación efectiva sería “virtualmente imposible” y costaría cerca de US$30.000 millones, a ocho meses del fin del mandato de Boric.

Versión edulcorada y molestia en Washington

Desde la Cancillería chilena se emitió una versión neutral de la conversación entre Van Klaveren y Rubio:

  • Durante el diálogo se pasó revista a los temas de la relación bilateral, y se desarrolló en un tono cordial”, señalaron desde el ministerio.

Presidencia justificó la negativa de Boric a atender el llamado señalando que “los presidentes se contactan con presidentes o primeros ministros”. El propio canciller luego aclaró que Boric estaba ocupado en los preparativos de su Cuenta Pública.

En paralelo, en círculos diplomáticos de Washington, se considera que la decisión del mandatario chileno fue un gesto de desdén diplomático, particularmente sensible debido a que Estados Unidos es el principal aliado de Israel en el mundo.

Reacciones desde el Senado de EE.UU.

El senador Rubio, quien ha criticado abiertamente la política exterior de Boric en torno a Israel, ya había advertido en abril de posibles actividades del grupo terrorista Hezbollah en Chile, alineado con Irán. En esa ocasión dijo:

  • No estoy de acuerdo con su retórica sobre Israel. Espero que estemos expresando ese desacuerdo de manera clara”.

A las críticas se sumó Jim Risch, quien escribió en la cuenta oficial del Comité de Relaciones Exteriores del Senado:

  • La decisión del presidente Boric de degradar las relaciones de seguridad con Israel es decepcionante y miope. Muy bien podría tener un impacto negativo en las relaciones entre Estados Unidos y Chile en el futuro”.

Un historial de fricciones

La postura crítica de Boric hacia Israel no es nueva. En septiembre de 2022 se negó a recibir las cartas credenciales del embajador israelí Gil Artzyeli, episodio que generó una crisis bilateral. También su embajador en España, Javier Velasco, fue protagonista de una polémica en junio de 2024 al hablar en público sobre el reemplazo de Israel como proveedor de defensa, lo que fue considerado una grave falta diplomática. Pese a ello, fue respaldado por el canciller Van Klaveren.

Por qué importa:
El deterioro de las relaciones entre Chile, Israel y ahora Estados Unidos marca un quiebre en la política exterior tradicionalmente pragmática del país, y podría traer consecuencias directas, como la eventual pérdida de beneficios como la Visa Waiver o trabas en negociaciones comerciales clave para la economía nacional.

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