El 2 de abril, desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump anunció una medida que agitó los mercados globales: un alza general del 10% en los aranceles a las importaciones hacia Estados Unidos. La orden ejecutiva, que entró en vigor tres días después, excluyó productos como el cobre y la madera, pero golpeó a otros sectores clave de la canasta exportadora chilena.

A dos meses del anuncio, las industrias chilenas empiezan a evaluar los efectos de esta política proteccionista. Según cifras del Servicio Nacional de Aduanas, después del cobre —con US$5.600 millones exportados en 2024— los principales envíos a Estados Unidos son salmón (más de US$2.000 millones) y uva fresca (casi US$700 millones).

Aunque aún no hay evidencia estadística que revele un impacto directo en los volúmenes de exportación, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, advierte que el golpe más fuerte ha sido psicológico y estratégico:

  • Lo que más nos afecta es la incertidumbre. He visto muchas giras a China, India, Medio Oriente. Esto ha obligado a abrir mercados, diversificar portafolios y pensar en el mediano plazo”.

Estrategias frente al nuevo escenario

La preocupación es transversal. Desde el sector salmonero, Loreto Seguel, presidenta ejecutiva del Consejo del Salmón, señala que aunque en abril se alcanzó un récord de US$235 millones en exportaciones a EE.UU., “hay efectos a futuro”.

  • Algunas empresas están compartiendo el costo del arancel con los importadores, otras lo están absorbiendo. Esta incertidumbre se traduce en estrategias conjuntas y acuerdos temporales”, afirma Seguel, quien encabezó recientemente una gira por Japón, China, Italia y Francia.

Por su parte, Arturo Clément, presidente de SalmonChile, asegura que la demanda en EE.UU. sigue débil, y que existe un “impacto indirecto” en los precios en otros mercados por las expectativas negativas.

  • Hemos reforzado el trabajo público-privado para intentar eliminar este arancel y abordar el ‘arancel invisible’: trabas internas que afectan la competitividad”, sostiene Clément.

El caso del vino: una oportunidad entre la tensión

El vino chileno ha recuperado presencia en EE.UU., donde las exportaciones crecieron un 15% en valor en abril. Pero el sector no baja la guardia. Algunas empresas han aprovechado la disputa entre Washington y Ottawa para ganar terreno en Canadá, donde los envíos crecieron un 12% en lo que va del año.

“Ni bourbon ni vino californiano: Canadá retira el alcohol de EE.UU. de sus estanterías”, tituló recientemente The New York Times, describiendo un boicot canadiense que favorece a productos como el vino chileno.

Desde la viña Concha y Toro, con presencia en más de 140 mercados, explican que su filial estadounidense Bonterra Organic Estates les da flexibilidad:

  • Contar con una filial desde 2011 ayuda a mitigar riesgos. Además, mantenemos una relación estrecha con nuestros distribuidores para responder a escenarios inciertos”, señaló la empresa.

Gobierno chileno aplaza reunión clave con EE.UU.

Mientras las empresas enfrentan el nuevo contexto, el Gobierno chileno postergó una reunión programada para el 11 y 12 de junio con la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR), que buscaba revisar los efectos del arancel y evaluar excepciones.

Desde la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) minimizaron la importancia de la postergación:

  • Nuestro diálogo en el marco del TLC sigue activo. Se acordó reagendar la reunión para el segundo semestre de 2025, una vez finalizadas conversaciones bilaterales en curso”, indicaron en una declaración oficial.

Panorama abierto: datos de mayo serán clave

Desde el Ejecutivo y el sector exportador coinciden: las cifras de abril no reflejan completamente los efectos del alza, porque muchas decisiones de envío fueron tomadas meses antes. Mayo será el primer mes con impacto real observable.

  • No es dramático aún, pero sí vemos señales de alerta. El precio de algunos productos aumentó en EE.UU. y eso puede estar afectando la demanda”, concluye Antonio Walker.

Mientras tanto, Chile refuerza su táctica de diversificación, con la mira puesta en Asia, Medio Oriente y África. El mundo exportador se prepara para una nueva geografía comercial, aún sin claridad sobre cuánto durará este ciclo de tensión con Estados Unidos.

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