En solo un par de semanas, una serie de hechos vinculados al crimen organizado ha sacudido a la opinión pública chilena:

  • Militares formalizados por tráfico de drogas y asociación ilícita

  • Un fiscal removido por presuntos vínculos con narcotraficantes

  • Detención de una banda ligada al Tren de Aragua dedicada al lavado de dinero

  • Secuestro de un exalcalde

Todos estos casos tienen un denominador común: involucran a actores institucionales que, hasta ahora, no solían aparecer asociados a este tipo de delitos.

¿Casualidad o síntoma de algo mayor?

El debate se instaló de inmediato: ¿estos hechos son coincidencias aisladas o representan una escalada real del crimen organizado en las instituciones chilenas?

Para Carlos Guajardo, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, estos casos no son casuales.

“Lo que estamos viendo es lo que en criminología llamamos la punta del iceberg. Por cada caso que se descubre, la experiencia internacional sugiere que hay muchos más operando sin ser detectados”, explicó.

Una visión similar comparte Valeska Troncoso, investigadora del Centro de Estudios sobre el Crimen Organizado Transnacional de la Universidad de La Plata y académica de la USACH.

Los narcosmilitares, el lavado de dinero, el fiscal expulsado, todo da cuenta de formas de operar del crimen organizado”.

Según Troncoso, las organizaciones criminales combinan tres factores esenciales:

  • Impunidad (como en el caso del fiscal)

  • Corrupción (militares involucrados)

  • Violencia (como el Tren de Aragua)

Las autoridades reconocen el desafío

La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, reconoció la preocupación por estos hechos:

El crimen organizado no se denomina así por su capacidad de organización, sino por su capacidad de penetrar todas las capas de la sociedad e instituciones”.

“Sin embargo, estos casos fueron detectados por las propias instituciones, lo que indica que los sistemas de control interno están funcionando”, subrayó.

Sobre el caso del secuestro del exalcalde de Macul, Gonzalo Montoya, Leitao aclaró que hasta ahora no se han establecido vínculos con su rol como autoridad, y que la motivación sería personal.

No obstante, Troncoso pidió prestar atención a las propias declaraciones del exalcalde.

“Él mencionó la existencia de videos con menores de edad. Si eso es así, podría haber un vínculo con trata de personas, lo que lo conectaría directamente con el crimen organizado”, advirtió.

¿Camino a convertirse en Colombia o México?

Expertos y autoridades coinciden en la gravedad del momento, pero descartan que Chile esté al nivel de países como México o Colombia.

“Si me quiero comparar con México o Colombia, Chile es como una taza de leche. El problema es que tengo que mirar hacia adentro y ver qué ha pasado en los últimos tres años”, dijo Troncoso.

“Hace 10 años no teníamos al Tren de Aragua”, agregó.

Guajardo advierte que Chile está en un momento crítico, pero aún se pueden evitar escenarios más complejos.

“La ventana se cierra rápido. La secuencia de eventos muestra una masa crítica de infiltración institucional”.

Y detalla que ya se han identificado factores clave de expansión del crimen organizado:

  • Infiltración en las Fuerzas Armadas

  • Captura en el sistema judicial

  • Presencia de bandas transnacionales como el Tren de Aragua

A pesar de todo, Guajardo ve una diferencia clave:

“Aún el Estado chileno conserva el monopolio legítimo de la violencia y el control territorial general, algo que ya no ocurre en Colombia o México”.

¿Cómo combatir al crimen organizado?

Para Leitao, la estrategia debe ser preventiva y enfocada en fortalecer las instituciones.

Actuar a tiempo es fundamental. Nuestra primera prioridad ha sido reforzar los controles internos y promover una cultura de integridad”.

Troncoso enfatiza que el combate debe centrarse en la inteligencia policial y financiera:

“No puede ser que estén lavando más de 13 millones de dólares a través de 250 cuentas en BancoEstado. Esto exige inteligencia económica real”.

Guajardo coincide y propone una auditoría integral en instituciones clave:

“No solo al Ministerio Público, también a las Fuerzas Armadas, Carabineros, Aduanas y el sistema financiero. Necesitamos alertas tempranas que detecten movimientos patrimoniales anómalos o decisiones judiciales sospechosas”.

Chile aún está a tiempo, pero cada día que pasa sin tomar acciones concretas, perdemos margen de maniobra”, advierte.

Finalmente, Leitao subrayó que el gobierno impulsa una estrategia integral, con avances concretos en coordinación interinstitucional, uso de tecnología e inteligencia financiera.

Levantar el secreto bancario y reforzar la inteligencia económica son pasos clave para seguir la ruta del dinero narco”.

“Aunque los casos recientes son preocupantes, demuestran que nuestros sistemas de detección están funcionando. El desafío ahora es perfeccionarlos y mantener vigilancia constante”.

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