El accidente cerebrovascular (ACV) se ha consolidado como una de las principales causas de muerte a nivel mundial, y su incidencia sigue en aumento, especialmente en países como Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Aunque factores como la dieta, la actividad física y el manejo del estrés suelen mencionarse como determinantes en su prevención, especialistas advierten que los hábitos nocturnos, especialmente aquellos que ocurren después de las 17:00 horas, pueden ser igual de decisivos.

Son los pequeños y constantes hábitos diarios los que pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas como los ACV”, explica la Dra. Simran Malhotra, médica de cuidados paliativos y coach de bienestar.

1. Cenar temprano y saludablemente: clave para el cerebro

Uno de los factores más subestimados es la hora de la cena. Comer tarde en la noche puede alterar el ritmo circadiano, impactar negativamente en la presión arterial y el metabolismo.

“Comer tarde puede afectar negativamente la presión arterial y el metabolismo”, advierte Michelle Routhenstein, nutricionista especializada en salud cardiovascular.

Estudios indican que quienes cenan después de las 21:00 horas presentan un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. Por ello, los expertos recomiendan adelantar la última comida del día y también el desayuno, ayudando así a sincronizar la alimentación con los ritmos biológicos del cuerpo.

Adoptar este hábito mejora la digestión, mantiene estables los niveles de glucosa y presión arterial, y favorece la prevención de ACV.

2. Evitar el sedentarismo tras la cena

Quedarse sentado en el sofá después de comer puede parecer inofensivo, pero estudios demuestran que el sedentarismo nocturno eleva drásticamente el riesgo de ACV, especialmente en personas menores de 60 años.

Quienes permanecen inactivos más de 8 horas diarias y no practican actividad física tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir un accidente cerebrovascular que quienes se mantienen activos.

Una caminata de 20 minutos después de cenar puede ayudar con la digestión y optimizar el control del azúcar en sangre”, señala Malhotra. “Esto reduce el riesgo de prediabetes, hipertensión y, en consecuencia, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares”.

Incluso aumentar el ritmo de caminata tiene efectos positivos: por cada aumento de poco más de 1 km/h, el riesgo de ACV disminuye en un 13%.

3. Evitar el alcohol por la noche: más nocivo de lo que parece

Aunque muchas personas lo asocian con la relajación, el consumo nocturno de alcohol se relaciona con un mayor riesgo de ACV. Incluso en dosis moderadas, aumenta la inflamación, afecta las células cerebrales y altera funciones metabólicas clave.

“El alcohol aumenta la inflamación y daña las células”, alerta Troy Alexander, investigador de la Escuela de Medicina en Antigua y Barbuda.

Un estudio reveló que quienes consumen cinco o más bebidas en una sola noche, aunque sea ocasionalmente, presentan un riesgo considerablemente mayor de sufrir un ACV.

Los expertos recomiendan sustituir el alcohol por infusiones, aguas saborizadas o bebidas sin alcohol como forma de protección cerebral.

4. Dormir bien y en el horario adecuado

El sueño reparador es un pilar para la salud cerebral y cardiovascular. Dormir menos de cinco horas aumenta el riesgo de ACV en un 33%, mientras que dormir más de ocho horas lo incrementa hasta en un 71%, según investigaciones recientes.

La clave está en dormir entre siete y ocho horas diarias, y mantener un horario regular de descanso, evitando grandes variaciones entre semana y fines de semana.

Estabilizar los horarios de sueño favorece el equilibrio hormonal y metabólico, previniendo enfermedades cardíacas y eventos cerebrovasculares.

Conclusión: Las decisiones que tomamos en la noche —como la hora de la cena, la actividad física, el consumo de alcohol y el descanso— tienen un impacto directo en la salud del corazón y el cerebro. Adoptar estos hábitos nocturnos saludables puede ser una medida simple pero poderosa para prevenir accidentes cerebrovasculares.

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