Un nuevo diagnóstico sobre la pobreza en Chile, dado a conocer en plena carrera presidencial, reconfiguró el panorama social del país y puso en el centro del debate la urgencia de retomar el crecimiento económico, según diversos economistas.

La Comisión Asesora Presidencial para la Actualización de la Medición de la Pobreza, liderada por el economista Osvaldo Larrañaga, estimó que, al aplicar una metodología más exigente, el 22,3% de la población se encontraría bajo la línea de la pobreza. Esto representa más del triple del 6,5% reportado en la Encuesta Casen 2022 bajo la metodología actual.

Una nueva línea de pobreza más realista

El informe propone una nueva canasta de consumo, basada en la Encuesta de Presupuestos Familiares 2017, y una canasta básica saludable, que reduce en un 50% el peso de los alimentos ultraprocesados. Con estos ajustes, la línea de la pobreza sube de $216.849 a $293.709, lo que implica un incremento del 35,4%.

“Por lo general, cuando los países actualizan su pobreza, la valla se hace más exigente”, explicó Osvaldo Larrañaga, añadiendo que los precios reales que pagan los hogares vulnerables están subestimados en la medición vigente.

La comisión recomendó que los cambios sean incorporados en la Casen 2024, cuyos resultados se conocerán en enero de 2025, aunque la decisión final dependerá del Gobierno.

Reacciones económicas: llamado a retomar el crecimiento

Frente a este nuevo escenario, varios economistas coincidieron en la urgencia de reimpulsar el crecimiento económico como herramienta clave para combatir la pobreza.

El exministro de Hacienda, Ignacio Briones, sostuvo a Emol que:

“Esta medición más exigente nos dice que más de 1 de cada 5 chilenos son pobres. La prioridad país 1, 2 y 3 es poner al crecimiento al centro”, enfatizó.
Agregó además que:
“Es un baño de realidad. Seguimos siendo relativamente pobres. Pretender tener beneficios sociales de país desarrollado sin generar la riqueza que los financie es irresponsable y un engaño”.

Briones también advirtió sobre el deterioro educativo como riesgo estructural:

“Con solo 1 de cada 5 alumnos con competencias adecuadas estamos hipotecando el futuro”, afirmó.

El economista Tomás Izquierdo, director de Gemines, valoró que la nueva medición permite comparaciones más válidas con estándares internacionales, y remarcó que:

“Para superar la pobreza se requiere más recursos fiscales y un Estado más eficiente”.

Desde el Centro de Estudios Públicos (CEP), los investigadores Gabriel Ugarte y Sebastián Izquierdo recordaron que el crecimiento económico fue el principal motor de reducción de la pobreza en el pasado:

“Entre 1990 y 2017, el 91,9% de la disminución en la tasa de pobreza provino del crecimiento económico”, indicaron en un análisis difundido por la institución.
“Esto hace aún más urgente retomar una agenda de crecimiento sostenido, que no solo apueste por mayor productividad e inversión, sino también por mayor inclusión”.

Un nuevo desafío para las políticas públicas

Con un nuevo umbral para definir la pobreza, el informe no solo visibiliza una realidad social oculta bajo los datos anteriores, sino que plantea un desafío de fondo a la política pública, abriendo un debate crucial sobre cómo financiar derechos sociales en un contexto de bajo crecimiento.

“La pregunta ya no es solo cuánto cambia la tasa de pobreza, sino qué estamos dispuestos a hacer con esa información”, concluyó el CEP.

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