Chile es un equipo plano, sin propuesta clara. No tiene idea de juego propia de acuerdo con las características de los jugadores. Eso se debe a que se apuesta a lo tradicional, que es atacar por medio de la posesión y no con salidas rápidas y llegadas con centros y remates.

Se nota la diferencia física y de fondo de juego. Chile es un equipo lento y «trotón» que se preparó a puros rondos (son ejercicios en espacios reducidos donde juegan 3 contra 3 o 4 contra 4, con tareas específicas y donde miden el estímulo físico con los GPS), y quiere atacar con posesión y no con explosión y salidas rápidas.

Por otro lado, me da la sensación de que la preparación física no se hace tradicional y separada como debe ser (habría que preguntarle a José Ignacio Peralta, PF de la selección), por eso los jugadores se ven sin fuerza y sin potencia, terminándose por desgarrar.

La Roja es un equipo muerto físicamente y, lo que es peor, muy mal preparado. Desafortunadamente, no aprovecharon el tiempo que tuvieron para trabajar (dos años).

Siento que Nicolás Córdova se farreó la posibilidad de hacer algo distinto y quedar en la historia. Recuerdo que con Marcelo Bielsa lo más importante era el sistema, independiente de quién jugara. Eso es tener una idea concreta e imponerla con mensajes claros y entrenarlo.

Lamentablemente, el DT tiene preparación italiana y esa metodología no es para jóvenes chilenos. Su discurso no llega a los jugadores y debe entender que a veces hay que hablar como ellos. Los extremos no son buenos, siempre hay que matizar.

Estoy convencido de que Nicolás Córdova es muy obtuso, que cree en una sola forma y de ahí no se sale.

Por Eduardo Italo Mella