El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que aún no ha tomado una decisión definitiva sobre el posible suministro de misiles Tomahawk a Ucrania, y que antes de aprobar la transferencia, desea conocer los planes concretos de uso por parte de Kiev. El mandatario aseguró que no busca “escalar esa guerra”, en referencia a la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.

Quiero averiguar qué están haciendo con ellos. ¿A dónde los envían? Supongo que tendría que hacer esa pregunta. No busco escalar esa guerra”, declaró Trump ante periodistas en la Casa Blanca.

Ucrania solicita Tomahawks a través de terceros países europeos

La petición de estos misiles no fue hecha directamente por Ucrania. Según reportes, el presidente Volodímir Zelensky solicitó a Washington autorizar la venta de Tomahawks a países europeos aliados, quienes posteriormente los transferirían a Ucrania.

Este sistema de armamento permitiría a las fuerzas ucranianas alcanzar objetivos a más de 2.500 kilómetros, colocando a Moscú y otras ciudades clave rusas dentro del rango de ataque, lo que representa un salto significativo en sus capacidades ofensivas.

Advertencia de Moscú: Rusia amenaza con romper relaciones con EE.UU.

Desde el Kremlin, la posible entrega de estos misiles fue recibida con duras advertencias. El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que si Washington provee Tomahawks a Ucrania para atacar territorio ruso, la medida “destruiría las relaciones” entre ambos países.

En la misma línea, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, expresó su escepticismo: “Me sorprendería que Estados Unidos transfiriera los misiles. Incluso si llegan, no cambiarán la situación”, señaló.

Qué son los misiles Tomahawk y por qué inquietan a Moscú

Los Tomahawk Land Attack Missile (TLAM) son misiles de crucero diseñados para ataques de precisión a larga distancia. Lanzados desde buques o submarinos, tienen un historial de uso en múltiples conflictos desde la Guerra del Golfo en 1991.

Características técnicas:

  • Alcance: hasta 2.500 km

  • Altitud de vuelo: entre 30 y 90 metros

  • Propulsión: motor turbofán de baja firma térmica

  • Sistema de guía: navegación inercial + radar TERCOM + capacidad de redirección en vuelo

  • Precisión: alrededor de 5 metros

  • Peso: 1.510 kg

  • Longitud: 5,6 metros

  • Costo unitario: 1,3 millones de dólares

Además, los Tomahawk pueden transmitir imágenes del objetivo antes del impacto, aumentando la inteligencia táctica en tiempo real.

Actualmente, Ucrania posee misiles de largo alcance, pero ninguno con el alcance y precisión del Tomahawk, lo que haría de este armamento un factor clave para atacar centros logísticos, bases aéreas, sistemas de mando y otras infraestructuras críticas en la retaguardia rusa.

Una decisión estratégica observada por Moscú y Europa

La transferencia de los Tomahawk sería una de las decisiones más relevantes de la ayuda militar occidental a Kiev desde el inicio de la guerra. Se da en un contexto donde Ucrania ha recibido ya misiles Storm Shadow y Taurus de parte de aliados europeos, aunque con restricciones de uso.

El fabricante RTX (antes Raytheon), proveedor del sistema, informó que planea fabricar 57 unidades para EE.UU. en 2026, además de invertir en la modernización del sistema de guía de estos misiles.

La decisión final de Trump será observada con atención en Moscú, Bruselas y Kiev, ya que podría marcar un nuevo punto de inflexión en la dinámica del conflicto, ampliando el radio de acción de las fuerzas ucranianas y desatando potenciales represalias rusas.

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