El mercado laboral chileno genera un intenso debate, no solo por su situación actual y el impacto del desempleo en las familias, sino también por las discrepancias en las estadísticas utilizadas para evaluar su evolución. Este tema ha estado presente de manera constante en los debates presidenciales y foros donde participan los aspirantes a La Moneda.

En particular, el foco para determinar la salud del mercado laboral está en si se está creando empleo formal. Una medida certera para monitorear esta variable son los registros administrativos, en especial las cifras de la Superintendencia de Pensiones, que muestran la cantidad de cotizantes al seguro de cesantía, es decir, personas con contrato de trabajo formal.

Según estas estadísticas, el número de cotizantes llegó en junio de 2025 a 5.067.004 personas, lo que representa un aumento de 65.994 empleos formales respecto a junio de 2024, equivalente a un crecimiento del 1,3%.

Sin embargo, si se compara con febrero de 2022, fecha anterior al inicio del actual gobierno, se observa una caída de 142.752 puestos de trabajo formal, lo que se traduce en una disminución del 2,5%.

Estas cifras contrastan fuertemente con las que entrega el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Al analizar el empleo formal registrado por el INE entre febrero de 2022 y junio de 2025, se observa un aumento de 568.599 nuevas plazas laborales formales, y solo en el último año un incremento de 96.279 empleos.

La diferencia entre ambos registros ha generado interrogantes. El director del Observatorio de Economía y Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Juan Bravo, explica que “lo que mide el registro mensual que publica la Superintendencia de Pensiones son afiliados con cotizaciones pagadas en una AFP el mes previo, por lo que deja fuera a muchos segmentos de ocupados formales”. Por ello, estos datos deben considerarse como un indicador complementario dentro de una batería de estadísticas para analizar la situación laboral. A pesar de esto, los economistas coinciden en que la situación del mercado laboral sigue siendo preocupante y que debe ser monitoreada mes a mes.

El análisis del mercado laboral se puede dividir en dos perspectivas:

  1. Análisis anual:
    Este enfoque destaca una recuperación en el empleo formal en el último año. Así lo señala David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica (UC), quien comenta que el empleo formal de cotizantes muestra un mejoramiento en junio de 2025 respecto a 12 meses atrás. “En junio de 2024 se alcanzó el punto más bajo de empleo formal, especialmente tras el incremento del salario mínimo. Este indicador refleja una recuperación compatible con el crecimiento económico esperado para este año”, afirma.

    Por su parte, Juan Bravo indica que, al observar los datos de cotizantes con cotizaciones pagadas en AFP, se llevan nueve meses consecutivos de aumentos interanuales, y que las cifras comienzan a alinearse con las del INE, mostrando creación de empleo dependiente formal.

  2. Análisis de mediano plazo:
    En este periodo, las cifras son negativas. Los economistas atribuyen esta caída principalmente a un crecimiento económico insuficiente y a los mayores costos laborales, especialmente para las pymes.

    Según Juan Bravo, “el problema no es que no se cree empleo asalariado formal, sino que la creación es insuficiente debido a la baja capacidad de crecimiento económico a mediano plazo”. Además, destaca que “las mipymes están destruyendo empleo asalariado formal respecto al año anterior, influenciado también por las alzas en costos salariales por hora que no se corresponden con la productividad laboral, lo que disminuye el dinamismo en la creación de empleo formal en empresas de menor tamaño”.

    Para este experto, “no se vislumbran cambios relevantes en el corto plazo en las variables que determinan la generación de empleo asalariado formal en el sector privado, por lo que todo indica que el mercado laboral seguirá debilitado”.

David Bravo añade que, en contraste con los datos del INE, hay una caída en el empleo formal de más de 142 mil personas desde que asumió el gobierno actual. En cambio, los datos del INE muestran que los ocupados que cotizan han aumentado en 355 mil personas durante el mismo periodo. Este contraste, señala el economista, es contradictorio con el discurso oficial de mejoramiento en la formalidad.

Por ello, subraya la necesidad de que el INE explique las razones detrás de esta desviación significativa entre los datos de su encuesta y los registros administrativos, algo que no se había visto en periodos anteriores a la pandemia. Para Bravo, esto es un indicio de problemas en la encuesta del INE que aún no se han aclarado.

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