La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue liberada este jueves después de cuatro años y siete meses en prisión, en el marco del caso “Golpe de Estado II”, que investigaba la crisis política de 2019 y la renuncia del entonces presidente Evo Morales.

Con una bandera de Bolivia y acompañada por sus dos hijos, Áñez salió de la cárcel de Miraflores a las 11:00 horas, donde la esperaban seguidores y simpatizantes que la recibieron con aplausos y consignas de apoyo.

“Jamás voy a arrepentirme de haber servido a mi patria, cuando mi patria lo necesitó. Ese es el compromiso que todo boliviano que ama a su patria tiene que hacer, yo lo asumí aún sabiendo que en algún momento iba a tener un costo”, expresó la exmandataria ante sus seguidores, usando un megáfono. También reafirmó “la convicción y la buena fe” con las que asumió la Presidencia en 2019.

Áñez denunció haber sido tratada “como una verdadera delincuente, sin compasión alguna”, y afirmó que “se tuvo que ir el monstruo para que los administradores de justicia puedan actuar conforme a la norma”, en referencia a la derrota del Movimiento Al Socialismo (MAS) en las elecciones del 17 de agosto.

Decisión del Tribunal Supremo de Justicia

El miércoles, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló la sentencia de 10 años de prisión que pesaba sobre la exmandataria y dispuso su libertad inmediata, tras acoger una revisión extraordinaria de sentencia presentada por su defensa.
El equipo jurídico de Áñez argumentó que ella debía ser procesada mediante un juicio de responsabilidades —reservado para exjefes de Estado— y no en la vía ordinaria, como ocurrió en su caso.

Áñez había sido sentenciada en junio de 2022 por asumir ilegalmente la línea de sucesión constitucional cuando ejercía como segunda vicepresidenta del Senado, y tomar la Presidencia de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales.
La crisis fue interpretada por el oficialismo como un “golpe de Estado”, mientras que la oposición la calificó como una reacción ante un fraude electoral.

“En este país jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral”, sostuvo Áñez al salir del penal.

Reacciones y repercusiones

El caso de la exmandataria ha sido objeto de debate nacional e internacional. Organismos de derechos humanos expresaron en reiteradas ocasiones su preocupación por el proceso judicial y por las condiciones de detención de Áñez, quien denunció en varias oportunidades malos tratos y falta de atención médica.

En Bolivia, el proceso ha generado profundas divisiones políticas, reavivando el debate sobre la legitimidad de su asunción al poder, las represiones militares ocurridas durante las primeras semanas de su gobierno y la judicialización del conflicto político que marcó la transición tras la salida de Morales en 2019.

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