En un contexto de crecimiento económico estancado y la incapacidad de distintos gobiernos por revertir esa tendencia, un estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP) identificó una relación consistente entre el mayor optimismo económico expresado por la ciudadanía en las semanas previas a cada elección presidencial y el resultado final de los comicios durante los últimos 20 años.

La investigación, elaborada por Rodrigo Vergara, expresidente del Banco Central y actual investigador senior del CEP, junto al economista Fernando Bastidas, detectó dos patrones que se repiten desde mediados de los 2000:

  1. Una disminución sostenida del apoyo al candidato oficialista en primera vuelta.

  2. Una mejora en las percepciones económicas, tanto personales como nacionales, justo antes de cada elección presidencial.

Según el análisis, la literatura coincide en que el desempeño económico influye en el voto: a mejor economía, mayor apoyo al candidato incumbente. Sin embargo, en Chile ese vínculo se ha distorsionado.
“Aunque la economía no muestra mejoras reales, las expectativas aumentan semanas antes de la elección”, señala el CEP. La hipótesis del estudio plantea que, tras un prolongado deterioro económico, la población anticipa un cambio con un nuevo gobierno, lo que eleva el optimismo previo a la votación, pero simultáneamente castiga al oficialismo por no haber mejorado la situación.

“La mejora en percepción no está asociada al gobierno de turno, sino a la esperanza de cambios con la próxima administración”, sostiene el informe.

Estancamiento económico y expectativas del electorado

El estudio recuerda que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en los años 90 Chile creció en promedio un 6,2% anual, pero desde entonces la expansión se redujo a cerca del 2%, acompañada de menor productividad y un deterioro fiscal.

El CEP recopiló resultados electorales entre 2005 y 2021, contrastándolos con las dos encuestas previas a cada elección presidencial, analizando percepciones sobre la economía personal y nacional.

Una de las conclusiones más claras es que el apoyo al incumbente ha caído más de 30 puntos porcentuales desde 2005, tendencia que se profundiza con la creciente fragmentación política.

Ejemplos históricos refuerzan el patrón:

  • Antes de la elección de 2017, un 39,5% de los encuestados estimaba que su situación económica personal mejoraría, frente al 36,7% de la medición previa.

  • En cuanto a la economía nacional, un 29,6% creía que mejoraría, frente al 24,9% del sondeo anterior.

Ese año, Sebastián Piñera ganó la segunda vuelta frente al candidato oficialista Alejandro Guillier, tras obtener un 36,64% en primera vuelta, versus el 22,7% del abanderado de la Nueva Mayoría.

Situación similar se observó para 2021, donde las expectativas de mejora económica subieron de 19,7% a 23,7% antes de la elección.

Optimismo previo a los comicios de 2025

La encuesta CEP de octubre de 2025 mostró un salto aún mayor:

  • 29% de los consultados cree que la situación económica mejorará en los próximos 12 meses, frente al 19,9% de junio.

En paralelo, la mayoría de las encuestas anticipan que un gobierno de oposición podría asumir el poder este domingo.

“Es llamativo que las expectativas mejoren justo antes de la elección, al tiempo que las encuestas indican una probable alternancia en el poder”, indica el estudio.

Un ciclo que se repite elección tras elección

El CEP concluye que el fenómeno obedece a un optimismo orientado hacia el futuro, no a una mayor valoración del gobierno en ejercicio.

“El optimismo previo a la elección no refleja una validación del desempeño del incumbente, sino la expectativa de que un nuevo gobierno revertirá —aunque sea parcialmente— la trayectoria económica reciente”, sostiene el informe.

De esta manera, se reproduce un ciclo de expectativas al alza antes del cambio de gobierno, seguida de desilusión posterior cuando la economía no repunta, y nuevamente deterioro del oficialismo, un patrón que se ha mantenido durante dos décadas.

/psg