La Teletón 2025 vivió su clímax simbólico a la 1:19 de la madrugada del domingo, cuando Susana Jiménez, presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), y Alfredo Echavarría, líder de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), irrumpieron en el escenario del Teatro Teletón con el anuncio más contundente de la jornada: una donación conjunta de 3 mil millones de pesos, la cifra más alta de esta edición.
El monto provocó una ovación inmediata en el recinto y una reacción desbordada de Mario Kreutzberger, quien lo calificó como “la donación más grande que hemos recibido hasta este momento”. El gesto no solo elevó el ánimo de la transmisión, sino que también reabrió una conversación recurrente: el rol estructural del empresariado en la sostenibilidad financiera del proyecto solidario más influyente del país.
Jiménez subrayó que “las empresas, los gremios empresariales y las familias de empresarios quisieron estar una vez más aquí”, enfatizando que este aporte representa “una prueba concreta del compromiso permanente y profundo que tiene la empresa privada con Chile y con quienes lo necesitan”. Echavarría complementó esta idea al afirmar que “son muchas las buenas obras que se construyen en Chile con el aporte de las empresas”, destacando que la Teletón “es una obra muy especial”.
El efecto político y simbólico del anuncio se amplificó de inmediato: el aporte de la CPC y la CChC superó a la tradicional contribución de la familia Luksic, que la madrugada del sábado había confirmado —según Don Francisco— un desembolso de 2 mil millones de pesos. En el tablero de las grandes donaciones, el empresariado organizado volvía a ocupar el centro de la escena.
La presencia de Jiménez reforzó además un hito institucional. Ingeniera comercial y primera mujer en asumir la presidencia de la CPC, ha insistido en que “al desarrollo económico solo se llega de la mano de la libertad, del emprendimiento, de la inversión, de la innovación y del trabajo duro”, principios que volvió a poner en valor durante su participación en la campaña. Echavarría, en tanto, aportó la legitimidad de más de cuatro décadas de trayectoria en la CChC, caracterizado por un estilo reservado y metódico, pero ampliamente respetado en el sector.
Ambos líderes coincidieron en una tesis común: la donación no es únicamente un acto solidario, sino un recordatorio de que la Teletón se ha convertido en una obra nacional de largo aliento, cuya continuidad depende de compromisos estructurales más que de gestos aislados. La jornada culminó con más de $44 mil millones recaudados, consolidando otra meta cumplida para la institución.
El Ranking Histórico: Cuando las Donaciones Moldean la Identidad de la Teletón
El aporte de 2025 reinstaló al empresariado como protagonista de un fenómeno que, desde hace más de una década, marca la narrativa del evento: la escalada de donaciones millonarias que establecen precedentes y redefinen el estándar de solidaridad corporativa.
La tradición se remonta a 2008, cuando Leonardo Farkas y José Luis Nazar sorprendieron con contribuciones individuales de mil millones de pesos, un punto de inflexión que abrió la puerta a cifras que luego serían ampliamente superadas. Desde entonces, la Teletón ha registrado montos que permanecen en la memoria colectiva:
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2020: 5.000 millones (CPC y Sofofa)
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2016: 4.400 millones (familia Luksic)
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2024: 3.300 millones (CPC)
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2023: 3.000 millones (Sofofa)
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2025: 3.000 millones (CPC y CChC)
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2022: 2.500 millones (CPC)
Sin embargo, la mayor contribución en la historia de la campaña sigue fuera de los depósitos directos: los 10 mil millones de pesos que la familia Luksic destinó en 2014 a la construcción del Instituto Teletón de Antofagasta, una inversión de infraestructura que marcó un antes y un después en la expansión territorial de la institución.
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