La Conmebol realizó el sorteo de la primera fase de la Copa Sudamericana 2026, instancia que define los cruces entre equipos de un mismo país para acceder a la fase de grupos. En el caso de Chile, el azar configuró dos llaves que, más allá de lo estrictamente futbolístico, abren una serie de interrogantes reglamentarias, logísticas y disciplinarias que ya comienzan a marcar el camino de los representantes nacionales.

Uno de los duelos más atractivos será el que enfrente a Universidad de Chile con Palestino, un cruce con historia reciente y estilos contrastantes.

Los azules ejercerán la localía en el partido único programado para el miércoles 4 de marzo, a las 21:30 horas, aunque lo harán bajo una condición nada menor: el encuentro se disputará a puertas cerradas en el Estadio Nacional. La medida responde a que el club universitario aún debe cumplir la sanción impuesta por los incidentes ocurridos en la serie de cuartos de final ante Independiente, lo que vuelve a poner en el centro del debate el impacto deportivo de las sanciones disciplinarias en torneos internacionales.

El segundo enfrentamiento chileno será protagonizado por Cobresal y Audax Italiano,el martes 3 de marzo, a las 21:30 horas en el estadio Zorros del Desierto de Calama.
Si bien los mineros aparecen como locales, las condiciones del estadio El Cobre impiden disputar el compromiso en El Salvador, lo que obligó a evaluar sedes alternativas para cumplir con las exigencias de Conmebol y finalmente se optó por jugar en Calama.

Así, el sorteo de la Copa Sudamericana 2026 no solo dejó emparejamientos definidos, sino que también expuso cómo factores extradeportivos —sanciones, infraestructura y logística— pueden convertirse en protagonistas silenciosos de una competencia que, para los clubes chilenos, comienza mucho antes del pitazo inicial.

  • Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl

/