La senadora electa por La Araucanía, Vanessa Kaiser, advirtió que un eventual gobierno del líder republicano José Antonio Kast podría enfrentar un intento de Golpe de Estado si no adopta medidas “drásticas y radicales” en materia de seguridad y control territorial, particularmente en la macrozona sur.
La parlamentaria —militante del Partido Nacional Libertario (PNL) y hermana del diputado y excandidato presidencial Johannes Kaiser— afirmó que una señal de “mano blanda” frente al terrorismo y el crimen organizado podría desestabilizar gravemente al país. “Si Kast tiene mano blanda, muy probablemente le van a hacer un Golpe de Estado”, sostuvo.
Kaiser vinculó este escenario con lo ocurrido durante el estallido social de octubre de 2019, señalando que en ese período se generaron condiciones materiales para un quiebre institucional. A su juicio, los ataques a la infraestructura crítica, como la quema de estaciones de Metro, y la presión parlamentaria sobre el gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera, evidenciaron un nivel de organización que fue más allá de la protesta espontánea.
“Estuvieron a punto de tomarse La Moneda, estuvieron a siete votos de destituir al Presidente de la República”, afirmó, agregando que los daños a la infraestructura “no se queman echándole acelerante al cemento”, sino que requieren conocimiento previo sobre la ubicación de cables y sistemas críticos. “Si los chilenos seguimos autoengañándonos, esto nos va a volver a pasar”, advirtió.
Estado de Sitio acotado y diagnóstico de “Estado fallido”
En materia de seguridad, la senadora electa propuso instaurar un Estado de Sitio acotado en la macrozona sur, tanto en términos territoriales como temporales. Según explicó, no se puede mantener a regiones completas con derechos fundamentales suspendidos de manera permanente, calificando esa situación como “una crueldad”.
Kaiser sostuvo que el Estado de Emergencia prolongado ha generado un fuerte impacto negativo en el turismo y en la economía regional, provocando un “tremendo daño en la región”. Al describir la situación en algunos sectores de La Araucanía, afirmó que el principal desafío que deberá enfrentar José Antonio Kast es que en esos territorios “el Estado hoy es un Estado fallido”.
A su juicio, el Estado de Sitio permitiría retomar la presencia estatal, restablecer el imperio del derecho y recuperar el control territorial, lo que incluiría exigir la entrega de armas a los grupos que operan en la zona.
“Las personas que hoy empuñan armas tienen que entender que deben entregarlas y someterse a los procesos judiciales. Si no lo hacen por la buena, aplicar la fuerza racional del Estado es lo que corresponde. No corresponde otra cosa”, enfatizó.
Advertencia directa a Kast y proyección política
En ese contexto, Vanessa Kaiser insistió en que la respuesta del próximo gobierno será clave para la estabilidad institucional del país. “Si José Antonio, como Presidente, no lo hace y se mantiene la situación en La Araucanía, la señal que va a dar a todas las fuerzas antidemocráticas del país es que tiene mano blanda, y entonces muy probablemente le van a hacer un Golpe de Estado”, reiteró.
Respecto de la futura coalición oficialista, la senadora electa aseguró que el objetivo central será “recuperar el país del crimen organizado, del terrorismo, de la debacle económica y de natalidad, de la deconstrucción cultural y de la destrucción de la educación”. Solo una vez reconstruidos esos pilares, afirmó, se podrá debatir “si más o menos Estado”, pero siempre en torno a la recuperación del país.
Al definir las líneas rojas de su partido, Kaiser sostuvo que cualquier cesión de soberanía a organismos internacionales constituye un límite intransable, citando como ejemplo al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien —según dijo— “tuvo que enfrentarse a los organismos internacionales para recuperar su país de décadas de crimen organizado”.
Finalmente, en cuanto a la proyección política del sector, Kaiser señaló que su hermano Johannes Kaiser sería el sucesor natural de José Antonio Kast, afirmando que el éxito de un eventual gobierno republicano también se medirá por su capacidad de “entregarle la banda presidencial a alguien que pueda profundizar su legado”.
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