Desde la bancada UDI pidieron la renuncia inmediata de los ministros Carlos Montes y Giorgio Jackson, además de la delegada presidencial del Bío Bío, Daniela Dresdner, y del seremi Minvu en el Maule, Rodrigo Hernández.

En específico, se trata de los diputados Henry LealMarlene Pérez y Cristóbal Martínez que argumentan que existió “complicidad” en el “Caso Convenios” que complica a militantes de Revolución Democrática.

“Si Carlos Montes llega a caer por el lío de Revolución Democrática, no se sostendría la permanencia de Giorgio Jackson en el gabinete”. Así resume un personero de gobierno la sensación que se ha instalado en las últimas horas en el oficialismo a propósito de la crisis por los convenios entre el Ministerio de Vivienda y fundaciones ligadas al Frente Amplio.

Ante la ofensiva que ha escalado la oposición y que apunta a exigir las renuncias tanto del ministro de Vivienda como de su par de Desarrollo Social, en el gobierno admiten que los destinos de Jackson y Montes están íntimamente ligados.

El Partido Socialista, donde milita el titular del Minvu, ha sido categórico en mensajes que han transmitido directamente a La Moneda: el titular de Vivienda no puede pagar los platos rotos de una crisis que explota justamente a partir de millonarios convenios firmados entre una fundación ligada a Revolución Democrática y el Serviu de Antofagasta. Contratos que fueron suscritos por el ahora renunciado seremi Carlos Contreras -exjefe de gabinete de la diputada de esa colectividad, Catalina Pérez– y la ahora expareja de la legisladora Daniel Andrade.

En el partido liderado por Paulina Vodanovic -más allá de voces como las del senador Fidel Espinoza– la definición ha sido salir a blindar a Montes. De hecho, el lunes la bancada de diputados se reunió con él en un gesto de apoyo a su gestión, la que no ha estado exenta de cuestionamientos y flancos. En primer lugar, se le acusa de haber tenido nulo control de sus subordinados al no haber tenido conocimiento -como ha señalado- del entramado de Antofagasta, pese a que la entonces subsecretaria Tatiana Rojas recibió por correo una denuncia al respecto el 2 de mayo. Asimismo, según el DF Más, el propio Contreras había encargado 18 días antes una auditoría interna en la Seremía, la que -según Montes- tampoco habría llegado a sus manos.

A eso se sumó que el ministro tuvo que salir a anunciar una investigación sumaria el pasado domingo en El Maule, por la otra arista del caso, que involucra a la fundación Urbanismo Social. Ahí tuvo que contener un flanco que había abierto el propio Presidente Gabriel Boric al defender con nombre y apellido al seremi Rodrigo Hernández, quien aseguró haberse inhabilitado de la adjudicación de recursos al organismo en que antes había trabajado, acción que luego se conocería hizo posterior a que la determinación se zanjara.

Por todo eso, y además porque algunos en la oposición consideran que Montes no denunció ante la fiscalía oportunamente los antecedentes de los que tuvo conocimiento, es que en algunos sectores de la derecha se ha abordado la opción de impulsar una acusación constitucional en su contra. Sus dichos de esta mañana ante la Comisión de Vivienda del Senado, donde apuntó a que “todos los gastos que están cuestionados vienen del gobierno anterior”, no ayudaron, recalcan en Chile Vamos, desde donde sostienen que le podría “costar caro”. Pero en el gobierno insisten en que sería totalmente injusta su posible salida y así lo han transmitido a la derecha por distintas vías.

En La Moneda recuerdan que Montes es un político con larga trayectoria, que ha demostrado ser “probo” y que entró al gobierno de Boric a aportar una mayor diversidad y experiencia a su administración, por lo que asumir costos políticos por un presunto caso de corrupción que tiene origen en el Frente Amplio sería leído como una verdadera traición.

Las mismas fuentes señalan que el secretario de Estado estaba por retirarse de la vida política cuando decidió colaborar con la campaña presidencial del Mandatario para evitar la asunción de José Antonio Kast y que su inclinación por asumir en un ministerio como el de Vivienda apuntaba, justamente, a aportar desde una cartera que, en general, no es demasiado controvertida. “Estoy viejo”, dijo cuando lo sondearon para cargos más expuestos, como el de Segpres e Interior.

En ese sentido, en el gobierno recalcan que hay que “cuidar a Montes” en esta crisis y que, por lo mismo, no cederán ante las peticiones de renuncia de la derecha. En este escenario, de hecho, el propio Presidente ha dado señales en respaldo del secretario de Estado. “El ministro Carlos Montes cuenta con toda mi confianza. El ministro Carlos Montes va a seguir adelante, no solamente encabezando la transparencia en el ministerio, sino que va a seguir adelante con el plan de emergencia habitacional”, dijo Boric el jueves pasado.

Pero en caso de que se llegara a configurar un escenario en que el socialista tuviera que dejar el gabinete, en el Socialismo Democrático recalcan que el PS no dejará que Montes caiga solo.

Más allá de la ofensiva de la derecha, en sectores del Socialismo Democrático existe preocupación e incomodidad por la forma en que el Ejecutivo ha abordado el tema. Esto, porque acusan que los ministros del comité político no han tenido un rol activo para contener la crisis, y que ha sido más bien “reactivo”. En ese sentido, también lamentan que La Moneda no haya armado un equipo especial para enfrentar el escándalo.

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