El telescopio espacial James Webb ha descubierto el agujero negro supermasivo activo más distante conocido hasta ahora. El hallazgo fue posible gracias a un programa que combina imágenes muy detalladas en el infrarrojo cercano y medio, así como datos conocidos como espectros, informó este jueves la NASA.

Imagen obtenida a partir de varias capturas del telescopio espacial James Webb en el infrarrojo cercano. NASA, ESA, CSA, Steve Finkelstein (UT Austin), Micaela Bagley (UT Austin), Rebecca Larson (UT Austin)

Se trata de la galaxia CEERS 1019, que existió cuando el universo tenía poco más de 570 millones de años, y cuyo agujero negro es menos masivo que cualquier otro conocido en el universo primitivo, con un peso de unos 9 millones de masas solares. Normalmente, estas regiones del espacio poseen una concentración de masa 1.000 millones de veces superior a la masa del Sol, y son más fáciles de detectar porque son mucho más brillantes, detalla la agencia espacial en un comunicado.

Además, los astrónomos destacan que el agujero negro de la galaxia CEERS 1019 es más parecido al del centro de la Vía Láctea que tampoco es tan brillante como los gigantes detectados anteriormente. Aunque más pequeño, el agujero recién descubierto existió mucho antes, por lo que aún resulta difícil explicar cómo se formó tan poco tiempo después del inicio del universo.

«Observar este objeto lejano con este telescopio se parece mucho a observar los datos de agujeros negros que existen en galaxias cercanas a la nuestra», afirmó Rebecca Larson, de la Universidad de Texas (EE.UU.), que dirigió el estudio. «¡Hay tantas líneas espectrales que analizar!» agregó.

Además, los investigadores no solo pudieron identificar qué emisiones del espectro proceden del agujero negro y cuáles de su galaxia anfitriona, sino que también lograron calcular que esta galaxia está ingiriendo todo el gas que puede a la vez que produce nuevas estrellas. Los científicos explicaron este fenómeno con la estructura de la misma CEERS 1019 que aparece no como un único disco circular, sino como tres grupos brillantes.

«No estamos acostumbrados a ver tanta estructura en imágenes a estas distancias», explicó Jeyhan Kartaltepe, miembro del equipo investigador. «Una fusión de galaxias podría ser en parte responsable de alimentar la actividad en el agujero negro de esta galaxia, y eso también podría conducir a un aumento de la formación estelar», añadió.

Durante la investigación, el telescopio también identificó 11 galaxias que existían cerca del momento en el que se formó la CEERS 1019, entre 470 y 675 millones de años después del Big Bang.

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