En medio de la dificultad que ha tenido el gobierno para sellar acuerdos en torno a nombramientos en instituciones del Estado, y el escándalo que ha desatado el caso Democracia Viva, a fin de año el Presidente Gabriel Boric deberá hacer una de las designaciones más importante para el aparato público: el Contralor General de la República.

Se trata de un nombramiento estratégico para los gobiernos, ya que cumplen un rol clave a la hora de fiscalizar los actos del Estado.

En algunos sectores señalan que en algún grado se ha transformado casi en un cargo político ya que dependiendo de su cercanía o no con el gobierno puede transformarse en un verdadero dolor de cabeza para una administración.

Las críticas a Bermúdez y el complejo panorama para el gobierno
Así, por ejemplo, en la centro derecha aún resienten el rol que tuvo el actual contralor Jorge Bermúdez, quien es considerado cercano al FA, durante la administración del ex Presidente Piñera, como cuando formuló cargos contra siete generales por sus presuntas responsabilidades durante el estallido social, o cuando cuestionó la legalidad de la citación que hizo el ex Presidente al Cosena para abordar la violencia, diciendo que no se trataba de un asunto de seguridad nacional, sino de orden público.

En Chile Vamos han cuestionado, además, que Bermúdez no ha tenido con el actual gobierno de Boric la misma severidad que tuvo con el gobierno anterior, por ejemplo en la actual crisis por el caso Democracia Viva, y algunos han acusado que el escándalo se debe en parte a la falta de proactividad del contralor, ya que debió haber tomado cartas en el asunto cuando vio pagos parcelados en los traspasos de dineros a fundaciones.

Con este panorama de fondo, a fin de año el Presidente deberá buscar un acuerdo con el Senado para designar el nombre que reemplace a Bermúdez en el cargo durante los próximos ocho años.

El debate no se avizora fácil para el gobierno. En la oposición advierten que no hay espacio para un nombre que sea la continuidad de Bermúdez o que tenga afinidad con el gobierno.

Con esto se complican algunos nombres que el oficialismo tenía en carpeta, como Camilo Mirosevic, jefe de la División Jurídica de la Contraloría y hermano del diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic. También el de quien sería la tapada de Bermúdez: Nelly Salvo, actual jefa de división de la secretaría general.

Miguel Landeros: El nombre que toma fuerza en el Congreso

En el Congreso, sin embargo, ha tomado fuerza otro nombre. El histórico secretario de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros.

En la Cámara aseguran que desde hace meses Landeros viene sosteniendo conversaciones al interior del Congreso manifestando sus intenciones de ocupar el cargo.

Y para juntar votos tiene influencia, reconocen en la Cámara. Landeros ocupa el cargo de secretario desde 2013, aunque su vinculación con la Corporación se remonta a inicios de los 90, cuando llegó como asesor de la bancada DC.

Entre los diputados explican que el nivel de influencia de Landeros es transversal, ya que los 10 años que lleva en su cargo lo han transformado en un verdadero administrador de la Cámara, transformándose en un elemento clave para las bancadas y las distintas mesas directivas.

Si bien en la Cámara su nombre es mirado como un opción factible por los distintos sectores, en el Senado -que es el órgano que debe definir el nombramiento- su figura genera algunos resquemores.

Original de El Líbero

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