Astrónomos del SETI afirman haber detectado unas señales de radio repetitivas desde fuera de la Vía Láctea que tienen unas características nunca vistas hasta ahora. El descubrimiento arroja un poco más de luz sobre este misterioso tipo de señales, conocidas como ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés), y nos puede ayudar a comprender mejor qué se esconde en el inexplorado espacio profundo.

Las señales FRB son brillantes destellos de luz de radio que generan la misma energía que crea nuestro Sol durante un año en solo una milésima de segundo. Sin embargo, el equipo del SETI asegura que las nuevas señales no se parecen a ninguna de las detectadas hasta el momento.

Mientras la mayoría de las FRB que se repiten van bajando de tono gradualmente según avanzan, las recientemente detectadas por el equipo del SETI (llamadas FRB 20220912A) muestran un cambio de tono similar a un silbido que nunca se había escuchado hasta ahora.

Un silbido cósmico único

Los investigadores han podido escuchar el silbido de las FRB convirtiendo los datos recibidos en sonidos gracias a un xilófono. Las notas agudas, dicen, están al principio del clip de audio, mientras que las graves están al final, como si alguien tocara un xilófono y golpeara repetidamente la nota más grave, aseguran.

Los investigadores del Instituto SETI —una organización científica sin ánimo de lucro creada en los años 80 que lleva décadas monitorizando el espacio en búsqueda de señales de radio procedentes de civilizaciones tecnológicamente avanzadas— aseguran que han detectado hasta 35 de esras FRBs en un periodo de dos meses.

También trataron de identificar algún tipo de patrón en los tiempos entre las explosiones, pero no encontraron ninguno. Esto aseguran es una muestra más de la naturaleza impredecible y desconcertante de estas asombrosas ondas de radio.

Los resultados de estas investigaciones están en un artículo aceptado para su publicación en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

El misterio de los FRB

Las FRB fueron descubiertas por primera vez en 2007 por el investigador Duncan Lorimer y su estudiante David Narkevic. Desde entonces, su origen y sus cambiantes características, fascinan y confunden a los astrónomos a partes iguales.

Los científicos no pueden explicarse cómo pueden generar esa enorme cantidad de energía en un periodo de tiempo tan corto. Algunos astrónomos creen que las FRB están causadas por un tipo de estrella de neutrones llamada magnetar, que tienen campos magnéticos muy fuertes. Otros sugieren que las FRB podrían producirse por la colisión de estrellas de neutrones o la fusión de enanas blancas.

«Este trabajo es apasionante porque confirma las propiedades conocidas de los FRB y descubre otras nuevas», comenta para el blog del Royal Astronomical Society, Sofia Sheikh, autora principal del estudio y miembro del Instituto SETI de California. «Estamos reduciendo el origen de las FRB, por ejemplo, a objetos extremos como los magnetares, pero ningún modelo existente puede explicar todas las propiedades que se han observado hasta ahora».

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