Un ajuste de gabinete mayor venía preparando hace algunos días el Presidente Gabriel Boric y sus equipos. Una decisión que venía meditando desde antes de que el ahora exministro Giorgio Jackson precipitara -el viernes pasado- su decisión de salir del Ministerio de Desarrollo Social, según dijo, como un gesto para descomprimir los ánimos entre la oposición y La Moneda y viabilizar los diálogos para la reforma previsional y lo que se ha denominado como nuevo pacto fiscal.

Y si bien la salida del otrora secretario de Estado dio aire al Ejecutivo en ese sentido, en Palacio afirman que el diseño original de un ajuste de equipos sigue en pie. Lo que el gobierno hará estos días, según fuentes que conocen del proceso, es recalcular la magnitud del cambio de gabinete y madurar la señal que se quiere dar tanto en términos políticos, comunicacionales y simbólicos.

La caída de Jackson, uno de los pilares del proyecto político del Frente Amplio y el compañero de ruta del Mandatario, fue un golpe duro para Boric. Pese a eso, la sensación de que es necesario apurar cambios en distintas carteras para intentar cerrar la primera etapa de la crisis que se desató por el lío de platas, en que el Ministerio Público indaga eventuales delitos de corrupción, se ha instalado en el Segundo Piso y en el comité político, aunque con algunos matices.

Antes de la salida del fundador de RD, ya era claro que ese partido vería mermada -nuevamente- su presencia en la primera línea del gobierno. En la colectividad, de hecho, varios aseguran que podrían quedar sin ningún militante de sus filas en el gabinete de ministros. Por lo tanto, las mismas fuentes señalan que ya están ejerciendo presión para mantener el cupo al menos en Desarrollo Social en caso de que pierdan Educación, encabezado hoy por Marco Antonio Ávila (RD).

En esas conversaciones internas, ha surgido naturalmente el nombre de Rodrigo Echecopar, quien es cercano a Jackson y -además- ya tiene un rol en el gobierno dirigiendo la División de Coordinación Interministerial (DCI) de la Segpres. Otra opción, dicen en el oficialismo, es que quien subroga hoy al exministro, la subsecretaria Paula Poblete, quien también milita en RD, asuma el cargo de manera definitiva. En sectores de Convergencia Social, sin embargo, se menciona a la actual subsecretaria de Servicios Sociales, Francisca Perales.

Hasta ahora, los movimientos que prepara el gobierno irían en línea con resolver problemas a nivel sectorial, aunque no se descartan enroques en el comité político. Esto, porque hay conciencia de que el ajuste deber dar cuenta del comienzo de una nueva etapa. Entre los ministros que tienen evaluación compleja de La Moneda están Ávila, Marcela Hernando (Minería), Jéssica López (OO.PP), Jaime De Aguirre (Cultura) y Carlos Montes (Vivienda).

En el caso de Cultura, fuentes oficialistas aseguran que la duda está en remover a quien tiene hoy a cargo la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, justo un mes antes de su hito más relevante. En el caso de Vivienda, en el PS entienden que el Presidente no está por sacar a Montes, aunque están conscientes de que el Frente Amplio podría presionar para que eso ocurriera -sobre todo- tras la salida del ministro Jackson, quien terminó asumiendo la responsabilidad política de una crisis que se destapó en el ministerio que lidera el socialista.

A nivel de subsecretarias, dicen en el gobierno, también podría ser una oportunidad para terminar con problemas que se arrastran hace tiempo y, al mismo tiempo, nombrar a autoridades que siguen pendientes como es el caso del reemplazo de la ahora exsubsecretaria de Cultura Andrea Gutiérrez, quien salió -con sumario y todo- justamente por haber suscrito convenios con entidades en las que previamente había trabajado.

Más allá de las presiones de lado y lado, en La Moneda admiten que hay otro problema que tendrán que calibrar para cerrar la caja del ajuste ministerial: la falta de cuadros. En el Frente Amplio admiten que -al menos en se conglomerado- tienen pocas figuras que podrían asumir roles ministeriales sobre todo cuando el propio Boric ha señalado que ya pasó el tiempo de las curvas de aprendizajes y se requieren personas preparadas para gobernar. En el caso del Socialismo Democrático, en todo caso, el panorama tampoco es demasiado alentador.

Pese a todo, aún hay quienes en La Moneda son de la tesis de esperar que se aquilate bien la salida de Jackson, resolver su reemplazo esta semana y aguantar un ajuste ministerial hasta que resista la configuración actual.

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