El Papa Francisco se reunió este miércoles por separado con parientes de rehenes israelíes en Gaza y de presos palestinos en Israel, y afirmó que ambas partes están «sufriendo mucho».

Al final de su audiencia semanal en el Vaticano, el Pontífice argentino, de 86 años, anunció que había recibido a las dos delegaciones, «una de israelíes que tienen familiares rehenes en Gaza, y otra de palestinos que tienen a familiares presos en Israel».

«Sufren mucho, y he escuchado cómo ambos están sufriendo», enfatizó el papa.

«La guerras causan esto, pero aquí hemos ido más allá de las guerras. Esto no es una guerra, esto es terrorismo», añadió, sin especificar si se refería a los ataques de Hamás el 7 de octubre en Israel, a la operación militar israelí efectuada en respuesta, o a ambos.

El Vaticano explicó la semana pasada que con estos encuentros privados, «de naturaleza exclusivamente humanitaria», el obispo de Roma quería mostrar su «cercanía espiritual».

Rachel Goldberg, cuyo hijo de 23 años, Hersh Goldberg-Polin, es uno de los secuestrados por Hamás, dijo que tenía esperanza puesta en la «gran influencia» del Papa.

«Es muy respetado en el mundo musulmán, en el mundo judío, sea cual sea la confesión. Creo que cuando habla, el mundo escucha de verdad», dijo en una rueda de prensa en Roma junto a otras familias tras su encuentro con el papa, que duró unos veinte minutos.

Las familias piden que se permita el acceso de la Cruz Roja a los rehenes y «creemos que el Santo Padre tiene la influencia necesaria en el mundo para que esto ocurra», subrayó Goldberg.

Israel y el movimiento islamista palestino Hamás anunciaron este miércoles un acuerdo que permitirá la liberación de al menos 50 rehenes israelíes y de presos palestinos, durante una tregua de cuatro días en la Franja de Gaza tras semanas de incesantes bombardeos.

Los milicianos de Hamás liberarán durante esa tregua a 50 mujeres y niños capturados durante su ofensiva del 7 de octubre en el sur de Israel.

En aquellos ataques, efectuados por sorpresa coincidiendo con el final de una festividad judía, Hamás mató a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles de todas las edades tiroteados, quemados vivos o mutilados. Los islamistas secuestraron igualmente a unas 240 personas.

Israel declaró la guerra a Hamás y desde entonces bombardeó sin cesar el empobrecido enclave y lo ha sometido a un estricto asedio. Según Hamás, que gobierna la Franja, los ataques israelíes dejaron más de 14.000 muertos, en su mayoría civiles e incluyendo miles de niños.

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