¿De qué va la votación del 17 de diciembre?, preguntaría un español. De un proyecto de nueva Constitución para Chile sería la respuesta formal. Pero al escuchar la discusión pública y las campañas electorales, uno debiera concluir que la votación va de otra cuestión: ¿A quién le creo, a la izquierda que apoya a Gabriel Boric e impuso a golpes y fuego a los chilenos un proceso constitucional, o a la mayoría de chilenos que desconfían del gobierno por su paupérrima gestión y por haber engañado a la gente al hacerle creer que sus problemas eran causados por la Constitución vigente? Boric la llamó “la Constitución de los cuatro generales” y ahora la prefiere al proyecto que elaboró el Consejo elegido por la gente para esos fines.

Hasta aquí, la mayoría de los chilenos le ha propinado dos derrotas políticas demoledoras a los comunistas, frenteamplistas y socialistas que gobiernan con Boric. La del Rechazo el 4 de septiembre a la Constitución que definía que Chile estaba formado por doce naciones, entre otras linduras; y la del 7 de mayo, que dio una mayoría contundente a la derecha en las elecciones de consejeros constitucionales.

¿Por qué no propinarles una tercera derrota haciendo triunfar a la opción A Favor, dejándolos como comparsas en la política chilena durante un buen tiempo, limitándose a observar cómo entre sus opositores deciden quién gobernará Chile el próximo período? Hay razones muy poderosas para hacerlo. La principal es terminar su experimento socialista radical que ha empobrecido a Chile como no se había visto en décadas y ha transformado a un país donde se vivía en paz y se circulaba sin miedo por las calles en un infierno donde el crimen y pandillas mafiosas campean en nuestras ciudades. La gente no quiere más esa inseguridad, necesita trabajo y paz.

Es tan grave la derrota para la izquierda que han decidido emplearse a fondo para evitarla. Esta semana entró en escena Michelle Bachelet, quien lamentablemente interviene en la campaña por el En Contra con una falsedad: que el proyecto de Constitución pone en riesgo el aborto en tres causales vigente en nuestro país. Ello no es así: la formulación de la norma constitucional sobre el derecho a la vida no tiene ese efecto y es perfectamente compatible con la ley que regula el aborto en tres causales, como lo han señalado reputados juristas.

Revelando que la intervención de Bachelet es parte de un diseño y no una decisión espontánea de la ex mandataria, ayer ha salido el Presidente Boric con la misma cantinela. Sabemos que al Presidente no le preocupa mayormente la precisión de sus dichos y salió a criticar el proyecto constitucional afirmando que no debemos retroceder en los derechos de las mujeres, en la línea de lo que dijo Bachelet.

Como éstas, habrá más intervenciones falseando los contenidos de la Constitución propuesta. La pregunta es si usted les cree.

Boric interviene en la decisión de los chilenos el próximo 17 de diciembre, asumiendo virtualmente como jefe de la campaña En Contra, tal como en el plebiscito pasado manifestó públicamente su apoyo al Apruebo.

Si usted tiene dudas, la intervención del Presidente puede ayudar a resolverlas. Votando A Favor ayudará a infligir una nueva derrota al gobierno empobrecedor de Gabriel Boric.

Por Luis Larraín, economista, para El Líbero

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