El titular es algo sobrecogedor y que nos lleva a analizar el país que tenemos, donde los adultos mayores vemos con impotencia y también vergüenza, donde una agrupación de jubilados, envió una carta al diario, pidiendo a los delincuentes tener compasión y explicarles que no pondrán resistencia al ataque que están sufriendo “que no es necesario golpearlos ni hacer uso de armas”.

En que país estamos viviendo, o mejor dicho, en manos de quienes están pendiente cada vida de todos y especialmente de los adultos mayores, que han contribuido con esfuerzo, trabajo, por darle a este país una grandeza y un mejor futuro a nuestras familias y que en dos años, unos jóvenes aprendices, sin conocimientos ni experiencia alguna, han permitido una destrucción de nuestros valores y respeto, a quienes pintan canas y arrugas que son el reflejo de experiencia y sabiduría de lo cual este gobierno carece.

Hasta cuando, seremos esclavos de quienes ostentan cargos representativos, que sólo piensan en si mismos, y para que decir que pagamos nuestros impuestos para que estos jóvenes carentes de responsabilidad alguna, que no están capacitados para gobernar un país, que llegaron con piedras y se irán con bolsillos llenos, se den cuenta que serán recordados como los empobrecedores y destructores del mejor país de Sudamérica, y que al utilizar al lumpen para llegar al poder, perdieron toda credibilidad y superioridad moral, hoy nos tienen encerrados y a merced de lo peor de la delincuencia y toda su red de protección.

La vejez es algo que todos tarde o temprano todos llegaremos. Como recordamos gobiernos anteriores, donde se visibilizó al adulto mayor, con programas de emprender esta etapa de la vida, con entusiasmo, con alegría, con clubes de adultos mayores, con paseos y reuniones donde una onces compartidas, era una felicidad que todos desean disfrutar, o tan solo ir a una plaza a sentir la brisa de los árboles, o llevar a los nietos a jugar, o salir a caminar con su mascota, hoy eso es solo un recuerdo del pasado, se acabó esa libertad, se acabó la seguridad, la tranquilidad de sentirse seguros y vivir cada día feliz, y que este puede ser el último.

Los adultos mayores, merecen seguridad y protección, basta ya de sentirse violentados por delincuentes que saben que están protegidos, que les importa nada que ataquen a los “viejos queridos” son solo lacras que no respetan a nadie, porque los derechos humanos sólo son para un sector que los utiliza, los protege y peor aún les otorga pensiones de por vida.

Margot Guerrero Bruner

Asesora Previsional

Corredor de Seguros

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