Para nuestro Sol, su historia comenzó hace aproximadamente 4.600 millones de años y terminará con una transformación dramática que finalmente acabará devorando a nuestro planeta. Para comprender el futuro de la Tierra, primero debemos comprender qué le pasará a nuestra estrella. El Sol, como todas las estrellas, funciona gracias a la fusión nuclear en su núcleo, donde los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio, liberando energía en el proceso. Esta energía es irradiada hacia afuera, proporcionando la luz y el calor esenciales para la vida en la Tierra.

¿Cuándo será devorada la Tierra por el Sol? Midjourney/Sarah Romero

Esta fase es tranquila y se conoce como la secuencia principal de una estrella. Es una fase estable en la que nuestro Sol seguirá fusionando hidrógeno unos cuantos miles de millones de años más, sin prisa pero sin pausa. Sin embargo, a medida que el Sol agote su combustible, comenzará una época turbulenta en la que fusionará elementos más pesados como carbono y oxígeno y cuando llegue el dramático momento en el que ya no quede más combustible, la inestabilidad hará que el núcleo se contraiga bajo la gravedad, aumentando la temperatura y provocando que las capas exteriores del Sol se expandan. Entrará entonces en la fase de gigante roja.

El Sol se expandirá y se expandirá (en una comparación al lobo de los tres cerditos) a un tamaño tan colosal que probablemente abarcará las órbitas actuales de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra. Y esto aún no es todo. Aún quedará una estrella densa y pequeña, conocida como enana blanca que, con el paso del tiempo, evolucionará a una enana negra que es lo que los astrónomos hipotetizan que sucederá cuando la energía térmica resultante de la enana blanca se agote también y solo quede un cuerpo frío e invisible.

¿Qué triste final le espera a la Tierra y al resto del sistema solar?

Esto sucederá en unos 6.000 millones de años según un nuevo trabajo de las universidades de WarWick (Inglaterra) y Naresuan (Tailandia)… pero, ¿si el Sol muere?, ¿qué pasa con la Tierra? Pues lo cierto es que mucho antes de que el Sol acabe en fase de enana blanca, la Tierra ya habrá dejado de existir mucho antes de las etapas finales de nuestra estrella.

«La triste noticia es que la Tierra probablemente será devorada por un Sol en expansión, antes de que se convierta en una enana blanca», explica Boris Gaensicke, profesor de la universidad de Warwick y coautor del trabajo que publica la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society acerca del destino final de nuestro planeta.

Su trabajo predice un final violento para muchos de los cuerpos celestes de nuestro sistema solar. Todos los objetos celestes cercanos que se encuentren cerca serán aplastados y consumidos por el Sol. Mercurio, Venus, asteroides, lunas…

«Para el resto del sistema solar, algunos de los asteroides ubicados entre Marte y Júpiter, y tal vez algunas de las lunas de Júpiter, pueden ser desalojados y viajar lo suficientemente cerca de la eventual enana blanca como para sufrir el proceso de destrucción que hemos investigado», aclaró Gaensicke.

Para llegar a esta conclusión, los científicos examinaron el brillo de tres estrellas enanas blancas diferentes durante 17 años. Al observar cómo aumentaba y disminuía el brillo de este trío estelar, los investigadores pudieron determinar cuándo pasaban objetos delante del Sol y qué tipo de objetos eran. De ello infirieron que, en la mayoría de las estrellas, los tránsitos son bastante predecibles teniendo en cuenta que los planetas orbitan en órbitas regulares. Sin embargo, una historia distinta tiene para contar el escenario alrededor de las estrellas enanas blancas.

A diferencia de los tránsitos causados por planetas que orbitan alrededor de estrellas, los causados por escombros tienen formas extrañas, caóticas y desordenadas.

Cuando el Sol se quede sin combustible, se convertirá en una enana blanca Midjourney/Sarah Romero

«Investigaciones anteriores habían demostrado que cuando los asteroides, lunas y planetas se acercan a las enanas blancas, la enorme gravedad de estas estrellas desgarra estos pequeños cuerpos planetarios en pedazos cada vez más pequeños», apunta Amornrat Aungwerojwit de la Universidad Naresuan. «Las colisiones entre estas piezas eventualmente las convierten en polvo, que finalmente cae en la enana blanca, lo que nos permite determinar de qué tipo de material estaban hechos los cuerpos planetarios originales».

En esencia lo que descubrieron es que es probable que el destino de estos cuerpos sea extremadamente violento y catastrófico. Los autores destacan que estos son sólo los resultados previstos; el destino final puede ser “mucho más complejo de lo que jamás hubiéramos imaginado”.

¿Se salvaría la Tierra?

“No está claro si la Tierra puede moverse lo suficientemente rápido antes de que el Sol pueda alcanzarla y quemarla, pero [si lo hace] la Tierra [todavía] perdería su atmósfera y su océano y no será un lugar muy agradable para vivir”, concluyó Gaensicke en el comunicado de prensa.

Pero aunque no fuese devorada en primera instancia, nuestro planeta depende de la habitabilidad que le proporciona el equilibrio de nuestro Sol. No podemos obviar que nuestro planeta está íntimamente ligado al ciclo de vida del Sol. Con el Sol entrando en sus etapas finales, se producirá un aumento de las temperaturas superficiales y la eventual evaporación del agua superficial y, sin atmósfera, la Tierra ya no podría sustentar la vida tal como la conocemos. El planeta se convertiría en una roca seca y estéril -en el caso de que sobreviviera-, orbitando una enana blanca que se desvanecerá con el tiempo.

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